Esta UD ha cambiado, ha mutado y se ha olvidado de que hace una semana salió viva de Balaídos a base de coraje y mucha fe. Todo el terreno ganando en Vigo, toda esa moral aumentada se vino abajo cuando Javi Guerra introdujo el balón en la portería de Raúl Lizoain, y es que, a partir de ese momento, Las Palmas desapareció del terreno de juego para no volver. Está claro que Paco Herrera tiene sus ideas y planteamientos, tiene su hoja de ruta diseñada a la perfección según su propio criterio, pero se ha vuelto a echar en falta algo de valentía. Evidentemente, no se puede jugar en casa ante un equipo que realiza un sistema de juego suicida con cinco defensas. Ese once llevó a Las Palmas a perder presencia arriba, a no aprovechar las vergüenzas de los equipos de Jémez, que no es otra que la defensa.

Ése podría haber sido error menor si Jonathan Viera enchufa algunas de las ocasiones que tuvo en la primera mitad. El de La Feria acusó de falta de puntería, pero también de un césped que cada día va a peor. Paco Herrera tiene su hoja de ruta diseñada, pero se volvió a echar en falta más valentía Con el verde en ese estado es imposible que un balón llegue de forma cómoda a ningún compañero, aunque ese es un hándicap para los dos equipos que disputaron el partido. Sin duda alguna, los dos hombres de ataque de la UD estuvieron renqueantes durante el choque; Viera estaba encerrado y enfrascado en una banda, la izquierda, donde Paco Jémez le había preparado una trampa. Todos los balones pasaban o intentaban pasar por él, pero escorado a un lateral fue complicado hacer jugar a los demás.

Caso parecido fue el de Sergio Araujo, quizás el gran damnificado del encuentro teniendo en cuenta que apenas olió la pelota. El Chino es el hombre más importante de Las Palmas, pero si no le llegan balones, si no se le rodea bien para que su juego en tres cuartos de campo luzca, es imposible que pueda brillar. Tres son los partidos en los que ha estado desaparecido, y los amarillos lo están acusando de forma desmedida, algo imperdonable para un jugador que el año pasado fue determinante en muchos momentos de la temporada. Desaprovechar sus virtudes es empezar a perder puntos sin haber empezado a jugar.

CÓMO PERDER EL NORTE EN FORMA DE CAMBIOS

Los recambios de los que dispuso Herrera no ayudaron en nada, lo único que consiguieron fue romper por completo al equipo, y eso acabó mostrando una UD indolente. Con los refuerzos en forma de hombres de refresco Las Palmas terminó por entregar la cuchara y terminó de desconectar a los de arriba. Por momentos, los grancanarios no conseguían dar ni dos pases consecutivos, no consiguieron realizar ni una sola triangulación con peligro. Los disparos a puerta no existieron y el Rayo encontró el camino hacia la victoria en la comodidad, en la facilidad que la UD le prestó.

Las Palmas es un equipo que va a sufrir, que no va a poder tener ni un solo respiro a lo largo de la temporada, pero estos partidos hay que ganarlos o empatarlos como mínimo. Es momento de replantearse ciertos cambios, tanto de sistema como de jugadores Es momento de replantearse ciertos cambios, tanto de sistema como de jugadores, es una cuestión muy importante porque cuando se juega como local y ante equipos a los que estás obligado a ganar si quieres seguir en la pelea por estar en Primera División como este Rayo, o como el propio Levante, tienes que salir a por el partido.

Algunos empezarán a pensar que lo de Vigo fue un espejismo, pero más vale darse un tortazo ahora que arrepentirse en la jornada 38.