Victoria del Rayo de Paco Jémez en el Estadio de Vallecas que certifica prácticamente de forma matemática la permanencia un año más en la máxima categoría del fútbol español. De esta forma, los rayistas han conseguido reivindicarse después del naufragio que sufrieron la pasada jornada ante el Celta de Berizzo en Balaídos, donde los jugadores franjirrojos cayeron derrotados de una forma bastante abultada (6-1) en un encuentro que empezaron ganando con gol de Manucho. Por su parte, el nuevo Almería de Sergi Barjuan corta la dinámica positiva que instauraron la pasada jornada, con la extraordinaria victoria ante el Granada de Abel Resino por tres goles a cero. Pese a la derrota, los andaluces no entrarán en zona de descenso esta jornada por el golaverage general, que les mantiene con ventaja respecto al Deportivo de la Coruña y al propio Granada.

Primera parte: declaración de intenciones del Rayo

La primera parte comenzó con una intensidad impropia de los primeros minutos de un encuentro de fútbol, el Rayo puso el fútbol de toque mientras que el Almería intentó defenderse con uñas y dientes para evitar la prerrogativa de los últimos encuentros, encajar gol en los primeros minutos de partido. En los primeros compases, Kakuta desbordó por la banda e intentó en varias ocasiones poner buenos centros para que un portento físico como Manucho pudiera rematar a puerta, sin embargo unas veces la defensa y otras Rubén, desbarataron cualquier posibilidad rayista.

Con el paso de los minutos, los de Paco Jémez se hicieron completamente con el control del cuero y dispusieron de unas cuantas ocasiones para desvirgar el marcador, una de ellas fue rechazada por un acertado Rubén, que volvía al estadio donde jugó las pasadas dos temporadas defendiendo los intereses del Rayo. Pese a las intentonas de los del sur de Madrid, el Almería se encerró en el área evitando cualquier tipo de jugada de elaboración por parte de los madrileños, sin embargo un claro fallo defensivo de los zagueros almerienses puso en ventaja en el marcador al Rayo Vallecano. Zé Castro se deshizo de la presión de los medios almerienses, la puso de forma magistral para Amaya, que con un duro cabezazo batió a Rubén sin oposición, una oposición que tan solo fue ejercida por Mauro Dos Santos, obligado a cubrir tanto a Amaya como a Manucho en la jugada del gol.

Pese al tanto rayista, el Almería no se desesperó y otorgó a la contra sus posibilidades para igualar el encuentro, de esta forma no le disputó la posesión al Rayo, que buscó el segundo gol con sus activos y veloces extremos, Kakuta y Embarba. Con una caída del propio Embarba dentro del área, donde Gil Manzano no vio nada punible, se llegó al descanso en el Estadio de Vallecas.

Segunda parte: reacción rojiblanca

La labor de Sergi Barjuan al descanso fue fundamental para que el equipo rojiblanco cambiara totalmente de mentalidad y se lanzara a por la victoria en el transcurso de los segundos cuarenta y cinco minutos.

La segunda parte comenzó con un cierto dominio alterno pero con un Almería mucho más seguro en la circulación de juego que en la primera mitad. Thievy se postuló como la principal referencia del equipo a lo largo de todo el encuentro, pero de una forma más acentuada en la segunda parte, donde se convirtió en una auténtica pesadilla para los zagueros rayistas, Zé Castro y Amaya. Pese al dominio almeriense, el Rayo no renunció al ataque y siguió buscando la sentencia en el marcador para vivir el resto del encuentro con más tranquilidad. En un despiste de la zaga almeriense, tanto Embarba como Bueno a punto estuvieron de rubricar el segundo gol franjirrojo, sin embargo Rubén hizo dos intervenciones felinas para mantener las opciones del conjunto almeriense intactas. Tanto los jugadores como la parroquia rayista reclamaron mano de Dubarbier dentro del área en la jugada, argumentando que en realidad había sido el lateral zurdo del Almería el que había hecho la segunda intervención al disparo de Bueno.

Pese al dominio parcial del juego por parte de los almerienses, las jugadas claras no llegaban, por lo que el míster catalán, Sergi Barjuan, decidió dar un vuelco al partido introduciendo a Édgar y Hemed, para hacer más amplio el abanico de ideas en la zona ofensiva, sin embargo esto supuso un claro riesgo para los intereses rojiblancos, pasando a jugar con tres zagueros en la retaguardia.

Con el cambio de sistema de los almerienses, el Rayo dio un paso atrás y vio amenazado de forma bastante clara su hegemonía en el videomarcador, tanto es así que Zongo a punto estuvo de empatar el encuentro con un duro cabezazo que despejó 'in extremis' Toño, muy seguro a lo largo de todo el encuentro.

Sin embargo, en los últimos minuto de juego, los de Paco Jémez dieron un paso adelante para acabar de una vez por todas con el encuentro. El primer aviso se produjo en un jugadón de Miku y Pozuelo, que fue desbaratado por la zaga rojiblanca. Poco después, Kakuta y Miku acabaron con las aspiraciones de los almerienses al convertir el segundo y definitivo gol rayista. El rápido extremo francés se internó en el área, se marchó de toda la defensa, puso un balón bombeado por encima de la cabeza de Rubén, que tan solo tuvo que ser rematado a placer por el delantero venezolano, claramente en fuera de juego, tal y como muestran las imágenes.

Con este resultado, el Rayo certifica la permanencia virtual en Primera División al encontrarse con 41 puntos, a trece del primero que ocupa plaza de descenso, en este caso el Deportivo de la Coruña.

Por su parte, el Almería estará esta jornada fuera del descenso para alivio de su afición, que tanto está sufriendo con la marcha del equipo en la presente temporada.

En la próxima jornada, los de Paco Jémez visitarán Nervión, plaza más que complicada para conseguir puntos, donde los de Emery se han mostrado completamente intratables en lo que va de temporada. El conjunto almeriense recibirá al Eibar en el que puede ser el encuentro más importante de la temporada, máxime cuando los rojiblancos aún tienen que enfrentarse al Real Madrid, Sevilla y Valencia, entre otros. La lucha por la permanencia está que arde.