Celta de Vigo y Valencia se daban cita en Balaídos, en donde tan solo había vencido una vez el conjunto local antes de la jornada 19 de Liga. Un choque, con tres puntos de extrema valía en juego, pues los gallegos se encontraban fuera de descenso, pero empatado a puntos con el primer conjunto que los habita; mientras que el Valencia arribaba con el equipo revitalizado, con Pizzi como estandarte y la victoria en el derbi valenciano en el zurrón. Las sensaciones, totalmente contrarias entre los dos contendientes que se daban cita, auguraban un combate de lucha y tesón.

El técnico argentino, decidía dar continuidad a las ideas que había puesto en marcha, dando la titularidad a hombres como Piatti y Feghouli, suplentes meses atrás. Luis Enrique, por su parte, plasmaba sobre el césped los mismos jugadores que habían puesto contra las cuerdas al Real Madrid, siete días atrás.

Comenzó el Valencia con la intención de dominar el encuentro, tocando con confianza desde la retaguardia. Pero sería el Celta, ordenado en defensa, el primero en llegar hasta las inmediaciones del guardameta rival. Una gran jugada colectiva entre Charles, Álex López y Orellana, que serviría para mostrar la capacidad de asociación del los celtiñas. Charles lanzó un centro desde la zurda que despejó la defensa ché sin complicaciones. Acto seguido, Canales probaba fortuna sin suerte desde la frontal. Los equipos se desperezaban.

Los de Pizzi presionaban con fuerza en campo contrario, recuperando la posesión con facilidad. Piatti tuvo la primera ocasión seria, rematando en el primer palo un centro de Feghouli, los dos hombres del momento blanquinegro. Pero el Celta sabía a lo que jugaba, y poco a poco comenzó a acercarse a los dominios de Diego Alves. Primero fue Augusto, quien probó al portero brasileño con un disparo seco a la cepa del poste, que fue atrapado sin problemas.

El Celta combinaba bien, con menos posesión de la que acostumbra, pero haciendo ésta más efectiva que la de su rival, que tan solo llevaba peligro con centros desde banda sin remate. La balanza se decantaba a favor de los gallegos, que a pesar de no dominar, se acercaban mucho más a puerta contraria. Una vez más, Charles tuvo en sus botas abrir el marcador a favor de su equipo, tras un contraataque por la pérdida de Oriol Romeu. Sin embargo, el delantero brasileño veía de nuevo los fantasmas que le acompañan de cara a puerta, y su compatriota realizaba una sensacional parada, impidiendo el tanto local.

Cuando peor estaba el Valencia, cuando peor lo estaba pasando por las acometidas del Celta, apreció Parejo. El conjunto hoy de naranja, trenzó un ataque hasta la frontal, donde Jonas con gran templanza, abrió a Feghouli. El argelino, tras levantar la cabeza, sirvió al corazón del área donde el centrocampista de Coslada remató con poderío, solo ante Yoel. El cabezazo de Parejo fue directo a las mallas, y puso el 0-1 en el electrónico. El choque se decantaba a favor de los valencianos, que aprovecharon su ocasión, a diferencia del Celta.

A raíz del gol, el encuentro bajó un grado el nivel, pues el Celta dejó de sentirse cómodo sobre el césped, y el Valencia adormeció los tempos a su gusto. En los últimos 15 minutos de la primera mitad, el encuentro prosiguió esta tónica. Mathieu, fruto de un golpe con Rafinha, tuvo que salir sustituido ya que se dolía del costado. Esto fue de lo poco que ofrecieron estos compases finales. Tan solo el Celta, con Rafinha como protagonista, pudo disparar, aunque el chut de este se fue desviado. Con el 0-1, el colegiado señaló el camino de los vestuarios.

El Celta despierta del letargo

Tras la reanudación, el Valencia trató de seguir templando el partido, tocando durante los primeros minutos. Pero rápidamente se vio que el conjunto vigués salía con ideas distintas. Orellana dio comienzo a la reacción celeste, con un disparo de falta que atrapó sin problemas Diego Alves.

El Valencia seguía en fase rem, soñando con tiempos mejores del pasado. Y el Celta ejerció de pesadilla. Tan solo hicieron falta 5 minutos para que los locales empataran, gracias a un centro de Rafinha y un remate de Charles. El brasileño, controlaba con total facilidad en el área pequeña, batiendo a Diego Alves que abroncó a sus defensores, en especial a Ricardo Costa, que permitió el tanto rival.

Los de Luis Enrique se veían capacitados para remontar, y animados por su afición, adelantaban líneas, haciéndose con el control total del partido. Era de nuevo Rafinha, el mejor de su equipo durante los 90 minutos, quien percutía por banda izquierda, ante un Guardado que se vio superado. Augusto estuvo a punto de rematar dentro del área, un centro del estilete celeste.

La única respuesta ché, fue tratar de cortar los ataques del Celta. Entre interrupciones por lesiones, y un juego un tanto tosco, el partido entró en un pequeño bucle de minutos perdidos. Ricardo Costa encendía la alarma, pues caía lesionado, pero forzaba para continuar en el terreno de juego.

Juego de banquillos

En ese momento, los entrenadores cogieron el testigo, y dieron paso a los cambios. Pizzi, abrumado por la situación, movía tuercas y situaba a Javi Fuego en el centro del campo, para ayudar a un Romeu superado. Por su parte, Luis Enrique se la jugaba a una carta, y daba entrada a Nolito y Krohn Delhi.

Pero el Valencia seguía sin ideas, apático y sin intensidad. Orellana seguía empeñado en chutar desde lejos, y demostraba que el Celta tenía un par de marchas más. Para más inri, Ricardo Costa decía basta, y se marchaba del campo, dejando a su equipo con una defensa de circunstancias sin sus dos centrales titulares.

Y el vencedor fue Luis Enrique. Con los cambios, los entrenadores habían jugado sus armas; uno yendo a por la victoria, y el otro tratando de contrarrestar las virtudes del rival. El Valencia, fruto de su poca intensidad, perdió el cuero en campo propio, y dio la oportunidad a Charles de buscar la portería de Diego Alves. El brasileño no perdono, y con un disparo fuerte a media altura, donde hace daño a los porteros, dio la remontada al Celta.

Los palos, protagonistas del final

Los últimos 10 minutos fueron un quiero y no puedo del Valencia. Con el tiempo sobre la vocina, Nolito pudo sentenciar. El jugador celeste, en una gran jugada personal, remató al travesaño. El rechace, lo mandó Santi Mina a las nubes. Los de Pizzi intentaron la desesperada, y a punto estuvo de resultar. Feghouli remató al poste, tan solo dos minutos después de que lo hiciera Nolito. Y de nuevo, Canales mandó el rechace demasiado alto.

No daría de más el encuentro, que murió en campo del Valencia, demostrando lo que fueron los segundos 45 minutos. El Celta logró darle la vuelta al marcador, fruto de la intensidad que mostró, las ganas y la garra. Algo que no demostró el Valencia, que regresa a la senda de la derrota, mostrando las mismas carencias que evidenció durante el final de 2013.

De esta manera, el Celta se aleja del descenso, dejándolo atrás 3 puntos. El Valencia, en tierra de nadie, deja marchar el tren de Europa, si este no se ha ido ya. El futuro, para los dos equipos, será complicado, ya que la salvación está más igualada que nunca; y la trayectoria ché en Liga pinta complicada, debido a la distancia que se encuentra de los puestos de competición europea.

(Foto: EFE).