Y aquel chico de 15 años llegaba procedente del Atlético Feria, deseando vencer sus miedos y convertirse en gigante. Soñaba cuando era pequeño, sin preocupación, desde el corazón. Como un chico más, humilde, de barrio y con el desparpajo que dejaba patente en las calles de su isla cuando el balón rozaba sus pies. Su nombre, Jonathan Viera, estaría predestinado a dejar una imborrable huella en la historia de la Unión Deportiva Las Palmas. 

Y aquel joven creció. Militando en las categorías inferiores del club que le dio la oportunidad de progresar, encandilando a los entrenadores bajo cuyas órdenes se ponía. En la temporada 2008/09 debutó con Las Palmas C, segundo filial de la entidad, en su entonces equipo perteneciente a regional preferente. No había terminado el curso liguero cuando ya había dado el salto a Segunda 'B' con Las Palmas Atlético. Sin embargo, fue en la 2010/11 cuando se convirtió en profesional del primer equipo. 

Debutó, deslumbró, renovó y formó una dupla de excepción junto a Víctor Machín, "Vitolo". Tras muchos rumores acerca de su posible marcha, el centrocampista aguantó hasta final de la campaña 2011/12, momento en que puso rumbo hacia su nueva aventura: el Valencia CF. A orillas del río Turia no alcanzó la felicidad plena como jugador, siendo cedido al Rayo Vallecano. De la mano de Paco Jémez volvió a disfrutar, pero su lugar no estaba en Vallecas. 

Volvió al conjunto che, pero no estaba en los planes de Nuno Espírito Santo para su nuevo proyecto. Tuvo que entrenar al margen de la disciplina grupal y buscar una alternativa. De este modo, partió hacia Bélgica para incorporarse al Standard de Lieja, si bien no terminó de acomodarse. Pero le llegó su momento. El 19 de diciembre de 2014 se hacía oficial su regreso a Las Palmas, en calidad de cedido. Y no fue en vano, ya que pudo hacer realidad aquello que ya parecía más bien quimera: el ascenso a la máxima categoría del fútbol español.

Viera y Valerón celebran el ascenso a Primera | Fotografía: Quique Curbelo
Viera y Valerón celebran el ascenso a Primera | Fotografía: Quique Curbelo

El debut en Primera vestido de amarillo

Como un niño con zapatos nuevos, Viera vio cómo la Unión Deportiva se hacía con sus servicios tras el ascenso. Y rubricó, con la pluma de la ilusión, un contrato por los tres cursos siguientes. No obstante, las dudas se cernieron sobre su figura y su adaptación en la liga de las estrellas. Paco Herrera le había otorgado su confianza pero, tras su destitución y la llegada de Quique Setién, el devenir de la plantilla era una incógnita. 

Viera creció y con Setién llegó a su punto álgido

La experiencia de Viera en Primera División se ceñía a sus actuaciones con Valencia y Rayo. Aun así, el nivel que el técnico santanderino le ha hecho alcanzar era, antaño, impensable. El mago de La Feria se doctoró y se convirtió en pieza clave dentro del engranaje amarillo. La idea de Setién casaba a las mil maravillas con la filosofía de juego que defendía tanto el futbolista como la isla de Gran Canaria. 

No bastaba únicamente con atesorar la calidad que le había hecho un nombre en Europa. El nuevo cuerpo técnico pretendía desarrollar su faceta más táctica. Cuando pisa el verde, Jonathan Viera ya es capaz no solo de fantasear con sus pases, sino también de realizar despliegues físicos de la talla de muy pocos. Su mejor socio sobre el campo ha sido Roque Mesa, con quien comparte timón de mando en el centro del campo amarillo. 

Máster en solvencia y madurez

Su crecimiento como futbolista se ha visto acompañado de una gran dosis de madurez dentro y fuera del terreno de juego. Además, sus nuevas aptitudes en el esquema le permiten ser más eficaz. Ha optimizado sus habilidades y, por ende, revalorizado sus virtudes con el esférico. Tanto que también sabe lo que supone marcar una decena de goles en Primera División y echarse el equipo a su espalda. 

3.114 minutos repartidos en 36 partidos disputó la pasada temporada, donde el cuadro isleño logró la salvación de manera holgada y virtuosa. Como un faro al que se dirigen todos los barcos, Viera se convirtió en el pivote sobre el que giraba una amalgama de calidad y anhelo de buen juego. Terminó la temporada, con el objetivo cumplido, y las ofertas no tardaron en llegarle. Así, de la guisa más honesta, desestimó todas las opciones y decidió continuar en un proyecto que le apasiona. 

Un nuevo reto asoma y tanto Viera como la Unión Deportiva no dudarán en pugnar por su consecución. La posibilidad de asentarse en la élite futbolística es una realidad, y para ello queda toda una temporada en que batallar. El buen comienzo de Liga augura buenos presagios, y el futbolista desea consagrarse para hacer realidad cuanto le queda aún por conseguir, tanto en el plano personal como en el profesional.

Viera disputa un balón en el último partido en casa | Fotografía: UD Las Palmas
Viera disputa un balón en el último partido en casa | Fotografía: UD Las Palmas

El sueño de la selección, ¿más cerca?

Toda una vida con "el amarillo de Las Canteras" en la cabeza y en el corazón. Pero ahora, coincidiendo con su renovación hasta el año 2021, Viera persiste en su intento de convencer al seleccionador español para ir convocado. Julen Lopetegui ya ha dejado entrever la posibilidad de que se incorpore al combinado nacional en la próxima lista, que se dará durante el próximo mes de octubre. 

Habiendo debutado ya con la selección sub 21, el próximo paso al que aspira es vestir la elástica de la selección absoluta. La opción es real y la primera piedra ya la ha colocado con sus magníficas actuaciones con la zamarra de Las Palmas. Como el mejor de los violinistas, el mago promete seguir tocando sus sinfonías más espléndidas. Y como el mejor de los vinos, evocar las sensaciones más agradables. El paladar de todo aficionado al fútbol continuará siendo deleitado.