La UD Las Palmas comienza la segunda vuelta recibiendo en su feudo a un Atlético de Madrid que llega lanzado a por el título de Liga. Los colchoneros, con su estilo de fútbol particular, son un equipo muy temido por todos los rivales a los que debe enfrentarse, aunque echando la vista atrás, el conjunto que ahora entrena Quique Setién puede presumir de haber tuteado a  una de las escuadras más en forma del continente en la actualidad. El regreso a Primera División de los insulares no podía ser más icónico, porque iban a asomar de nuevo la cabeza por la élite del fútbol español nada más y nada menos que en el Vicente Calderón en el día que la entidad de Pío XII cumplía sesenta y seis años de historia.

La afición amarilla se presentó en masa en el Manzanares para poder disfrutar de lo que sin duda iba a ser una fiesta, pero siempre con el recelo de la dificultad del rival. Griezmann fue el verdugo amarillo con un gol de falta Una falta lanzada por Antoine Griezmann que se envenenó hasta convertirse en gol parecía ser un vaticinio de lo que sería un trámite para los de la capital, teniendo en cuenta que la pretemporada de los grancanarios no había sido la mejor y los fichajes seguían generando alguna duda. Sin embargo, los amarillos demostraron solidez y aguantaron a un Atlético todavía por hacerse, aún por engrasarse bien. De hecho, un cabezazo de David Simón estuvo a punto de empatar el encuentro ya en la segunda mitad, pero el lateral de La Feria se encontró con el larguero.

Los de Paco Herrera salieron con la idea clara de cortocircuitar cualquier intento colchonero de llegar arriba, algo en lo que la defensa de cinco hombres con Aythami, Alcaraz y Bigas estuvo fantástica. Aquel día, la defensa de cinco funcionó muy bien Las Palmas siguió mirando hacia arriba y Oblak tuvo que actuar ante un córner amarillo en el que Torres despejó mal; el guardameta sacó una mano tremenda para evitar otra vez el empate. Llegando al final del choque, Aythami desperdició otro testarazo y Koke mandó una falta al palo casi con el tiempo cumplido, dejando el encuentro con ese único tanto que reflejaba el buen hacer de la UD en un escenario complicadísimo.

Al final, los amarillos dieron el do de pecho en el Calderón, aunque la felicidad por la buena imagen nunca llegó a estar completa, y es que el césped del templo colchonero se llevó consigo la rodilla de un Javi Castellano que dijo basta, que dijo adiós a la temporada; el gemelo se lesionó durante el partido, pero ya estaban todos los cambios hechos y se mantuvo sobre el verde como un jabato.

Ahora, el calendario vuelve a unir los caminos de UD Las Palmas y Atlético de Madrid. Los de Simeone están intratables y no quieren dejarse puntos por ahí, pero viendo lo ocurrido en la primera vuelta y teniendo en cuenta la mentalidad futbolística de ambos conjuntos, no sería descartable una pequeña sorpresa; vigilen sus quinielas.