Los nervios se notaban en Gijón y el sportinguismo, con la esperanza de ver una victoria asturiana, se daba cita para alentar al equipo en la previa del choque. El autobús rojiblanco desfilaría por un pasillo de bengalas y cánticos a su llegada al estadio. Una buena forma de comenzar la tarde. No podía ser de otra forma ya que el Sporting de Gijón se jugaría seguir en la lucha por la permanencia una semana más. Era una final para los del Pitu.

Abelardo dispondría una alineación parecida a la que lograse la gesta ante el Sevilla. Halilovic volvía a ser titular. El comienzo del partido sería complicado para el Real Sporting de Gijón. El Eibar, con la presión muy adelantada, ahogaría la salida del balón asturiano. Los gijoneses no serían capaces de hilvanar ninguna jugada, limitando su juego a los contragolpes propiciados por la velocidad de Halilovic. No había un dominador claro y la gente comenzaría a impacientarse. El Molinón reclamaría más intensidad a sus jugadores. El Sporting colgaba balones al área sin incomodar al portero visitante. En el minuto 20 de partido Cuéllar blocaría un disparo de Jota Peleteiro, el mejor por parte de los armeros.

El nerviosismo se apoderaba de los jugadores del Sporting que no serían capaces de mantener la posesión del esférico. Fruto de este nerviosismo nacería una de las ocasiones más claras del encuentro, tras un grave error de la defensa asturiana. Jota Peleteiro se plantaba solo ante el Pichu y este realizaba una magistral intervención. El Eibar era superior al Sporting. En el minuto 43, con el descanso ya próximo, Carmona cabeceaba el 1-0 tras un preciso centro de Jony, que acumularía con este pase de gol 7 asistencias en liga. Era el primer disparo entre palos de los asturiano y suponía el tanto de la ilusión. El Molinón enloquecía.

Jony sentencia

La segunda mitad arrancaba sin cambios. Los de Abelardo salían enchufados, convencidos de sus posibilidades. No destacaba el buen juego en este choque pero sí el desgaste físicos y el esfuerzo de los 22 jugadores que se encontraban sobre el terreno de juego. Llegaban los cambios por parte de los dos conjuntos. Por parte de los armeros entraría Borja Batón que sería el encargado de liderar el ataque armero. Abelardo sustituía en el 64´a un fatigado Halilovic y daba entrada a Carlos Castro. El templo rojiblanco se ponía en pie para despedir al croata. En el minuto 72 se haría el silencio en el Molinón. Sergi Enrich dispararía desde fuera del área haciendo intervenir a Cuéllar que mandaría el esférico al palo. La pelota se pasearía cándidamente por la línea de gol mientras el sportinguismo observaba la escena con el puño en el corazón.

El Eibar adelantaba líneas para buscar el empate y el Sporting se limitaría a buscar la espalda a la defensa armera. Los asturianos no conseguirían definir dos contragolpes que acabarían en las botas de Carlos Castro.  La afición animaba a su equipo y apretaba al rival, era el jugador número 12. En el minuto 82 llegaría la sentencia asturiana. Jony aprovechaba un error de la defensa vasca y batía por bajo a Riesgo. Las gradas eran una fiesta de cánticos y de emoción. A cuatro minutos del final el colegiado anulaba un gol legal del japonés Inui. El tiempo de juego llegaba a su fin y la afición despedía a sus jugadores entre gritos de esperanza. Sí se puede. El Sporting dormiría pensando en la salvación.