Con tablas en el marcador finalizó el choque entre Almería y Dépor, dos rivales directos en la lucha por la permanencia que llegaban con un sólo punto de diferencia entre ellos en la tabla clasificatoria.

El encuentro, caracterizado por su bajo ritmo de juego durante gran parte del mismo, trajo consigo a un Almería que fue yendo de menos a más y a un conjunto gallego que contó con hasta 20 disparos a puerta que no pudieron ser transformados en gol.

En los segundos cuarenta y cinco minutos, los de Juan Ignacio Martínez fueron disminuyendo su presencia sobre el césped y tras la expulsión de Thievy en los primeros compases del envite tras la reanudación, propiciaron que el cuadro blanquiazul se hiciera con el control del jeugo. Michel Macedo tampoco pudo finalizar el partido tras la doble amonestación que vio en las postrimerías del partido.

Ambos entrenadores, conscientes de lo que había en juego, pusieron en liza a su mejor once disponible. El míster local, con la única baja obligada de Rubén Martínez, salió con un 4-2-3-1 sin grandes novedades con respecto a la anterior semana en el Vicente Calderón. Por su parte, Víctor Fernández, con las ausencias de Lopo en defensa y de delanteros como Toché, Postiga o Cavaleiro salió con Lucas Pérez y Oriol Riera como principales mordientes en ataque.

La afición local tuvo tiempo para mostrar su disconformidad con respecto a la sanción interpuesta por la FIFA a través de la cual se le descontarían tres puntos en la clasificación al conjunto del Mediterráneo por posibles con clubes extranjeros, concretamente con el Aalborg danés.

El choque comenzaría con un alto ritmo por parte de los rojiblancos, que veían cómo en el minuto dos una chilena de Hemed dentro del área tras una falta lateral botada por Corona acabaría siendo repelida por Fabricio.


Poco a poco los gallegos fueron asentándose en el terreno de juego y la incidencia de sus hombres de ataque fue creciendo, destacando las internadas por banda de Isaac Cuenca o Lucas Pérez, o la profundidad de ambos laterales, que llegaban a línea de fondo para surtir de centros a Oriol Riera.

En el palco de autoridades estuvieron presentes los presidentes de ambas entidades, así como otras personalidades, tales como el alcalde de la ciudad o el concejal de Deportes.

Los minutos avanzaban y el árbitro del encuentro, Jesús Gil Manzano, fue cobrando protagonismo, cargando de tarjetas a ambos equipos, llegando incluso a expulsar a Thievy, en primer lugar, y a Michel Macedo, después.

El Almería, bien pertrechado atrás, esperaba su oportunidad a la contra, mientras que el Dépor llevaba el peso del partido y las llegadas a la meta defendida por Julián Cuesta eran constantes, pero no terminaban de fructiferar.

Finalmente, el choque acabaría tal y como empezó y con ambos equipos manteniendo la distancia que les separaba, pero aumentando en un punto la misma con respecto al descenso tras las derrotas de Levante, Córdoba y Granada.

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FOTOS: @Almeriajuega - VAVEL