Ernesto Valverde se hizo con los mandos de la nave valencianista el pasado 3 de diciembre tras la destitución de Mauricio Pellegrino. El objetivo principal seguía siendo el de los años anteriores, que no es otro que el de clasificar al equipo para la Liga de Campeones. Pero había mucho trabajo que hacer dentro de un vestuario tocado, roto, hundido.

La corta estancia de Pellegrino había dado para todo salvo para connotaciones positivas. Los jugadores no tenían clara la identidad del juego del equipo, el vestuario estaba dividido y Fernando Gago se había convertido en el antagonista de Mestalla al verse sin su valedor.

Todo esto para un técnico que tuvo en el Villarreal su última experiencia en la Liga BBVA. Una experiencia nada positiva, ya que fue destituido por los malos resultados del equipo tras la marcha de Pellegrini. Además, algunos añaden que nunca pudo hacerse con un vestuario demasiado, por decirlo de una forma correcta, crecido. Antecedentes negativos, mucho por mejorar y, sobre todo, el banquillo del Valencia. A priori, demasiado trabajo para Ernesto Valverde.

Pero, lejos de mantener la nebulosa dubitativa por Mestalla, Ernesto Valverde ha implantado un sistema de juego que se mantiene jornada tras jornada, gestionó el “Caso Gago” con la mayor tranquilidad posible y ha recuperado para la causa a jugadores como Dani Parejo o Éver Banega.

Valverde se hizo con el equipo en la jornada 15, visitando a Osasuna y poniendo la primera piedra de la escalada hacia el cuarto puesto, ya que el Valencia se impuso por 0-1 con un gol de Soldado. Desde entonces, doce victorias, cinco empates y solo tres derrotas. Actualmente, el equipo valencianista es el quinto clasificado de la tabla, igualado a 62 puntos con su principal rival por la Liga de Campeones, la Real Sociedad.

Sus números, lógicamente, han hecho que tanto el Valencia como el valencianismo le pidan a Ernesto Valverde que siga al finalizar su contrato, que acaba el próximo 30 de junio. Mucho se lleva hablando de esta posibilidad, prácticamente desde febrero, pero el técnico siempre ha mantenido el mismo discurso: “No hay nada hablado. Hablaremos al finalizar la temporada”.

La tranquilidad y la calma siempre han caracterizado a Valverde, y si analizamos sus ruedas de prensa en las que habla sobre el tema de su ampliación de contrato lo podemos corroborar. Pero más lo podemos comprobar en la rueda de prensa tras la victoria de su equipo en Getafe.

La afición desplazada hasta el Coliseum Alfonso Pérez gritó a viva voz “Valverde, quédate”, algo inusual en la grada valencianista, pues la costumbre es escuchar todo lo contrario, sea el técnico que sea. Al ser preguntado por esto, Valverde apenas esbozó: “Me alegra que la gente esté contenta conmigo, pero lo importante es el próximo partido ante el Granada”.

Aún así, Valverde ha mostrado su deseo de continuar, pues quiere seguir entrenando a un equipo de primer nivel como afirmó el pasado sábado tras el partido ante el Getafe. Y, por supuesto, el Valencia le ha transmitido la intención de renovarle el contrato.

Pero el hándicap para que ambas partes lleguen a un acuerdo reside en el tinglado que existe, institucionalmente hablando, dentro del Valencia. Un presidente interino promete primas cuando ya estaba apalabrado que no habrían esta temporada, el expresidente sigue como consejero y hay que esperar hasta el día 4 de junio para conocer al nuevo presidente.

Hasta ese día, la intención del Valencia será la misma, la de renovar a Valverde, y la del técnico la de mantener un discurso que refleja su forma de ser: un hombre tranquilo.

Algunos creen, permítanme hacerlo a mí también, que Ernesto Valverde tiene un ojo puesto en Bilbao, equipo donde jugó y donde entrenó. Además, equipo que probablemente se quede sin entrenador, pues la era Bielsa está llegando a su fin.

Aún así, nadie debe dudar de la profesionalidad de Valverde y de su compromiso con el club, ya que pase lo que pase al finalizar la temporada, él habrá luchado por cumplir sus objetivos como un valencianista más. De momento ya hay un cántico que ya callejea los alrededores de Mestalla pidiendo su renovación, algo demasiado difícil de conseguir a orillas del Turia.

Toca esperar hasta el día 4 de junio. Mantengan la calma, y que no cunda el pánico. Si al final el idilio Valencia-Valverde se rompe, Pucela no está tan lejos.

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Sobre el autor
Carlos Martínez
Corresponsal de Fans Fútbol MX. Colaborador de Radio Inter y VAVEL. Colaborador de Solobasket. Antes, Cadena SER, RadioEsport y PDR.