En una desapacible y gris tarde de febrero se dieron cita dos equipos que necesitaban la victoria como el respirar. Gorosito repetía en casa el esquema de 3-5-2 que estaba dando buenos resultados al club rojiblanco, mientras que el Lugo de Luis Milla partía con un 4-3-3 ofensivo con Pablo Caballero como referencia en la punta de ataque, ante la baja de Pereira.

Alberola Rojas, encargado de administrar justicia en el choque, indicó el inicio del mismo cuando el reloj marcaba las 18:00 tras un emotivo minuto de silencio en honor a la defunción de Juan Goros, leyenda del fútbol almeriense, además de varios abonados al club fallecidos.

De más a menos

El Almería comenzó enchufado, con ganas de hacer valer su condición de local, y a los cinco minutos del comienzo tuvo una gran oportunidad de batir a José Juan, pero la falta botada por Pozo fue rechazada por la zaga visitante. Poco más se vería cuando se cumplía el primer cuarto de hora de partido: demasiado centrocampismo y pocas llegadas. Aún así era el Almería el que se mostraba más seguro sobre el terreno de juego, bien plantado y con las ideas claras.

Los gallegos no se rendían, pero apenas tenían trato con el esférico, y sin éste, los de Milla sufren. Eso lo sabía Gorosito, que ya avisaba en la previa del partido que era clave limitar la posesión de un rival que no está cómodo huérfano de balón. Chuli la tuvo para estrenar el luminoso pasado el 20', pero mandó a las nubes un potente centro de Míchel Macedo. Para frenar las rápidas acometidas rojiblancas a la contra, Milla ordenó a su retaguardia ser agresiva a la hora de buscar el fuera de juego. Algo que sirvió, y de mucho, para impedir que Chuli y Quique dispusieran de balones francos frente el meta gallego.

El sol hacía acto de presencia a la media hora de encuentro, y esto pareció inspirar al Lugo, que poco a poco acaparaba el dominio del balón. Los de Gorosito no iban a renunciar, y forzaron una peligrosa falta cerca del pico del área defendida por el Lugo, pero que Pozo colocaría directamente en las manos de José Juan.

Se acercaba el final de la primera mitad, y el marcador no parecía tener intención de moverse. La falta de llegada por parte de ambos combinados era la culpable del pobre espectáculo que se estaba viendo sobre el verde del Juegos Mediterráneos. El Almería se desesperaba, olvidándose de jugar y cometiendo errores en pases para finalizar, fruto de la ansiedad. El peligro sobrevolaría el feudo urcitano, ya que tras un fallo de comunicación de la defensa local el balón quedaría a merced de David Ferreiro en la frontal, pero fue desviado por la zaga almeriensista in extremis.

Y sin añadir ni tan siquiera un segundo ni mostrar ninguna tarjeta en toda la primera parte, el colegiado decretó el final de la misma. La afición rojiblanca esperaba en la grada que se acabara con ese insulso juego que no estaba llevando a la consecución del objetivo de retener los tres puntos en casa.

Un nuevo Almería para la segunda parte

Gorosito notó que algo no funcionaba en su esquema, y decidió cambiar de táctica: retiraba del terreno de juego a Goñi y daba entrada a Juan Ramírez en busca de algo más de juego ofensivo con el que adelantarse en el marcador al poner al Almería con una defensa de cuatro en un claro 4-2-3-1. Y pareció dar frutos, porque poco después del inicio de la segunda mitad el Almería dispuso de un córner que tras ser sacado en corto alcanzó en el posterior centro el corazón del área para ser rematado por Chuli, pero un acertado José Juan detendría con el cuerpo el disparo a quemarropa.

La estrategia tenía un pero. El perder un jugador atrás restaba seguridad en la retaguardia urcitana, e Iriome sabría aprovechar esto, junto con un fallo de Vélez en la marca dejaba al jugador visitante con un balón más que bueno para batir a Casto por debajo de las piernas y poner el 0-1 en el marcador en el 53'

Milla movía el banquillo poco después del gol. Salía al terreno de juego Campillo en el lugar de David López. El Lugo estaba muy cerca de asaltar el Juego Mediterráneos, y un Almería que se iba a pique por momentos se lo ponía en bandeja, a pesar de tener tiempo más que de sobra para enmendar la situación en la que se había visto envuelto. Seoane vería la primera cartulina del encuentro, al cometer una falta cerca del banderín de córner, pero el Almería no sacaría partido de la misma gracias a lo expeditiva que estaba la zaga gallega.

El Almería parecía animarse de nuevo, y tras tener que evitar Casto el segundo tanto, De Coz vería amarilla por una dura falta sobre Quique. Antes de ser botada la falta, se verían cambios por parte de ambos equipos: Quique por Uche en el bando local, y el goleador Iriome por Lemos en el visitante. El Lugo por su parte, con los tres puntos en el bolsillo, jugaba con el crono, viendo como consecuencia de ello Pita amarilla en el 73' al perder tiempo mientras debía poner el balón en movimiento tras una falta cometida por Vélez.

En el 77' ambos técnicos agotarían los cambios: Fatau se retiraría del terreno de juego para dejar paso al veterano Soriano, mientras que Milla sustituía al dolorido y amonestado Pita por Sergio Marcos. Los locales continuaban con su personal 'quiero y no puedo', pero al menos tras los cambios el juego se hizo algo más dinámico y acercaba la posibilidad del empate.

Cuando el partido daba sus últimos coletazos Michel vería la única amarilla que el Almería contó en este choque, y poco a poco toda esperanza de que tan siquiera un punto se quedara en el Juegos Mediterráneos se deshacía como un cubito de hielo al sol. Y para aquellos que aún conservaran algo de esperanza, Pablo Caballero haría la sentencia tras un fallo de la defensa, que había bajado los brazos y un error de Casto al tratar de blocar el centro desde la derecha. 0-2 en el luminoso y el campo se vacío de público y jugadores bajo una sonora pitada por el esperpento mostrado sobre el césped del Juegos Mediterráneos.