El fútbol es paradójico y caprichoso, en un segundo lo tienes todo y al siguiente nada. Algo parecido podría vivir el Almería el domingo en el estadio Juegos Mediterráneos.  Frente al Valencia los rojiblancos tendrán algo más que 90 minutos. El club podría tener todo y no podría tener nada. O lo que es lo mismo, podría mantener al primer equipo en Primera División y podría meter al filial en Segunda División.

Una de tantas paradojas que tiene este deporte, quizás por eso atraiga a tantas masas y quizás por ello sea tan bonito como es. Lo que es cierto es que en 90 minutos los rojiblancos se juegan mucho. Los caminos opuestos de las dos principales plantillas del club se cruzarán durante el último partido de Liga BBVA.

El filial ha sido el polo opuesto del primer equipoA principio de temporada se esperaba un año difícil para ambos equipos, sin embargo el filial rojiblanco ha mostrado un nivel enorme, capitaneado por un Michel Zabaco que literalmente se ha dejado la cara por la camiseta y apoyado en las paradas de Gianfranco y los goles de los Hicham, Antonio Puertas y Dani Romera que ha crecido hasta convertirse en el tercer máximo goleador del grupo.

Ganar y esperar los resultados lu único que puede hacer el AlmeríaPocos confiaban en sus posibilidades cuando veían al Almería B coqueteando con los Play-off durante gran parte de la temporada. Pero Miguel Rivera ha sabido dirigir a un grupo de jugadores con mucho futuro para llevarlo a la lucha por el ascenso en la categoría de plata. El futuro del Almería pasa sin duda por el filial y en ese filial ha demostrado calidad y casta para serlo. Jugadores como Antonio Marín, Carlos Selfa, Gaspar o el propio Dani Romera han jugado ya con el primer equipo.

El trabajo de Miguel Rivera no era fácil ya que no dependía de sí mismo, el técnico debe mirar también arriba y una vez clasificados para disputar el play-off por el ascenso deberán de esperar para ver que hacen sus hermanos mayores en una última jornada de liga en la que han perdido el derecho a depender de ellos mismo. Obligados a ganar y a esperar otros resultados la semana parece larga y con niebla sobre el Mediterráneo.

Pocas veces un equipo humilde como el Almería tendrá la posibilidad de tener  a dos equipos en las máximas categorías del fútbol español. Podría tenerlo todo y a la vez podría perderlo todo. Ganando al Valencia habrá que esperar a que dos de los rivales no ganen sus partidos. O en el caso de un hipotético empate a 35 entre Granada, Éibar, Deportivo y Almería también saldrían beneficiados los rojiblancos. 

Lo que queda claro es que ante un equipo que llega con la necesidad de sumar los tres puntos para asegurar la champions, el Almería tendrá el partido más importante de la temporada. Y aun ganando podría perderlo todo. Las nubes instauradas sobre el Mediterráneo podrían despejarse y dejar lugar a un idílico panorama o cernirse en una dura tormenta para un club que podría tener todo o nada.