La Unión Deportiva Las Palmas no conoce aún la victoria en los partidos a domicilio durante el campeonato liguero. Sí ganó en Copa del Rey, al Éibar, por dos tanto a tres, en un choque donde los insulares fueron de menos a más y acabaron asaltando Ipurúa. Sin embargo, no se ha repetido la hazaña en el Campeonato nacional de Liga.

Son tres puntos los que se han cosechado fuera de la isla, merced a tres empates, eso sí, en plazas de prestigio: San Mamés, Balaídos y Mestalla. En esta última pudo conseguir la victoria el conjunto canario de no haber desaprovechado casi una decena de ocasiones.

Tras el partido en Vallecas, han sido 33 los puntos que se ha jugado la Unión Deportiva fuera de casa. Tomar un avión rumbo a la península supone ya un calvario para los futbolistas, cuyo comportamiento psicológico ha comenzado a cambiar. Ahora, las visitas a tierras foráneas suponen un reto, no un partido más. Pero sigue faltando intensidad a la hora de afrontar los partidos, ya que la táctica necesita de algún estímulo que la haga funcionar. Una mezcla indisoluble de concentración y perseverancia se vuelve imprescindible para lograrlo.

No solo es el cuadro amarillo el que está teniendo problemas en sus visitas ligueras; el Sevilla, por ejemplo, es el otro equipo que acompaña a los canarios en la maldición de no haber ganado a domicilio. Siete son los puntos que ha cosechado la escuadra hispalense, todos frutos de empates.

Además, Rayo Vallecano, Sporting de Gijón y Getafe terminan de cubrir el cupo de equipos mermados lejos de sus estadios. Todos ellos saben lo que es obtener al menos una victoria, pero los puntos que se llevan de vuelta a casa en sus visitas no son los deseados. Los de Paco Jémez han sacado seis puntos, al igual que los asturianos; los azulones, por otra parte, cinco puntos.

La afición supone un factor de importancia suprema

Los misérrimos números que se alcanzar en la península se pueden deber a factores como la falta de intensidad, de confianza, o el inestimable apoyo de los incondicionales con el que no se cuenta fuera de Gran Canaria. Y es que la salida al campo supone un momento crucial para el devenir del encuentro. Cuando ambos contendientes saltan al terreno de juego, el tiempo parece pararse, los corazones se ponen a mil, y las gargantas se encienden. Siempre se ha considerado, por algunos de esos factores, que acoger un choque no es lo mismo que visitar a un rival, por mucho que la calidad o táctica de los jugadores no varíe.

Aparte de ello, el juego que elaboran los grancanarios en estadio ajeno dista mucho de estar acorde con los resultados. El equipo ha dominado ciertos encuentros, como el de Mestalla con empate a 1-1, pero no se ha terminado de decantar la balanza para que llegue el primer triunfo. 
              

Imagen: blanquinegres.com
Imagen: blanquinegres.com

Pese a las paupérrimas cifras como visitante, Las Palmas es el mejor equipo como local de los últimos trece clasificados. 18 puntos son los que ha sumado el equipo de Setién, gracias a cinco victorias y tres empates. Estos guarismos contrarrestan los malos resultados a domicilio y son los que han mantenido al club en la pelea por la permanencia.

Son 12 los goles a favor y 11 en contra los tantos que se han podido ver esta temporada en el Estadio de Gran Canaria. Para todo equipo que se precie a luchar por un objetivo es necesario fijar una fortaleza, cimentar un castillo propio que nadie pueda asaltar. Así lo saben, por ejemplo, en el fútbol inglés, cuyas hinchadas se dejan hasta el último aliento para amparar a los suyos. 

El futuro de la brigada amarilla dependerá de los resultados que sea capaz de cosechar. Urge romper con la mala racha fuera de casa, aunque el partido en el Sánchez-Pizjuán parece una mala ocasión para hacerlo. No obstante, Las Palmas intentará invocar el espíritu de la primera vuelta para imponerse a los hispalenses. A Sevilla se irá con todo. 

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