Casto Espinosa, guardameta de la Unión Deportiva Almería, estará en el dique seco entre dos y tres semanas debido a la lesión que sufrió el pasado sábado en el encuentro ante el Rayo Vallecano, cuando el meta trató de despejar un balón colgado al área y chocó contra un contrario, viéndose aquejado de una dolencia en la rodilla izquierda, la cual no le impidió completar los 90 minutos del choque y cuajar una actuación más que destacable, realizando hasta tres intervenciones de relumbrón y dejando su potería intacta.

Pues bien, tras someterse a unos exhaustivos exámenes médicos, que han corrido a cargo del doctor Pedro Luis Ripoll, se ha llegado a la conclusión de que el arquero sufre una rotura parcial del músculo Poplíteo de la cara externa de la rodilla afectada, percance que le obligará a perderse entre dos y cuatro jornadas del campeonato, al menos la de este domingo ante el Girona y la siguiente frente al Tenerife, por lo que desde el club andaluz estarán pendientes de la evolución y  de las sensaciones del propio futbolista para esclarecer si podrá ser de la partida en la fecha intersemanal del 21 de septiembre que pondrá en liza al UCAM Murcia y al Almería o si, por el contrario, tendrá que esperar unos días más para poder enfrentarse al Lugo en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

De esta manera, el ex de Las Palmas, entre otros, procede ya a comenzar un trabajo de recuperación para, en la medida de lo posible, acortar los plazos que requiere el mismo y se une a la ausencia de Dubarbier, que se va incorporando a la dinámica del grupo, puesto que alcanza ya dos semanas alejado de los terrenos de juego. También, están entre algodones Diamanka, Trujillo y Fidel, aunque se espera que todos ellos puedan estar disponibles para rendir visita a Montilivi.

Así las cosas, Fernando Soriano se verá obligado a alinear al que, hasta ahora y durante la mayor parte de la campaña pasada, había sido el portero suplente. Es el caso de Julián Cuesta, que, como él mismo declaró, es sabedor de la confianza que el técnico tiene depositada en su persona, puesto que este verano estuvo cerca de abandonar el club unionista, pero finalmente ha optado por cumplir el año que le resta de contrato, habiendo sido el preparador aragonés una pieza fundamental en la decisión final del cancerbero granadino.