Tras el partido frente al CD Laredo los jugadores del club romano hicieron noche en tierras cántabras para partir a la capital extremeña en la mañana del domingo. 

Cerca de las 19:30 horas, llegaba el autobús del equipo a la ciudad y realizaba la tradicional ofrenda floral a la patrona de Mérida. Tras esto, los jugadores se dirigían a la Plaza España para celebrar el ascenso con el resto de aficionados.

Una Plaza España abarrotada recibía a los suyos al grito de campeones. Fueron saliendo al balcón del ayuntamiento dirigiéndose a los aficionados, haciendo del momento una fiesta para la historia del club y de la ciudad. 

Los jugadores agradecían una y otra vez a la afición el apoyo mostrado durante la temporada y celebraban con ellos el ansiado y deseado ascenso a la categoría de bronce que se resistió el pasado año.

La ciudad de Mérida no dejó solo a su equipo en un día festivo y se podían ver en la calles de la ciudad familias disfrutando del éxito del su equipo y a muchos niños con banderas y bufandas al viento, todo un mérito del club que esto se haya conseguido.