La historia de Miguel Alfonso Herrero Javaloyas, o más conocido futbolísticamente como Míchel, es una historia de superación. Desde que comenzara su trayectoria en las categorías inferiores del Valencia CF, su ilusión ha sido siempre la de triunfar en el primer equipo. Su demarcación, la media punta, ha sido lugar de grandes jugadores en el conjunto ché; como Pablo Aimar o David Silva, futbolistas que eran conocidos como “magos” del balón, y a los que Míchel observó desde la lejanía.

Tras mucho trabajo y sacrificio, por fin llegó su oportunidad. Debutó en el primer equipo del Valencia, entrenado por aquel entonces por Unai Emery, en Copa del Rey, ante el Club Portugalete, materializando un tanto y logrando el debut soñado por todo canterano. Aquella temporada, la 2008/09, disputó un total de 17 encuentros, cinco de ellos como titular, lo que le valió para continuar un año más en el conjunto blanquinegro.

Sin embargo, la campaña siguiente no fue la esperada para Míchel, pues a pesar de disputar 19 encuentros (5 de ellos durante la pretemporada), tan solo participó en 3 choques de Liga, propiciando su salida a final de año. Puso rumbo entonces a Coruña, en calidad de cedido en el Deportivo, donde continuó su desarrollo como jugador. Pero, una vez más las cosas no salieron según lo esperado para él, pues no consiguió hacerse un hombre importante en los esquemas gallegos, y regresó a Valencia tras confirmarse el descenso del conjunto blanquiazul a Segunda División.

Consagración en Alicante

De nuevo sin sitio en la primera plantilla del Valencia, el Hércules de Alicante le acogió con los brazos abiertos, en Segunda División. Esta vez, la historia cambió, y Míchel alcanzó su mejor nivel. 14 tantos con el club herculino, que se quedó a las puertas de regresar a Primera un año después de su descenso, lo avalan. Ahí fue donde Míchel comenzó a mostrar sus cualidades, actuando en la media punta y marcando diferencias.

Míchel fue uno de los pilares en el Hércules. (Foto: El Mundo).

Pero la cesión terminó, y el de Burjassot regresó a la capital del Turia. Con el mismo guion establecido, Míchel decidió rasgar su contrato y desvincularse del Valencia, donde desde hacía años no tenía lugar. El Levante, vecino y rival de los de Mestalla, decidió abrirle la puerta. Pero los blanquinegros, sabedores de las posibilidades de Míchel, se guardaron un as en la manga en forma de opción de recompra que posteriormente utilizarían.

Su temporada en el conjunto granota dio continuidad a la anterior, convirtiéndose en uno de los referentes de Juan Ignacio Martínez, desde la mediapunta y hasta actuando desde el costado. Se erigió como una de las notas positivas del Levante, en un final de año demasiado convulso en el otro lado de Valencia.

Partida y regreso

Su magnífico año en el Levante, sumado al anterior con el Hércules, fueron suficientes. El Valencia decidió hacer efectiva su opción de recompra, y Míchel regresó al conjunto de sus amores un año después de haberlo abandonado de manera oficial. Y las cosas empezaron de manera excelente para él, puesto que Miroslav Djukic apostó por el de Burjassot desde el comienzo.

Sin embargo, pronto se diluyó. Los problemas en el juego ché, hicieron que el técnico serbio diera la espalda a Míchel, dejándole fuera del equipo en repetidas ocasiones, y dándole tan solo minutos en la Europa League. Desde aquel encuentro en el que el Valencia venció por la mínima al Rayo en Mestalla, el valenciano no ha vuelto a participar en la máxima competición nacional.

(Foto: Ciberche.net).

Su futuro, una incógnita

Con el despido de Miroslav Djukic, y la llegada de Juan Antonio Pizzi, el futuro de Míchel en el Valencia es del todo desconocido. La posible llegada de un inversor, que apostaría una gran suma de dinero en busca de nuevos fichajes, no auguran mucha suerte al joven valenciano en el primer equipo ché. Sin embargo, él es reacio a rendirse, como lo ha sido durante toda su carrera futbolística.

Con la idea fija de triunfar en el equipo de su vida, Míchel está decidido a convencer a Pizzi, de que puede ser un jugador importante en el equipo. Pero, de nuevo, la problemática es la misma. Su demarcación idónea, la media punta, está ocupada actualmente por jugadores como Jonas, Banega, Canales o Fede Cartabia; quienres parten con ventaja respecto a Míchel. Y su participación en el medio campo, lugar donde le situó Miroslav Djukic, nunca ha terminado de cuajar, además de tener de nuevo compañeros por delante de él.

Es por ello, que tendrá que trabajar más que el resto, para mostrar a su nuevo entrenador las posibilidades y cualidades que es capaz de verter sobre el terreno de juego.

Desde que Djukic dejara de confinar en él, ha alternado la grada con el banquillo. (Foto: Carla Cortés | VAVEL).

Reencuentro con el Levante

En el que será el primer encuentro de la “era Pizzi”, Míchel ya ha ganado su primera batalla personal. Por el momento, parte como convocado en una lista de 20 jugadores de la que tendrán que caerse dos de ellos, pero superando a Barragán, Vezo y Alcácer; quienes tan si quiera marcharán en la primera lista.

En frente, de sentarse en el banquillo o partir como titular, aunque esto se presenta más complicado, tendrá a sus ex compañeros. El Levante llega a Mestalla, y Míchel podrá reivindicarse, si su técnico le da la confianza que él necesita. Un choque, que podría significar la continuidad o no del canterano ché en el conjunto blanquinegro, puesto que a pesar de que este no quiera desistir en su empeño, el Valencia podría buscarle una salida en el mercado invernal que recién ha comenzado.

Todo por decidir, en el futuro de Míchel, que puede tornarse aciago para sus deseos, o convertirse de nuevo en el sueño que siempre tuvo, triunfar en el Valencia CF.