La Unión Deportiva Las Palmas ha cuajado una gran temporada en su regreso a Primera División: eso ha quedado demostrado con su undécima posición. Sin embargo, es todavía más increíble el puesto conseguido teniendo en cuenta que, prácticamente la totalidad de la plantilla del conjunto insular, estaba formada por jugadores de la cantera, jugadores del archipiélago. Solo nueve de los 24 jugadores que terminaron la temporada en el equipo entrenado por Setién son de fuera de Canarias, lo que supone un escasísimo 37’5% del total.

Para añadir más leña al fuego, de los 11 jugadores que más minutos han disputado este año con la camiseta de la UD, un total de seis eran canarios: esto supone más de la mitad del once titular del conjunto amarillo. Solo el Athletic de Bilbao, por razones obvias, tiene un porcentaje mayor que el conjunto canario en cuanto a jugadores de la cantera.

Esos seis jugadores han sido: Jonathan Viera, que ha disputado más de 52 horas con la UD este año; Roque Mesa, y sus más de 2.800 minutos de amarillo; Aythami Artiles, como el defensa más sólido y utilizado a lo largo de la temporada; David Simón, un joven y prometedor lateral que ya ha jugado 27 partidos en Primera; Dani Castellano, a pesar de la competencia que tenía en Javi Garrido; y Tana, que ha conseguido ser el delantero amarillo que más minutos disputó a pesar de competir contra dos pesos pesados como Willian José y Sergio Araujo.

Sin embargo, la proeza de la UD no queda solo en estos seis jugadores, algún canario ha defendido los colores del club en cada una de las demarcaciones sobre el terreno de juego: Raúl Lizoain en la portería ha llegado a jugar más de 700 minutos; el propio Tana ha sido el único delantero español, y canario, que ha disputado minutos con la UD este año; la zaga ha sido propiedad canaria en muchos partidos, en los que Garrido o Bigas no han tenido oportunidad de jugar; y el centro del campo ha tenido siempre la manija defensiva y ofensiva en botas de algún futbolista canario.

Y es que la revolución canaria ha sido palpable, dejando destellos de calidad y brillo en todos los campos donde la UD Las Palmas ha disputado un partido durante esta temporada. El ascenso fue muy especial por todo lo que significó, pero este año de consolidación en la máxima categoría del fútbol nacional ha servido para llevar la bandera del archipiélago a todos los rincones de la Península