Hoy la Unión Deportiva Las Palmas está de celebración. Y es que, tal día como este 21 de junio pero hace un año, el equipo dirigido por Paco Herrera conseguía deshacerse por 2-0 al Real Club Zaragoza, consiguiendo de esa forma el ansiado ascenso a Primera División. Tras un partido de vuelta inmaculado, celebrado nuevamente en el Gran Canaria, el equipo canario consiguió batir en todos los aspectos a los maños y acompañó al Real Sporting y al Real Betis a la máxima categoría del fútbol español. Un año después de este hito, los amarillos siguen en Primera tras cuajar una gran segunda mitad de temporada.

Unos playoffs muy complicados

Tras haber acabado en cuarta posición la temporada regular, la UD tenía un primer cruce en semifinales de los play-offs contra el quinto clasificado, todo un histórico como el Real Valladolid. Las Palmas tendría el partido de vuelta en casa por haber quedado por delante de los castellano-leoneses en la clasificación, pero no les hizo falta. Tras lograr un afortunado empate a uno en el Nuevo Zorrilla, el equipo de Herrera salió a defender el resultado en Gran Canaria, hasta el punto de que no hubo ni un gol en el feudo isleño: el partido terminó con un soso 0-0.

Las Palmas venció por los goles fuera de casa al Valladolid

Otro paso delante de los canarios que, tras el fiasco de las dos temporadas anteriores, en las que se llegó hasta el último escalón antes del ascenso pero se perdió contra Almería y Córdoba, volvía a tener una oportunidad de oro para regresar entre los grandes tras trece años entre Segunda y Segunda B.

Imagen del partido de vuelta contra el Valladolid | Fuente: LFP
Las Palmas empató a cero frente al Valladolid en la vuelta en Gran Canaria | Fuente: LFP

El rival en la final de los play-offs, contra todo pronóstico, fue el Real Zaragoza, el equipo más débil de entre los cuatro que llegaron con opciones de ascenso a esta eliminatoria: sexto con 61 puntos, 17 menos que los canarios. El equipo aragonés consiguió remontar el 0-3 que le endosó el Girona, tercero en la fase regular, en La Romareda en el partido de ida con un contundente 1-4 en Montilivi, dejando esa eliminatoria en tierras mañas.

Un partido de ida para olvidar

Las Palmas fue a Zaragoza a seguir demostrando sus credenciales para el ascenso a Primera. Tras haber jugado dos grandes partidos en las semifinales y mostrarse sólido a lo largo de la temporada, el conjunto canario mostró todo su nivel para intentar batir al Zaragoza en terreno enemigo. Y no le fueron mal del todo las cosas cuando consiguió golpear primero. Fue Jonathan Viera quien, rondando el minuto 20 de partido, consiguió adelantar a los amarillos en el marcador.

Rico, Pedro y Willian contrarrestaron el gol inicial de Viera

Sin embargo, el Zaragoza tiró de orgullo y corazón y, a pesar de verse superado en muchos momentos por su rival, sacó adelante el partido y encarriló la eliminatoria marcando tres goles que consumaron la remontada. El primero corrió a cargo de Rico que, de cabeza tras botarse un córner, empató el partido al borde del descanso. Ya en la segunda mitad, fueron Pedro y Willian José, que por aquel entonces militaba en el Zaragoza, quienes encendieron las alarmas en la entidad de Pío XII. Tocaba remar a contracorriente en el partido de vuelta en la isla.

A la tercera fue la vencida

Nuevamente se decidía toda una temporada en casa. Otra vez la afición tenía que responder. Y de qué manera lo hizo, como en los grandes tiempos. Volviendo a llenar la entrada al estadio para recibir a los guerreros amarillos; animando hasta quedar afónicos; acompañando al equipo en cada tarea defensiva y en cada arreón ofensivo. Toda Gran Canaria se paralizó en la tarde de aquel 21 de junio de 2015: una isla, una tierra, una afición se engalanó para apoyar a una entidad que volvía a jugarse un ascenso.

Tras la mala fortuna de la final del año 2014, en la que la invasión de campo de parte de los aficionados dejó a los canarios en Segunda un año más, Las Palmas volvía a citarse con la historia. E histórico fue el partido. Dominando todas las facetas del juego, avasallando a su rival y mostrando una gran solidez defensiva, la UD construyó una victoria que les llevó a Primera 13 años después.

Roque Mesa adelantó a los canarios y Araujo remató la faena en el 85

En la primera mitad, y tras varios avisos en la portería defendida por Bono, fue Roque Mesa quien hizo estallar a la grada con el primer gol de la tarde, en el minuto 36 de encuentro. El disparo del teldense, tras un gran contragolpe conducido por Ángel López, Culio y Araujo, fue desviado por la bota de Rico y despistó a su portero para colarse al fondo de la red. Justo unos minutos antes, el Zaragoza tuvo su ocasión más clara de la contienda en un cabezazo de Dorca que mandó al travesaño Culio debajo de los palos.

Ya en la segunda mitad, las prisas por lograr el gol pasaron factura al combinado insular que, de todas formas, encontró poca respuesta de los zaragozanos en la portería defendida por Raúl Lizoain. Poco a poco, la afición veía cómo la oportunidad iba disipándose conforme los minutos pasaban ya que sus pupilos intentaban sobre el césped, con más corazón que cabeza, meter el segundo gol que dejara al Zaragoza en Segunda.

Imagen del partido de vuelta de la final de los play-offs contra el Zaragoza | Fuente: LFP
Imagen del partido de vuelta de la final de los play-offs contra el Zaragoza | Fuente: LFP

Pero a cinco minutos del final fue Sergio Araujo, el máximo artillero de los canarios durante la temporada, quien encandiló a sus seguidores con un gol que fue empujado por toda Gran Canaria al fondo de las mallas. En el 85, justo cuando todos se temían lo peor, en un momento de bajón físico de sus rivales, apareció el delantero argentino para marcar un gol que parecía mucho más difícil de anotar que cualquier otra ocasión que se hubiera tenido antes.

En un rechace del portero zaragozano a centro de Ortuño, Artiles se hizo con la pelota dividida y envió un pase teledirigido a Araujo que, yéndose hacia la izquierda de la meta defendida por Bono, intentó un misil que antes de entrar en la portería, dio en el larguero para incrementar, aún más, el suspense de la jugada. Un microsegundo tardó el argentino en darse cuenta de que hizo historia con Las Palmas; el mismo tiempo que tardó la afición en gritar, chillar, llorar y celebrar el tanto de la victoria amarilla, el tanto del ascenso a Primera División.

Este martes, se cumple un año de ese encuentro. Se cumple un año de las lágrimas de un jugador que lo vivió todo como profesional, pero que no había conseguido, hasta ese día, un ascenso con el equipo de su vida. Se cumple un año de la alegría que mostró en su cara un presidente que, tras casi una década al frente del club, logró por fin cumplir la ambición que tenía desde el primer día en que pisó las oficinas de Pío XII. Se cumplió, en definitiva, la ilusión de una isla que volvía a ver a su equipo en la Liga de las Estrellas