Baraja y Albelda. El ‘Pipo’ y el ‘capi’. Rubén y David. El ‘8’ y el ‘6’. Muchos son los términos por los cuales se conoce a sendos futbolistas. Usen el que ustedes prefieran pero todos serán sinónimos de un único adjetivo, aquel que fusiona a jugadores con afición: valencianista. Y es que a pesar de los distintos colores que hayan podido vestir a lo largo de su carrera deportiva, tanto sus nombres, como sus corazones, estarán siempre ligados a un club en concreto, el Valencia CF. El club con el que alcanzaron sus mayores gestas deportivas, el club que les convirtió en internacionales, el club con el que lograron desde la mayor de las alegrías hasta la más amarga derrota. Rubén Baraja y David Albelda, fueron, son y serán ídolos de la afición de Mestalla.

Baraja y Albelda llegaron al Valencia por vías totalmente distintas. El vallisoletano comenzó su andadura en el club pucelano de donde fue fichado por el Atlético de Madrid para el equipo filial donde militó durante tres temporadas hasta pasar el primer equipo. Allí tan sólo disputó una temporada ya que el conjunto madrileño descendió a Segunda y el jugador fue fichado por el club de la capital del Turia por 12 millones de euros (cláusula de rescisión).

Por su parte, Albelda entró a formar parte de la cantera ché cuando tenía apenas 18 años, siendo cedido un año después al Villarreal que por aquel entonces militaba en la División de Plata. Regresó al Valencia un año más tarde pero una grave lesión le alejó de los terrenos de juego. A su vuelta y sin apenas ritmo de competición, volvió a ser cedido a la escuadra castellonense que esta vez ya se encontraba en la máxima categoría del fútbol español. Tras un año en el que adquirió una gran experiencia, retornó al club de Mestalla, esta vez, para quedarse.

Asentamiento en el equipo

Tanto Baraja como Albelda se hicieron un hueco en el equipo al poco de llegar. El de la Pobla Llarga fue el primero en hacerlo en la temporada 1999/2000. A las riendas de Héctor Cuper se erigió como una pieza clave para el conjunto de Mestalla, e incluso disputó gran parte de la final de la Liga de Campeones que enfrentó a Valencia y Bayern. El ‘Pipo’ aterrizó en la capital del Turia la campaña siguiente, con el entrenador argentino aún al frente del vestuario, y rápidamente se asentó en los planes del técnico. Ambos fueron jugadores de gran relevancia en el equipo que maravilló a Europa alcanzando su segunda final de Champions consecutiva.

Se puede decir que la era Albelda-Baraja daba comienzo aunque en unas circunstancias cuantiosamente agridulces. A pesar de alcanzar la final de la máxima competición continental a nivel de clubes, las derrotas ante Real Madrid y Bayern dejaban un sabor amargo en el seno valencianista, tanto para aficionados como para jugadores. No obstante, la época más dorada de sendos jugadores, y con ellos, la del club en sí, estaba por llegar.

David Albelda y Rubén Baraja se complementaban a la perfección. El de la Pobla Llarga era un portento físico y un constante alarde de posicionamiento táctico. Abarcaba cualquier zona del campo con total precisión, destruyendo así cualquier intento del rival de crear juego en la medular. Además, sabía cubrir a la perfección las subidas de sus compañeros con continuas coberturas que anulaban por completo los intentos de superioridad rival. Sin lugar a dudas, uno de los mejores jugadores a nivel táctico que ha pasado por nuestra liga. El propio jugador era consciente tanto de sus virtudes como de sus debilidades por lo que jugaba la pelota con rapidez y nunca con pases de riesgo. Un complemento perfecto para su pareja de baile. El ‘Pipo’ era el encargado de la creación, de llevar la manija del juego ché, marcando a su vez los tiempos del partido. Rubén Baraja poseía una visión de juego excepcional y una facilidad pasmosa para controlar en todo momento el compás sobre el terreno de juego. No obstante, no se puede decir que el ‘8’ no ayudara a su compañero en la medular y tan sólo se encargara de crear. A la hora de la presión, acrecentada sobre todo en la era Benítez, Baraja era el primero en ocuparse de que la zona de creación rival estuviera completamente inutilizada.

Momento cúspide

Y con cada rol asumido por parte de ambos jugadores, un equipo engranado a la perfección y un entrenador con una gran ambición fue como el dúo Albelda-Baraja y el Valencia cosecharían dos títulos de Liga y una UEFA en un periodo de tres años, firmando de ese modo una de las épocas más gloriosas, sino la que más, de la historia valencianista. Sendos jugadores formaban un centro del campo equilibrado, único y conjuntado que dominaron la medular blanquinegra durante un gran periodo de tiempo, el más laureado de la historia ché.

En la memoria de todos los valencianistas está por ejemplo la exhibición de Rubén Baraja en Mestalla frente al Espanyol. El vallisoletano condujo al equipo, que se encontraba en inferioridad numérica, a la remontada con un doblete que dejo la Liga en bandeja a los de la capital del Turia. La posición de David Albelda hace que sea más difícil remarcar una actuación en particular. Sin embargo, el ex capitán ché desplegaba una ostentación de táctica y estrategia, digna de los grandes jugadores del deporte rey a lo largo de su historia.

Tan buena era su conexión que incluso la medular ché fue extrapolada a la selección nacional de las riendas de Camacho en el Mundial de 2002. Sin embargo, el poco éxito de la selección por aquel entonces hizo que ninguno de ellos tuviera una repercusión mediática a nivel mundial. Aunque es cierto que el de Pucela fue dos veces candidato al Balón de Oro, pero siempre fuera del top 10.

Despedida del Valencia

Es cierto que ninguno de los futbolistas tuvo una salida acorde con su categoría no sólo en el equipo, sino también en su historia. Rubén Baraja se marchó del club tras enterarse de que no iba a ser renovado al terminar su contrato esa misma temporada (2009-2010). Al futbolista no le gustaron demasiado las formas en las que le comunicaron su futuro. No obstante, el jugador nunca mostró en exceso su disconformidad públicamente y portó el brazalete de capitán en su último encuentro ante el Tenerife en Mestalla donde se le entregó una placa conmemorativa y se le ovacionó tanto cuando fue sustituido como cuando finalizó el partido. A día de hoy, el ‘Pipo’ es entrenador del juvenil del Valencia CF por lo que sigue ligado al club de sus amores.

David Albelda ha vivido momentos mucho más convulsos que su compañero en la medular. El de la Pobla Llarga demandó al entonces presidente Juan Soler cuando Ronald Koeman le apartó de la plantilla junto a Cañizares y Angulo. Esto le impidió además disputar la Eurocopa de 2008 en la que España se proclamó campeona y en la que hubiera sido sin duda una pieza clave ya que Luis Aragonés contaba con él para el pivote defensivo que finalmente ocupó el jugador del Villarreal Marcos Senna. Tras la salida de Koeman y el cambio en la presidencia, Albelda volvió poco a poco a tener protagonismo en el equipo aunque rechazo volver a tener nada que ver con la capitanía. Con el paso de las temporadas se volvió a demostrar que el jugador era una pieza clave en cualquier esquema de cada entrenador que pasaba por la capital del Turia y en su última temporada volvió a desplegar un juego táctico que bien le valió para ser titular con Ernesto Valverde. La ovación que el futbolista se llevaba cada partido en Mestalla era asombrosa. El propio Albelda admitió ante los medios que no renovaría al acabar la temporada aunque finalmente se retractó de la decisión y dejó su futuro en las manos del club, el cual decidió no renovar al centrocampista poniendo así punto y final a 15 temporadas en el conjunto blanquinegro. David Albelda se convertía así en el segundo futbolista en la historia valencianista con más temporadas en el club y se despedía de una afición que siempre le recordará como símbolo de su equipo.

A lo largo de los años, el Valencia se ha gastado decenas de millones en buscar dos sustitutos para ambos jugadores sin éxito alguno. Muchos son los nombres que han llegado a Mestalla como herederos de Baraja o Albelda y ha salido por la puerta de atrás. Manuel Fernandes, Tino Costa, Memet Topal, Eduardo Gaspar, Stefano Fiore, Hedwiges Maduro o Miguel Pallardó son algunos de los nombres que han sucumbido ante las sombras de la mejor medular en la historia valencianista. Hoy en día, Éver Banega, Michel Herrero, Oriol Romeu y Javi Fuego serán los protagonistas en la ardua tarea de conseguir que Mestalla no murmure en recuerdo de tiempos en los que el club tenía una de las mejores medulares a nivel mundial.

Tanto Rubén Baraja como David Albelda están considerados entre la afición blanquinegra como dos de los mejores jugadores que han pasado por el club, además de dos de los más leales al club del murciélago. Y es que ambos centrocampistas tuvieron ofertas de grandes clubes pero ninguno abandonó nunca el club de Mestalla, el club de sus amores. Y a pesar de que no recibieron ningún tipo de homenaje tras su marcha del club, ambos se ganaron el respeto y cariño de una afición que siempre les apoyarán.

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