Unión Deportiva y Athletic se enfrentarán el próximo fin de semana (domingo 8 de mayo) en lo que supondrá un clásico de la Primera División española, pues el equipo vasco es el conjunto al que más veces se ha retado en duelo la escuadra insular entre todas las competiciones, mientras que estos últimos son también uno de los que componen el top 20 de escuadras con las cuales los bilbaínos contabilizan más partidos disputados. Un clásico entre dos equipos caracterizados por apostar y dar prioridad siempre a lo de dentro (cantera) que a lo de fuera (fichajes foráneos prometedores pero que no sienten ese plus de motivación que se siente al jugar con el equipo de tu tierra) que evoca a décadas muy pasadas, desde los inicios de los años 50 cuando los insulares debutaron en la élite por primera vez en su historia.

Uno de los muchos encuentros protagonizados por rojiblancos y amarillos que muchos no recordarán ni sabrán de su existencia (lógico, por otra parte, su antigüedad) fue el que se disputó un 27 de enero del año 1957 en el ya desaparecido Estadio Insular de la capital grancanaria. Dos conjuntos con objetivos totalmente distintos se daban cita en el recinto del barrio capitalino de Ciudad Jardín en la quinta jornada de la segunda vuelta (20ª de todo el campeonato). Dos metas finales que eran exactamente idénticas a las de la campaña anterior y también a la de la otra anterior.

Los duelos entre amarillos y rojiblancos son un clásico de Primera División. Dos equipos caracterizados por su fiel confianza en la cantera

Los canarios, con el reciente ascenso conseguido en el año 1954, tenían como principal propósito asegurar, de forma tranquila y sin excesivos apuros, la permanencia en la máxima categoría, con vistas a asentarse de forma definitiva en la misma en un tiempo futuro (a corto-medio plazo) y con objetivos mucho más ambiciosos. Mientras, el Athletic, junto con Real Madrid y FC Barcelona, era uno de los tres grandes del balompié español en aquellos tiempos. Prácticamente, el único equipo capaz de competirle con garantías a merengues y culés los dos principales trofeos de la época, la Liga y la anteriormente denominada como Copa del Generalísimo (la equivalente a la actual Copa del Rey).

Es más, los pupilos del mítico entrenador checoslovaco Ferdinand Daucik afrontaban la temporada 1956/1957 como vigentes campeones de los dos títulos anteriormente comentados. En el curso 55/56 se proclamaron campeones de la Primera División española al sumar un total de 48 puntos por encima de Barça y Real Madrid -lo que les valió para clasificarse por primera vez en su historia para la novata Copa de Campeones de Europa (tan solo se había jugado una edición cuando consiguieron acceder a ella)-, y lograron su décimo novena Copa desde su creación en el año 1903 tras vencer en la final al Atlético de Madrid por dos goles a uno. Todo siempre con ese gen puramente vasco presente en su plantilla.

El Athletic había logrado el doblete en la temporada 55/56, clasificándose por primera vez en su historia para la Copa de Europa

Por su parte, la disciplina dirigida en aquel entonces por Saturnino Grech Pomares (técnico de la UD) se había caracterizado en aquella época -además de por lo ya mencionado con anterioridad, la cantera, (futbolistas nacidos en el archipiélago canario, principalmente en Gran Canaria) y por la presencia de ciertos futbolistas procedentes de la península ibérica- por la repatriación a las islas de algunos de los futbolistas, no solo de los más relevantes en la historia del fútbol canario, sino incluso del nacional, especialmente entre finales de los años 40 y la totalidad de los 50. Es el caso de Rafael Mújica González, Alfonso Silva Placeres (ambos provenientes del Atlético de Madrid, regresando a la isla en la ya mencionada 56/57) o el mítico Luis Molowny (este último, leyenda del Real Madrid y que llegó una campaña más tarde a la disciplina de Pío XII, en la 57/58).

En resumidas cuentas, ambos conjuntos llegaban a la cita de principios de año vivos en sus respectivos objetivos. Los amarillos marchaban octavos en la clasificación (justo en la mitad de la tabla, pues en aquel momento la Primera División española estaba compuesta por 16 equipos y por cada triunfo se sumaban 2 puntos), con 20 puntos y habían perdido en la jornada número 19 ante el ya desaparecido CD Condal (2-0), conjunto nacido en la provincia de Barcelona en el año 1934 y desaparecido en el 70. Mientras, los bilbaínos arribaban a Gran Canaria tras vencer al Deportivo de La Coruña por dos goles a cero, triunfo que les permitía alzarse hasta el segundo puesto de la tabla, a cinco puntos del Real Madrid (29 de los blancos por 24 de los rojiblancos).

Alineaciones Las Palmas - Athletic, 27/01/1957

 

Con las espaldas en todo lo alto, ambos equipos saltaban al Insular en lo que prometía ser un duelo igualado y disputado pero que no resultó ser así finalmente. La primera media hora de juego fue de puro tanteo entre dos equipos que se conocían bastante, tanto sus virtudes como sus defectos, especialmente los referentes a la Unión Deportiva, pues en el partido celebrado en la primera vuelta en el Estadio de San Mamés el Athletic endosó al equipo de Grech un abultado 3-0, con goles de Artetxe (2) y Merodio, todos ellos durante el primer tiempo y finiquitando, de esta manera, el duelo por la vía rápida.

En la primera vuelta, los pupilos de Daucik golearon a los amarillos por tres goles a cero

Sin embargo, los isleños sorprendieron con dos tantos durante los últimos 10 minutos de la primera mitad. Primero, sería el mediocentro palmense Manuel Torres el encargado de inaugurar el marcador en el minuto 34 de juego. Y apenas ocho después, sería el recién llegado en invierno Alfonso Silva el principal protagonista de la segunda diana, siendo dicho gol, a la postre, el único que consiguió el talentoso centrocampista durante el resto de la temporada.

Un 2-0 materializado justo antes del descanso con el fuerte componente psicológico que supone dicha circunstancia para ambos, aunque sufrido de diferente manera. A la vuelta de los vestuarios, y sin poder digerir apenas el varapalo de encajar los goles de Torres y Silva, tuvieron lugar el 3-0 y el 4-0. Si los dos primeros transcurrieron el uno detrás del otro, en el caso de las dianas logradas por el delantero madrileño Adolfo Atienza y el ariete marroquí, con nacionalidad española, Juan Moreno, fue significativo el período de tiempo en el que produjeron: apenas 120 segundos, los que sucedieron del minuto 50 al 52.

La UD sorprendió al Athletic entre el final del primer tiempo y el inicio del segundo con cuatro goles prácticamente consecutivos4 goles en 18 minutos de juego, sin tenerse, claro está, los 15 del descanso, en los que la UD solucionaba el duro compromiso ante los vascos con el mismo proceso, mencionado con anterioridad, con el que estos últimos sentenciaron el de la primera vuelta: por la vía rápida.  Una meritoria victoria cuya valía no solo reside en el hecho de conseguirlo ante el conjunto del que se trataba, sino lo que constituyó en la misma en el sentido puramente moral, pues con la misma la UD daba un paso más hacia la consecución de una nueva salvación del descenso a Segunda División, incluso soñaba con alcanzar cotas más altas.

Alfonso Silva, mítico futbolista canario y jugador de la Unión Deportiva entre 1956 y 1959, era uno de los buques insignia del conjunto amarillo en aquella temporada/Fotografía: laspalmasincondicionales.com
Alfonso Silva, mítico futbolista canario, jugador y buque insignia de la Unión Deportiva Las Palmas entre 1956 y 1959, marcó el segundo gol en aquel partido/Fotografía: laspalmasincondicionales.com

En el resultado final que se dio en el Insular entre ambas escuadras hay que tener muy presente que el Athletic afrontaba por esas fechas los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Manchester United. 11 días antes de viajar a Canarias había disputado el partido de ida de dicha eliminatoria ante los 'Diablos rojos', en el cual vencieron por un animado 5-3, mientras que tras jugar contra Las Palmas debía afrontar dos encuentros en tres días, ante FC Barcelona, valedero por la Liga, y el duelo de vuelta en Inglaterra (en el cual sería apeado de la competición), por lo que el cansancio y la acumulación de citas tan importantes hizo mella en los bilbaínos, ante una Unión Deportiva con un calendario bastante liberado.

Lo cierto es que el 4-0 final apenas modificó la situación de ambos equipos en la clasificación al término de aquella temporada: el Athletic finalizaría al temporada como cuarto clasificado (37 puntos), a las puertas de conseguir el acceso a la disputa de una competición europea el curso siguiente, mientras que los ‘pío-pío’, con tan solo un triunfo y tres empates en las últimas diez jornadas, serían décimos (27 puntos).

La UD cumpliría su objetivo al término del campeonato. El Athletic, a las puertas de Europa. No consiguió clasificarse para la Copa de Europa ni para la extinta Copa de Ferias

El partido de esta semana promete ser igual de interesante y atractivo para el espectador, con ciertos aspectos en común con respecto a la época en la que se produjo ese duelo histórico: la política de cantera de ambos clubes, objetivos semejantes (la UD en busca de la permanencia, ya conseguida, y el Athletic, no metido en la lucha por el título, pero sí con el claro objetivo de clasificarse para competiciones europeas y con actuaciones destacadas en las Copas, también conseguido) y el juego vistoso y caracterizador de la filosofía y de la esencia, diferente eso sí, de canarios y vascos que hoy en día siguen llevando a cabo. 

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Sobre el autor
Miguel García
Redactor en la sección de Las Palmas y Periodismo en la ULL. Natural de Gran Canaria pero residente en Tenerife durante el curso. El fútbol y la UD Las Palmas como pasiones.