Youssef El Arabi es sin duda una de las claves para que el engranaje del Granada funcione y se encuentre, a estas alturas, fuera de los puestos de descenso. Tras una primera vuelta en la que su protagonismo decreció y cedió paso a jugadores como Success y Peñaranda, su importancia ha vuelto a ir en línea ascendente. El atacante franco-marroquí no estaba dispuesto a perderse en el ostracismo y supo enfrentarse a la realidad.

Así pues, El Arabi ha intensificado su labor ofensiva y José González ha sabido valorarlo. Los números hablan por sí mismos, ya que el futbolista nazarí ha disputado 32 partidos en Liga, 24 de ellos como titular. En esos encuentros ha anotado 14 goles, pero la sorpresa no sería tal de no ser porque 11 de esos tantos los ha convertido durante la segunda vuelta. De hecho, seis de las últimas nueve dianas del Granada las ha marcado él. 

El Arabi sabe marcas las directrices del juego nazarí

Sin embargo, no es solamente su faceta goleadora la que le erige líder de su equipo. Su juego le ha llevado a ser un jugador procaz que marca pautas y directrices en la escuadra granadina. La responsabilidad de la disciplina andaluza pasa por sus botas, algo que demuestra la confianza que ha depositado el cuerpo técnico sobre sus hombros. Prueba de ello es su responsabilidad de lanzar los penaltis en un club que no puede permitirse deslices si desea sellar la permanencia. Cinco de sus últimos ocho goles han sido desde los once metros, esos que salvan categorías y dan alegrías a los aficionados. 

Faltan tres capítulos de 90 minutos cada uno para terminar una temporada con vaivenes en todos los sentidos. El Arabi ha pasado de la desaparición a vislumbrar la luz al final del túnel y acabar saliendo de él. Su perseverancia tenaz e incansable ha hecho de él un modelo a seguir. El Granada, inmerso en la pugna por eludir el abismo, tendrá en el internacional marroquí uno de los puntos de apoyo sobre los que giren las posibilidades de permanecer un año más en Primera División.

Quique Setién intentará detener mediante todas las armas posibles al vertiginoso atacante. Será pertinente que la zaga canaria bregue lo necesario para imposibilitar que las hipotéticas acometidas granadinas surtan efecto. Dada la situación de los andaluces, todo parece indicar que la iniciativa la llevarán los locales, si bien los amarillos no renunciarán a su estilo ni al poder defensivo que han demostrado las últimas jornadas.