Volver a sonreír. La UD Las Palmas ha vuelto a enseñar su dentadura de una manera especial y fuera de cualquier ápice de individualismo, este equipo de Quique Setién parece haber comprendido que la única manera de sacar los partidos es la solidaridad. Esa capacidad de sacrificio de todos y cada uno de los jugadores ha sorprendido a una Real Sociedad ramplona, como fuera de sitio y donde jugadores importantes como Vela o Chori Castro desaparecieron. Cierto es que, por momentos, el partido se volvió aburrido, las pérdidas y la poca fluidez dieron un paso al costado y todo se basaba en constantes errores, pero Las Palmas quiso mucho más y se llevó los tres puntos.

Apretando en la zona central del campo, con Vicente y Roque apretando mucho a los centrocampistas donostiarras, y con la ayuda de los de arriba, Las Palmas respiró muchísimo más que de costumbre. El colectivismo empieza ser pieza clave de esta mejora relativa de la UD Esa capacidad de lucha que los amarillos mostraron fue importantísima para que el guion saliera bien, para tomar un oxígeno necesario que van a amainar las alarmas las próximas dos semanas con el parón de selecciones.

El colectivismo ha empezado a superar a los egos de una plantilla que sabe que debe trabajar mucho para jugar, pero sobre todo, para sacar la situación hacia delante. Puede que los jugadores quisieran que Paco Herrera saliese, eso queda para la opinión de cada uno, pero la realidad es que, hasta el momento, las cosas parecen ir en una línea mucho más continuista.

Araujo, ON

En ese sentido, con la suplencia del Bernabéu y el mimo de la semana, parece que Quique Setién ha conseguido enchufar al Chino Araujo. El argentino colocó en la portería donde marcó el gol del ascenso la oportunidad más clara que tuvo, rompiendo su sequía de forma completa. Quique Setién ha encontrado el antídoto para revivir a Araujo Sin embargo, quizás la mejor señal de recuperación más clara haya sido que se ha ofrecido más, que se ha dejado ver con mucha más normalidad, aunque todavía tiene mucho que trabajar para terminar de volver. La realidad más patente es que, con Araujo fuera de forma y del equipo, esta UD tiene poco que hacer. Aún así, todos vuelven a sonreír y a respirar. 

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