Era un duelo importante para ambos equipos. A la rivalidad geográfica se le unía la comprometida situación en la tabla de clasificación de Almería y Málaga. El primero tenía un punto más que el segundo, estando ambos próximos al descenso.
 
El encuentro se esperaba muy intenso, y así lo fue. No hubo dominador claro a lo largo de los 90 minutos. El Málaga disparó más a la portería defendida por Esteban, aunque las jugadas de los malacitanos finalizaron sin demasiado peligro para el Almería. Un claro ejemplo es el ausente remate de Angeleri hacia la media hora de partido. El defensa se lamentó de su falta de reacción a pesar de haber recibido en el área un balón franco para disparar. Las otros remates de los visitantes fueron desde media distancia y lejos de poder inquietar al veterano portero local.
 
Por su parte, el Almería llegó al área contraria con menos frecuencia, aunque lo hizo con mucho más peligro que el Málaga. Hacia el cuarto de hora de partido Trujillo tuvo el gol, a pesar de estar en posición antirreglamentaria. No lo vio el juez de línea y Caballero tuvo que intervenir para despejar el remate de cabeza, a bocajarro, del defensa almeriense. Cuando decaía la primera parte del encuentro, Aleix Vidal también probó fortuna con un disparo desde fuera del área. Disparó con fuerza, pero el balón salió demasiado centrado lo que facilitó otro buen despeje del portero visitante.
 
Los primeros cuarenta y cinco minutos dejaron además cinco amarillas. El encuentro por momentos fue bronco y Muñiz Fernández se vio obligado a amonestar a varios jugadores.
 
Nada cambió en la segunda parte
 
El patrón de juego siguió siendo el mismo en la segunda mitad. Había pánico por perder. Aunque en ocasiones hubo imprecisiones en ambos bandos, ninguno de los dos equipos llegó a tener errores graves atrás.
 
Las defensas se impusieron siempre a los atacantes. Jonathan, bastante activo en el Almería, quedó preparado para el disparo a puerta en varias jugadas del encuentro, sin embargo los defensas del Málaga abortaron una y otra vez las jugadas en ataque de los rojiblancos.
 
A falta de veinte para el final, Rodri saltó al terreno de juego con la intención de encontrar el gol. El máximo goleador del Almería reapareció tres meses después de su lesión. Recibió el alta médica el viernes, aunque Francisco no dudó en meterlo en escena. No marcó, aunque su instinto goleador hizo sumar una nueva ocasión de gol para los locales con un disparo lejano y de espaldas a la portería del Málaga.
 
El encuentro finalizó con un nuevo remate, algo ortodoxo, de Trujillo. El disparo llegó en una segunda jugada y con Caballero fuera de posición, terminando el balón por encima del larguero.
 
En la segunda parte el Málaga no consiguió llevar ninguna jugada de peligro sobre la portería defendida por Esteban. El miedo de perder, en cierto modo lógico por lo mucho que había en juego, ayudó para que este duelo no pase a la historia en cuanto a lucimiento se refiere.
 
El resultado no se movió y almerienses y malagueños se repartieron los puntos. El descenso continúa a la misma distancia que antes de iniciarse esta jornada, aunque hay que esperar a lo que haga el Rayo Vallecano. Este empate prolonga además el maleficio del Málaga en Almería, donde nunca ha vencido.