Cuando Ángel Trujillo se marchó de la Unión Deportiva Almería rumbo al Levante lo hizo con un pie en tierras andaluzas y con el otro en la ciudad valenciana. El futbolista madrileño quería crecer en la élite del balompié nacional sin olvidar la que fue su casa durante ocho años y, habiendo firmado un contrato de cuatro años con el conjunto granota, se antojaba complicado pensar que su vuelta fuera tan prematura como finalmente ha sido. En la mochila, el zaguero trae un año complicado tanto a nivel personal como colectivo, en el que una lesión en el ojo derecho a punto estuvo de acabar con su carrera futbolística. Ahora, una vez superado ese trance, quiere volver a sentirse importante y Almería es el lugar idóneo para ello, como él mismo ha afirmado.
"Jugadores como Corona o Soriano han sido referentes para mí y no les puedo fallar"
"Tenía muchas ganas de volver a ser feliz y aquí lo he sido. Quería volver a sentir por unos colores, sentirme identificado con el equipo al que defiendo y el mejor sitio para para ello es Almería, la que considero y es mi casa", comenzaba interviniendo un Trujillo que ahora se pondrá a las órdenes de Fernando Soriano, que no hace mucho fue su compañero y sobre el que ha asegurado ir a muerte con él: "Si como compañero era un referente y confiábamos mucho en él, ahora más. Estamos muy comprometidos con él". Y es que el central unionista ha destacado que le une un gran vínculo al preparador aragonés: "Me conoce muy bien, ya como jugador me exigía bastante y me daba la chapa durante los partidos. Para mí es un reto cumplir con las órdenes que me dé porque tengo un compromiso muy grande con él, por la confianza que ha depositado en mí y por haber querido que volviera. Jugadores como Soriano, Corona o el propio Esteban han sido referencia para mí en el campo y no les puedo fallar".
Haciendo referencia a los motivos que le llevaron a abandonar la disciplina almeriense rumbo al Levante, ha explicado que su salida obedeció a aspectos puramente deportivos: "La vida del futbolista es muy corta. Tuve la oportunidad de salir de la que era mi casa, en la que he crecido como persona y jugador, y de jugar en Primera División. Fui a probar, no me salió bien y cuando salió la opción de volver no me lo pensé". Una operación, la de su vuelta, que se ha fraguado gracias a las negociaciones entre los clubes implicados y que se ha dilatado en el tiempo más de lo que las partes interesadas hubieran deseado, según ha argumentado el propio Trujillo: "El Levante contaba conmigo y así me lo comunicó cuando acabó la temporada pasada, pero yo no quería engañar a nadie porque no estaba a gusto, no por parte del Levante, para quien solo tengo palabras de agradecimiento, sino porque lo que quería era volver a casa y sentirme identificado".
A colación de ello, el nuevo central unionista no duda en afirmar que ha regresado con la intención de retirarse en el Almería. "Lo he pasado muy mal lejos de aquí, he estado a punto de tener que dejar el fútbol y cuando estás en esas situaciones te das cuenta de lo que tienes, de lo que tenías y de lo que necesitas para ser feliz, no solo tú mismo, sino la gente que tienes alrededor".
Echando la vista atrás, centrándose en el aspecto colectivo, ha querido diagnosticar el mal endémico que el año pasado llevó a que el conjunto del sureste andaluz cuajara una de las peores campañas de su historia, que no es otro que, a sus ojos, haberse visto con la necesidad de ascender de categoría desde la pretemporada: "Al bajar de Primera División teníamos esa presión que nos generábamos nosotros mismos por tener que ganarlo todo y eso fue lo que nos llevó a sufrir hasta la última jornada. Este año tenemos que ser más cautos, ir partido a partido y no pensar más allá de competir al máximo contra el Cádiz".
"Cuando me volví a poner la camiseta del Almería sentí lo mismo que cuando subí al primer equipo"
Al volver a enfundarse la zamarra rojiblanco tras la confirmación de su fichaje, el defensa indálico sintió un cúmulo de sensaciones que le transportaron a su estreno con el primer equipo, allá por el año 2012: "Sentí lo mismo que cuando subí al primer equipo, estaba muy nervioso. Hasta prácticamente hoy me he encontrado tímido y eso que en el campo suelo hablar y tener mucho carácter. Tenía tanta ilusión y tantas ganas de volver... Estoy muy feliz y con mucho compromismo por volver a defender esta camiseta".
Con la vuelta del central madrileño, supersticioso reconocido, al Mediterráneo volverán a verse los clásicos saludos que otrora realizaba a cada fondo antes de que se iniciasen los partidos, aunque todavía no es seguro que lo vaya hacer portando el dorsal "5" que dejó vacante tras su salida y que fuera ocupado el curso pasado por Carlos Cuéllar y ahora por Quintanilla. "Estoy en negociación, pero entiendo que Álex ha llegado antes que yo. Espero conseguirlo y si no, tendré que buscar otro", ha comentado respecto a este asunto.
