La vida tiene caminos inescrutables, algunos de ellos pueden pasar todos los días de su vida a la sombra de un ídolo nacional, de un héroe incomparable y, de repente, cuando desaparece la luz de ese mesías, los focos, desmemoriados, ansiosos de presente, antaño ajenos, se revuelven buscando un nuevo protagonista. Por suerte o por desgracia, más bien lo primero, las luces buscan transformar todo en el todo, esa totalidad de la que hace nada ni siquiera formaba parte.

La trayectoria de Jackson Martínez está ineludiblemente ligada al camino de la sombra. Esa acera de enfrente en la que el sol ‘no pega’, ese lugar donde ni siquiera el astro rey pone su atención, porque el calor, el interés, la luz, está en otro lado. Sin embargo, el destino siempre ha tenido guardado un as en la manga, una carta que, partida a partida, partido a partido, ha sido puesta en la mano, en las botas, del ‘9’ a la sombra de El Tigre.

Muñecas decapitadas, goles improvisados

Pocos sabrán que Jackson Martínez tiene un segundo nombre, Arley. Jackson Martínez Arley Valencia, para más señas. No se sabe la razón por la que sus padres optaron por Arley como segundo nombre, quizá por Arley Betancourth, ex jugador colombiano, lo que sí sabemos a ciencia cierta es que los padres del ahora delantero decidieron que Jackson sería el nombre más adecuado para un pequeño que imitaba los pasos del rey del pop, Michael Jackson. Esta fue la razón por la que en su bautizo, a una edad mayor de lo habitual en nuestro país, decidirían tal nombre.

Jackson usaba las cabezas de las muñecas de sus hermanas para jugar al fútbol

Jackson Martínez nació en octubre de 1986 en Quidbó, capital del departamento colombiano del Chocó, al oeste del país, y con una población que ronda las 115.000 personas. Desde pequeño brilló por su picardía y su atrevimiento, macabro en ocasiones. Tales eran las ganas de jugar al fútbol del pequeño Jackson que arrancaba las cabezas de las muñecas de sus hermanas Lady y Yadira y las utilizaba como improvisados balones, confesiones que tanto su madre como su padre no han dudado en sacar a la luz. De su madre aprendió la fe, la devoción por Dios que le sigue acompañando a día de hoy. De su padre, Orlando Martínez, tomó la pasión, el amor absoluto por el fútbol.

Jackson acudía desde muy pequeño al centro cristiano donde iba su madre, donde consolidó su creencia en Dios, al mismo tiempo que su padre le regañaba una y otra vez por llegar tarde y embarrado a casa después de jugar al fútbol, a pesar de la carencia de ropa que tenía el pequeño.

Aprendiendo en Medellín

Los primeros pasos de Jackson Martínez de manera profesional en el mundo del fútbol fueron en Independiente de Medellín. Antes de esto, los clubes aficionados Deportivo Encizo y Coopebombas, también de Medellín, sirvieron para que el joven aprendiera las primeras lecciones del deporte rey. En 2004 debutó en el Torneo Finalización con Independiente de Medellín.

Las siguientes temporadas, 2005, 2006 y 2007 no fueron las mejores para un chico que apuntaba maneras pero que no dejaba de ser un suplente cumplidor. En estos años, inimaginablemente lejos de lo que es hoy, jugó menos de 60 partidos y sus goles apenas superaron la decena. La temporada siguiente fue bien distinta. El primer paso llegaría en el Torneo Finalización de 2008 en el que marcó 10 goles, por detrás de Teófilo Gutiérrez o Adrian Ramos, compañeros en la selección a día de hoy.

Jackson Martínez Independiente de Medellin VAVEL

Jackson celebra uno de sus goles ante Peñarol en el famoso encuentro de Copa Libertadores | Foto: Getty Images

La buena campaña en 2008 sería apenas un ‘entrante’ de lo que esperaría en 2009, el año de la consagración en Medellín. Jackson anotó 22 en 27 partidos de liga, 25 tantos entre todas las competiciones, con una media de 0’78 goles por partido. Un hattrick en Copa Libertadores ante Peñarol lo pondría en el escaparate, a pesar de sufrir una lesión en la previa. Aquellos tres goles le costaron estar de baja un mes pero había merecido la pena. Poco después acabaría ganando el Torneo Finalización de 2009, se proclamaría máximo goleador del campeonato con 18 goles y sería nombrado mejor jugador del torneo. Jackson tenía un nombre importante en el fútbol colombiano.

Corea, lo que nadie recuerda

En la trayectoria futbolística de Jackson Martínez hay un capítulo que nadie recuerda, probablemente por una razón de peso: nunca llegó a ser una realidad tangible. Tras acabar su etapa en Medellín, el presidente del club colombiano confirmó el traspaso del delantero al Ulsan Hyundai Horang de liga de Corea del Sur, equipo que puso sobre la mesa dos millones y medio de dólares para su fichaje. El delantero aceptó con gusto la propuesta y el presidente entendió que era una buena posibilidad para sanear las cuentas del club.

Aquel traspaso, a pesar del preacuerdo, nunca llegó a producirse. La propuesta que llegaba de Corea cambió, entre otros aspectos, los incentivos económicos y la vivienda que le proporcionarían al delantero para vivir. Mientras la puerta de Corea se cerraba se abría la de México.

México, trampolín a Europa

River Plate y Racing, ambos de Argentina, pelearon por llevarse al delantero pero finalmente serían los Jaguares de Chiapas los que lograrían el pase del ‘9’. La etapa en el país centroamericano fue dispar, inicio difícil y final pletórico. Jackson estuvo tres temporadas en México, en las dos primeras anotó 16 goles en 33 partidos, cifras respetables. En la segunda temporada mejoró sus números hasta los 20 tantos en 35 encuentros de liga, una actuación que fijó los focos europeos en él.

Jackson, en su etapa en los Jaguares de Chiapas | Foto: colombia.com
Jackson, en su etapa en los Jaguares de Chiapas | Foto: colombia.com

Oporto, consagración europea

Su llegada a Oporto fue en la temporada 2012/13. A estas alturas ya era un hombre a la sombra del ídolo nacional, Radamel Falcao. El camino de ambos pudo cruzarse antes, si el jugador hubiera ido a Argentina, a River Plate, donde sí estuvo Falcao, hubiera sido la gota comparativa que falta en el vaso de ambos delanteros. Jackson llegó a Oporto para sustituir al insustituible Radamel que se había marchado camino de Madrid dos temporadas antes.

Jackson ganó una liga y dos supercopas con el Oporto

Los portugueses vieron en él lo que Colombia entera, el recambio. Los números de Jackson en su primera temporada fueron, simplemente, espectaculares: 26 goles en 30 partidos de liga, 31 entre todas las competiciones. Las comparaciones estaban servidas pero Radamel, en su primer curso, había anotado 34 en total. La primera en la frente pensarían los agoreros, agarrados al sinsentido de quien no quiere ver. Eso sí, Martínez logró el premio de máximo goleador, algo que Falcao nunca consiguió en Portugal.

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Jackson celebra un gol en su etapa en el Oporto | Foto: uefa.com

La segunda temporada fue ligeramente inferior, 29 goles en todas las competiciones. El golpe de efecto llegó la temporada pasada, su mejor año goleador en cifras absolutas, 34 tantos. Además, sumó un nuevo premio de máximo goleador de la liga.

El delantero logró ser el máximo goleador de la liga en Portugal en dos ocasiones

Superar la comparación con Falcao es posible dependiendo de los ojos del comparador, del cariño a uno u otro delantero y de en qué punto de la estadística, esa amiga infiel que todo escudriñador de datos tiene, nos paremos a pensar. Jackson tiene dos pichichis en Portugal, Falcao ninguno. Falcao fue máximo goleador de la UEFA en 2011 y suma 38 goles en competiciones europeas, Jackson Martínez ha marcado solo 14 tantos por Europa, aunque en una temporada menos. Jackson tiene una media de 0,66 goles con el Oporto, Falcao de 0,83. La comparación se sostiene, lo que no se soporta es la presión constante que ha recibido el ahora delantero del Atlético de Madrid durante toda su carrera.

El ídolo a la sombra de los ídolos

Si la sombra de Falcao es alargada en el Oporto, donde nunca coincidieron, qué decir en la selección colombiana donde El Tigre le ha quitado el sitio día sí, día también. Martínez ha marcado solo nueve goles con su selección, por los 25 de Falcao. Eso sí, su media de gol por partido es idéntica: 0,40.

En el país sudamericano el exdelantero del Atlético de Madrid ha sido durante estos años el máximo referente. En estos momentos, la irrupción de James, especialmente tras el pasado mundial de Brasil, ha colocado al jugador del Real Madrid como la principal referencia para los suyos. Jackson Martínez está llamado a ser el presente, el titular y el indiscutible en la delantera colombiana, sobre todo con el nefasto rendimiento que ha dado Falcao recientemente, tanto en el Mónaco como en el Manchester United.

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Jackson Martínez siempre ha sido el tercero en discordia. | Foto: EFE

Atlético de Madrid: revivir al tigre

El delantero afronta ahora la reválida de su carrera deportiva. El salto a una de las mejores ligas del mundo debe colocar a Jackson como uno de los ‘9’ más efectivos del planeta de manera definitiva. La tarea será ardua pero el desafío bien merece la pena. El puesto no lo tiene ganado, el fichaje de Luciano Vietto aumenta la competencia en la zona alta del equipo, Simeone podría optar por una pareja de bajitos junto a Griezmann si el colombiano no se adapta, poco probable eso sí, nadie duda de su capacidad. El Tigre 2.0, quizá la versión mejorada, ha llegado.

El juego de Jackson recuerda más a Diego Costa que a Falcao, a pesar de lo que pudiera pensarse

El colombiano seguirá soportando durante toda su carrera las comparaciones con Falcao aunque quizá, siguiendo en el Atlético de Madrid, deba ser comparado con Diego Costa. El juego de Jackson recuerda más al del brasileño que al de Radamel, un hombre capaz de bajar el balón, hacer que sus compañeros lleguen y dar ese punto de oxígeno extra que todo equipo necesita. Jackson Martínez se mueve como pez en el agua dentro del área pero mejora a Radamel fuera de ella, gracias sobre todo a su potencia y arrancada. Por si esto fuera poco, multiplica las opciones en el juego aéreo del Atlético de Madrid, equipo ya de por sí aficionado al cabezazo como camino corto hacia el gol.

Jackson Martínez llega al Atleti para superar al ídolo, al héroe, a El Tigre pero ya no queda mucho de aquel rugir. El Manzanares, acostumbrado a lo mejor estos años, echa de menos lo que no dio Mandzukic, lo que dará el ex del Oporto. La sombra de Radamel sigue ahí pero, a estas alturas, vaga sola, recordando todo lo que vivió en el Calderón y perdió fuera de él. Quizá se acerca el momento para que la sombra de El Tigre encuentre un nuevo hombre al que aferrarse, un nuevo ídolo, un héroe 2.0 al que dibujar la silueta perfecta en el césped del Calderón.

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Quizá algún día la sombra sea Radamel | Foto: goal.com

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Sobre el autor
Víctor García
Coordinador de Primera División y UD Las Palmas. Antes en Inglaterra VAVEL. Hombre de radio. Tenerife.