En el feudo rojiblanco se vivió un apasionante choque en el que los chicos de Francisco a punto estuvieron de dar la campanada al adelantarse en el marcador ante el todopoderoso FC Barcelona. Sin embargo, los cambios introducidos por Luis Enrique sirvieron para que el club culé consiguiera darle la vuelta al marcador y llevarse los tres puntos a la Ciudad Condal.

El dominio del Almería durante gran parte de la primera mitad y primeros minutos de la segunda hicieron creer a la afición rojiblanca que el sueño era posible, aunque finalmente los goles de Neymar y Jordi Alba echaran por tierra las ilusiones de los andaluces.

Ambos entrenadores daban la sorpresa con su planteamiento inicial. Francisco otorgaba la titularidad a Thievy en lugar de a Hemed, y como acompañante en el frente de ataque colocaría al veloz Jonathan Zongo. Soriano ocuparía una posición adelantada, similar a la de un 'falso 9' permitiendo bajar al césped todo el juego aéreo que desarrolló el Almería. Por su parte Luis Enrique dejaba en el banquillo a piezas clave de se conjunto como Piqué, Luis Suárez, Dani Alves o Neymar.


Tanto Francisco como Luis Enrique, vestidos de manera elegante, ocupaban posiciones en sus respectivos banquillos sabiendo que sus equipos necesitaban una victoria para poder poner fin a una mala racha, si bien es cierto que la mala dinámica de los rojiblancos es de mayor calibre que la de los catalanes.

El Estadio de los Juegos Mediterráneos presentó un gran ambiente en la tarde del sábado a pesar de que el tiempo no acompañara. Se congregaron hasta 12.606 espectadores en el feudo rojiblanco para ver cómo los de Francisco intentaban dar la sorpresa de la jornada y ponían más interesante la competición regular.

Francisco planteó un partido en el que destacó la solidez defensiva, sin dejar huecos que pudieran ser aprovechados por los visitantes para hacer daño, combinada con una presión a todo campo para impedir la salida cómoda de balón catalana. El planteamiento resultó ser efectivo, y el Barça apenas dispuso de ocasiones de gol durante la primera mitad de juego. Ningún detalle podía quedar al azar.

Tanto Ximo Navarro como Dubarbier tuvieron un papel destacado en la faceta ofensiva de la UD Almería frente a los culés. Las cabalgadas de los dos laterales pusieron en más de un aprieto a la zaga blaugrana.

La potencia física de Jonathan y Thievy fueron el plan de ataque de Francisco para alcanzar la portería defendida por Bravo. Los desmarques de ruptura aprovechando un pase en largo y la velocidad de ambos puntas sirvieron para que los rojiblancos se adelantaran en el marcador gracias al gol del franco-congoleño Bifouma.

Mención especial para Fernando Soriano. El veterano capitán de la UD Almería dejó sobre el terreno de juego un partido digno de guardar en la vídeoteca. Todo balón que rondaba el centro del campo era disputado por el zaragozano, además de jugar con criterio los balones aéreos que llegaban desde la zona defensiva rojiblanca. Suyo es el pase que dejó solo a Thievy para poder batir a Claudio Bravo. Se retiró del terreno de juego ovacionado por toda la afición.

No fue el partido más brillante de los culés, como bien reconoció el propio Luis Enrique en la rueda de prensa posterior al partido, si biene s cierto que parte de la culpa de ello fue por el gran trabajo de los rojiblancos sobre el terreno de juego. Para remediar la situación el técnico blugrana introdujo un doble cambio tras el descanso, dando entrada a Neymar y a Luis Suárez, siendo este último protagonista en los dos goles del combinado catalán.

Con los dos astros del balón sobre el césped del Mediterráneo el juego del Barcelona mejoró notablemente. Los goles tardaron en llegar, pero finalmente acudieron a su cita habitual para dar los tres puntos a los de Luis Enrique.

A pesar de la derrota, los de Francisco se marcharon al vestuario tras el pitido final entre aplausos y mensajes de ánimo de la afición rojiblanca, que había visto cómo su equipo competía de tú a tú contra uno de los clubes más potentes del panorama europeo actual, llegando a acariciar la victoria durante gran parte del choque.