El Atlético Malagueño continúa en su lucha particular por ascender a la categoría de bronce del fútbol español. El conjunto dirigido por Salva Ballesta se deshizo hace una semana del Ejea pese a perder en el partido de vuelta celebrado en La Rosaleda. Para la siguiente eliminatoria, el club descartó que el filial volviera a jugar en el feudo malaguista, así que, ante el San Roque de Lepe, el filial "se mudó" nuevamente a los campos de la Federación Malagueña, donde ha actuado durante la temporada.

La afición, que llenó 7.000 asientos de La Rosaleda, volvió a movilizarse para apoyar al equipo blanquiazul en el segundo escollo de los tres que deberá superar en su retorno a Segunda División B. Estaba sobreaviso con el rival, un San Roque de Lepe asiduo en las eliminatorias finales de ascenso y con una veteranía que chocaba con la bisoñez del conjunto malacitano. Nadie se lo quiso perder, por lo que los dirigentes estuvieron presenciándolo bajo el sol con Abdullah Nasser Al-Thani a la cabeza.

Poco se rompió el hielo en la primera parte. La idea de ambos era no darse facilidades y mantener la compostura. El San Roque quiso mantener un ritmo más pausado y que se jugara en pocos metros para no desencadenar el vértigo malaguista en tres cuartos de campo. Su plan funcionó, incapacitando las combinaciones interiores de los malaguistas, pero el peligro llegó por la banda izquierda, de la que Ernesto se adueñó y, por ahí, quebraron al rival. 

Tuvieron que transcurrir los minutos para observar una mejoría del conjunto lepeño, que, progresivamente, fue ganando terreno y aproximándose al área contraria, sobre todo, a partir de la vitalidad que aportaba Mustafá por la banda derecha. Aun así, no sufrió el cuadro de Salva Ballesta hasta el descanso. La salida de sus pupilos fue fulgurante a la salida de vestuarios. Cogieron al toro por los cuernos y, en efecto, lo torearon. Samu Castillejo conseguía tener tiempo con el balón en los pies y se sucedieron varias acciones ofensivas hasta que, en una jugada aparentemente ensayada, Juanpi probó un disparo defectuoso que recogió Ernesto para mandarlo a la red.

El campo estaba volcado y el San Roque obnubilado, pagándololo con la expulsión de David Llanos por una roja directa mostrada por el colegiado debido a una aparente agresión que apercibió el linier. El árbitro indicó la falta al borde del área, que fue para Juanpi Añor. El zurdo dibujó una trayectoria perfecta en su disparo para colar el balón por la escuadra de la portería, para deleite de los aficionados, que veían ya dado un gran paso adelante.

Sin embargo, Salva Ballesta tuvo que reparar en la lesión de Toni, el guardameta malaguista, en un choque fortuito con un compañero, lo cual alteró los planes del técnico, que agotó sus cambios de forma inesperada. El cuadro onubense echó el resto en busca de un gol que recobrara la emoción en la eliminatoria para la vuelta. Embotellaron al filial malaguista en la recta final a base de jugadas a balón parado hasta que, en una de ellas, Juanma conectó un balón en área pequeña para rubricar el 2-1 final. Sabor agridulce para el Atlético Malagueño, que no vio tan recompensada su superioridad y tendrá que aguantar la ventaja la próxima semana en territorio rival.