Tras la mala racha arrastrada por el Almería llegaba una nueva cita liguera al Estadio de los Juegos Mediterráneos. Las críticas por parte de algunos sectores de la afición llovieron sobre la plantilla durante toda la semana previa, con la esperanza de que frente al CD Tenerife el conjunto rojiblanco se reinvindicase y consiguiese volver a mostrar ese nivel de juego de las primeras jornadas, brindando goles y sobre todo, puntos a la hinchada almeriensista.

Sergi Barjuan presentaba sobre el verde un once con numerosas variantes con respecto a lo mostrado hasta la fecha. Minutos previos al comienzo del encuentro sentaba a Casto y daba la oportunidad en Liga para Julián. En la zona ofensiva, Chuli permanecía sin acompañantes de ataque, tan solo ayudado por Eldin.

Saul Ais Reig, colegiado del encuentro, daba el pitido inicial y el balón echaba a rodar. Era el Tenerife el encargado de liderar el primer ataque del partido, consiguiendo así un saque de esquina a favor. Tras botar en corto y cambiar de banda, el balón quedaba en la frontal pero el disparo salía desviado. Los de Raúl Agné parecían liderar los primeros minutos.

El Almería no se encontraba sobre el terreno de juego. El Tenerife llevaba la iniciativa en el juego y el equipo rojiblanco lo intentaba con tímidas ofensivas al contraataque. Pasaban los minutos y los de Sergi por fin se acomodaban y comenzaban a tener un dominio mayor del balón. Pero no surgió hasta el minuto ocho la primera ocasión de los almerienses, tras una pared entre Montoro y Michel que acabó con centro del lateral y que por poco fue cabeceado por Chuli. Los almeriensistas conseguían recuperar el balón y ponerle un pase en profundidad a Chuli. El ariete cruzó el balón pero éste salió rozando el palo.

El equipo local parecía meterse de lleno en el partido, llegando su tercera ocasión con un centro a la frontal que fue finalizado con una volea por Eldin posteriormente despejada por Dani Hernández con dificultades. La grada rojiblanca, cosciente de lo que se jugaba su equipo, acompañaba el juego de los suyos con mensajes de ánimo.

De nuevo el Almería comenzaba perdiendo

Pero, y por ello lo bonito del fútbol, cuando el Almería parecía dominar, Suso ponía un pase en profundidad dejando solo a Nano ante Julián. El delantero la cruzaba y hacía el primero para los visitantes en el  minuto 21 de encuentro.

La afición no dejó a su equipo de lado y volvió a emitir una oleada de cánticos a favor de los rojiblancos. La plantilla, por su parte, le puso una marcha más a su juego para evitar que, una vez más, otro equipo se llevase los tres puntos de su feudo.

En el minuto 30 Chuli volvía a tener una oportunidad para hacer gol, pero la fortuna de nuevo no estuvo de su parte. Se escoró en exceso y, pese a desmarcarse y encarar al portero, su disparo con poco ángulo salió desviado. Era la tercera vez que Chuli finalizaba erróneamente un ataque almeriense.

Las imprecisión se apoderaba de la plantilla rojiblanca y el nervisismo llegaba a la grada, escuchándose las primeras pitadas del partido; al equipo local por el resultado y al Tenerife por las pérdidas de tiempo. El lateral izuierdo Sebastían Dubarbier recibía tarjeta amarilla en el minuto 37. José Ángel, correcto hasta el momento, daba la oportunidad al equipo isleño de hacer el 0-2, perdiendo un balón en la frontal del área almeriense, pero Julián consiguió atajar el cuero.

Antes del pitido que indicaría el final de los primeros 45 minutos, el Almería conseguió anotar un gol, obra de Montoro, pero el árbitro lo anularía por exisitir fuera de juego en el momento en el que Chuli la peinaba hacia el centrocampista.

Tan solo 45 minutos para salvar la situación

Comenzaba la segunda parte y Sergi, para evitar un mal mayor, retiraba del terreno de juego al amonestado Dubarbier y daba entrada a un hombre de ataque, Quique González, cayendo a banda Chuli. El Almería quería llevar el peso del partido en esta segunda parte, ocasionando un córner en los primeros minutos.

Con un esquema más ofensivo, llegando a formar una línea de cuatro futbolístas en el ataque, los pupilos de Sergi lo intentaban con balones al área. La UD Almería no sólo se jugaba los tres puntos en el Juegos Mediterráneos. La preocupación llegaba desde el primer aficionado hasta el último miembro del cuerpo técnico, pasando por todos los integrantes de la plantilla, ya que en caso de sufrir otra derrota, el equipo urcitano tan solo habría coseguido seis de los 21 puntos posibles.

De nuevo el Almería anotaría un gol, pero el árbitro tomó la misma medida que la ocasión anterior. Fran Vélez cabecearía una falta botada por Montoro, consiguiendo meter el balón hasta el fondo de las mallas, pero su posición era no reglamentaria. El Tenerife llevaba a cabo su primer cambio en el minuto 55, entraba Jairo y salía Nano, autor del gol.

Los rojiblancos no paraban de intentar anotar y finalmente la recompensa llegó en el 58. Tras un centro de Montoro que fue despejado  por la zaga hacia la banda contraria, Michel recogió el balón y no dudó en disparar. El esférico rebotó en el central Alberto y entró en la portería con el guardameta totalmente vendido.

La remontada era posible

Empezaba un nuevo partido, ambos equipos buscaban el gol que rompiese el empate en el marcador, y el que más ganas le echó fue el que lo consiguió. Tras una cabalgada de Eldin y un balón en profundidad para Quique, el número nueve, tras zafarse de su marca, ponía un centro perfecto para que Chuli, entre tres defensas, cabecease y pusiese el 2-1 en el luminoso en el minuto 66.

La euforia inundó el Juegos Mediterráneos. Las prisas eran ahora para el conjunto tinerfeño, que dio cabida sobre el verde a Omar, que entró sustiyendo a Raúl Cámara. Aun así, el dominio era rojiblanco. En el minuto 75 Iago Díaz entraba en el terreno de juego, Eldin fue al que le tocó sentarse.

Una imagen totalmente nueva. Pese al resultado a favor, la UD Almería quería tener el dominio del partido, pero el Tenerife rompía el juego rápido que proponía Sergi con largas posesiones y jugadas de toque cercanas al área rojiblanca. En una internada por banda del equipo visitante Michel recibió tarjeta amarilla al evitar la progresión hacia el interior del área. Tras ser botada la falta, Julián, al atrapar el balón por alto, sufriría un golpe que llevó a la perdida de un par de minutos.

Los tres puntos se escaparon en el último minuto

Se entraba en los últimos cinco minutos de partido con un Almería que buscaba el tercero a través de los contragolpes y que cuando era el Tenerife el que atacaba se encerraba en su área. Y fue por ello por lo que llegó el segundo gol de los de Raúl Agné. 

Julián Cuesta salía de la zona del portero para despejar un balón. El error fue grande cuando el esférico volvió a llegar a las botas de un jugador del Tenerife, en concreto a las de Aurtenetxe, que golpearía y haría el 2-2 ante una defensa que parecía ajena al juego y al peligro que acarreaba la jugada.

El partido finalizó y la hinchada, muy descontenta, recriminó a su equipo por medio de una sonora pitada los malos resultados que le acompañan y que han propiciado que un conjunto constituido para pelear por ascender se haya ido alejando más de la zona de arriba y sobre todo, que muestre una imagen pobre para la consecución del ascenso.

El equipo entrenado por Sergi Barjuan tan solo ha obtenido siete puntos en las primeras siete jornadas de la Liga. El campeonato es largo, pero la impaciencia de la grada y de la directiva han dado pie que se anuncie la destitución del preparador catalán, toda vez que tras el encuentro se hayan reunido en la sede del club miembros de la directiva almeriensista y el propio técnico.

En la próxima jornada liguera, la Unión Deportiva Almería tendrá nuevo inquilino en el banquillo, el quinto en los últimos dos años y el vigésimo en la breve historia de la entidad.