El Estadio de Gran Canaria podrá seguir disfrutando de su equipo en la máxima división del fútbol español. Este hecho es tan ineludible como el inconmensurable esfuerzo que ha llevado a Las Palmas a permanecer en Primera. Cuerpo técnico, jugadores y afición han conformado la mejor de las comuniones para remar en la misma dirección. Pero la temporada acabó, las vacaciones se aproximan a su inexorable fin y es momento de trabajar y organizar el nuevo curso liguero. 

Desde las oficinas de Pio XII ya preparan la pretemporada y otean el mercado de fichajes en busca de activos que refuercen zonas particulares del campo. Sin embargo, la intención es, en palabras de Quique Setién, "que no se desarme el núcleo fundamental". Para ello se pretende dar confianza a estandartes del vestuario que han demostrado su valía durante la pasada campaña. Todo con el óbice de las conversaciones que mantienen desde Sevilla con Roque Mesa para su compra y con la posibilidad de que poderosos clubes de La Liga persistan en su pugna por Mauricio Lemos

Viera será una de las referencias en la próxima temporada liguera

Los galones son fundamentales para dotar a los jugadores de seguridad y firmeza en sus principios. En la Unión Deportiva conocen la valentía de sus integrantes, la necesidad de izar la bandera amarilla con respeto y la convicción de que la segunda temporada en Primera División requerirá vehemencia, resistencia y jugadores que sirvan de referencia. Uno de estos no dejará de ser Jonathan Viera. El grancanario aúna los principios de solidaridad, compañerismo y deferencia que buscan los más jóvenes, además de ser un 'hombre de la casa'. La plantilla 2016-2017, lejos de estar confeccionada íntegramente, deja entrever las primeras pautas.

El rol de Viera de cara a la próxima campaña se entiende, asimismo, desde la perspectiva futbolística. Habiendo sido el futbolista con más minutos de la temporada 2015-2016, se concibe como pieza clave una vez más de la plantilla. Su posición fue elemental en el esquema de Setien desde la llegada del propio técnico cántabro. La calidad del centrocampista llamó la atención del entrenador desde el primer momento, si bien pernotó carencias en sus responsabilidades tácticas. Es en ese ámbito donde se trabaja con mayor rigor bajo la premisa de querer mantener la categoría o, incluso, optar a posiciones de mayor privilegio. 

Sus internadas y elaboración a partir de tres cuartos de campo son una de las principales bazas ofensivas de Las Palmas para derrocar los entramados defensivos de los rivales. No obstante, en los últimos meses de competición se impregnó la idea del oficio y la racionalidad. No descomedirse sin perder el control. Saber guardar posiciones, temporizar, manejar el juego. Viera es una de las cabezas pensantes del engranaje amarillo, pero ha tenido que tomar conciencia de conceptos que aquel jugador desbocado en ataque y sin seriedad táctica desconocía. 

Es ese el sentido en que Quique Setién desea hacer crecer a sus futbolistas. Ya ha empezado a hacerlo el jugador de La Feria, sintiéndose una pieza primordial del equipo. Está llamado a ser la batuta del juego y adquirirá mayor responsabilidad si los Roque Mesa o Lemos abandonan el barco. El timón quedará a buen recaudo, pero desde la isla se continúa trabajando para mantener la calma con respecto de las negociaciones y todas las hipotéticas altas y bajas que pudieran producirse. 

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