Hay algunas noches en las que es mucho mejor no salir al césped a disputar un partido de fútbol. Eso le pasó a la Unión Deportiva Las Palmas cuando visitó Riazor el martes, 31 de octubre del año 2000, en el partido correspondiente a la octava jornada de la Liga BBVA de la temporada 2000/2001. El Deportivo de La Coruña fue muy superior al conjunto canario y le endosó un claro 4-0, con un Tristán en estado de gracia. En aquella cita, hasta dos jugadores grancanarios disputaron algunos minutos con los blanquiazules: Juan Carlos Valerón, que salió de sustituto, y Manuel Pablo.

El equipo entrenado por Kresic llegaba a tierras coruñesas tras un inicio prometedor en su vuelta a Primera División, con tres victorias (frente al Málaga, al Athletic de Bilbao y al Racing de Santander) y solo dos derrotas (contra el Alavés y el Valencia) en los primeros siete partidos. El once dispuesto por el entrenador croata, su equipo de gala, pronto comenzó a verse superado por un Depor netamente superior, que de todas formas no consiguió crear mucho peligro.

El primer gol no tardó en llegar, y poco después de cumplirse la primera media hora de partido, el protagonista de la tarde noche gallega puso por delante a su equipo: Diego Tristán. Con un grandísimo disparo con pierna derecha desde unos 20 metros, el mítico delantero consiguió batir al guardameta amarillo Nacho González y sacar las telarañas de la portería canaria. Desde ese momento, el Deportivo pudo manejar el partido a su antojo, como más le gustaba hacer, con la tranquilidad del gol marcado. Las Palmas, por su parte, comenzaba a parecer muy ansiosa y se fue, poco a poco, quedando sin la posesión de la bola. Con este panorama poco alentador para los intereses insulares, se llegó al final de la primera mitad.

Tristán hace lo que quiere en una gran segunda parte del Deportivo

Con el arranque de los segundos 45 minutos, el equipo entrenado por Irureta siguió campando a sus anchas ante su afición, y solo dos minutos después de la reanudación, en el 47, Tristán volvió a anotar para dar una mayor tranquilidad a sus hinchas. Fue en un mal despegue a un centro sin demasiadas complicaciones. La zaga amarilla no fue capaz de sacar el balón del área y, cuando este quedó muerto y franco para el delantero sevillano, Tristán tiró a placer y batió a González, poniendo el segundo en el marcador.

Tras el gol, Kresic intentó cambiar las tornas haciendo sustituciones, pero Las Palmas no mejoró a pesar de ellos. El técnico del club canario dio entrada a Orlando para sustituir a Oulare que se había desgastado mucho luchando contra los defensas gallegos sin excesivo éxito. Pero el Deportivo siguió apisonando y, a la hora de juego, Tristán consumó su hat-trick con otro gran gol. Esta vez fue la visión del lateral Manuel Pablo la que puso en bandeja el tercer gol del conjunto de Irureta, marchándose de su defensor y poniendo el esférico justo en ese punto en donde ninguno de los dos centrales amarillos pudo llegar. Tristán solo tuvo que empujar el balón a placer.

Con estos tres goles, la cuenta de Tristán se ponía en cuatro dianas en los primeros ocho partidos

Con el tercer gol, el entrenador del conjunto coruñés dio descanso a algunos de sus habituales ya que el partido estaba hecho. Por ello, jugadores no tan frecuentes pudieron disputar minutos. Uno de ellos fue Makaay, que entró en el minuto 71 para sustituir a Turu Flores. Tristán, tras su enorme actuación, también se sentó en el banco en el minuto 69, recibiendo una gran ovación por parte de la afición blanquiazul, para dar entrada al ‘Rifle’ Pandiani. Por último, Juan Carlos Valerón entró en el 80 para dar descanso a Djalminha, que había jugado un partido muy completo en las labores de creación de juego.

Makaay fue el autor del cuarto gol | Imagen: rcd-deportivo.blogspot.com
Makaay fue el autor del cuarto gol | Imagen: rcd-deportivo.blogspot.com

Justo antes de que se produjera este último cambio, el Deportivo ya había conseguido el cuarto y definitivo gol, obra de Makaay (que había entrado hacía apenas nueve minutos). Una preciosa jugada en la que la defensa de Las Palmas hizo aguas por todos lados, muy descolocada e irreconocible con respecto a la primera mitad, donde se mostró más firme y seria. Fue Víctor el que centró un magnífico balón al corazón del área que el delantero holandés solo tuvo que empujar. Tres goles en la segunda mitad, y todos ellos tras fallos garrafales de colocación y contundencia de la zaga de Kresic.

Tras ese partido, vendrían dos derrotas más para la UD que tenía un calendario muy complicado con partidos contra el Barcelona y el Real Madrid. Sin embargo, el 4-0 que le endosó el Depor de Irureta fue un resultado muy doloroso para el plantel amarillo, y uno de los resultados más duros encajados en aquella temporada.