El Valencia sigue sin levantar cabeza, y suma otro empate cuando necesita sumar de 3 en 3. Córdoba adelantó pronto con un espléndido zapatazo que Alcácer contrarrestó en 5 minutos. Con domino españolista, pero verticalidad local. Jonas de cabeza puso momentáneamente a los suyos por delante, pero nada más lejos de la realidad. En el 44, Sergio García marcaba desde los 11 metros para dejar un 2-2 en el marcador que ya no se movería en la segunda mitad.

Aparecieron los goles, pero no el fútbol

4 goles en 45 minutos aunque con destellos de fútbol únicamente. La crucial cita para los intereses del Valencia y no empezó bien. A los dos minutos, Córdoba en una jugada aislada marcaba el 0-1. La pasividad defensiva de la zaga permitía mandar un cañón a la red de Alves que poco podía hacer.

El Valencia volvió a mostrar la idea que Juan Antonio Pizzi quiere para los suyos. Velocidad de combinación por el centro y rápidas aperturas a bandas a las incorporaciones de los laterales. Los locales lo intentaban con múltiples centros al área, pero Colotto y Héctor Moreno se sentían como si estuvieran tomando el sol en la playa.

El RCD Espanyol se sentía cómodo con la posesión. Dominaba el cuero, pero no era vertical. Y eso en el fútbol se paga. Un gran momento de lucidez transformado en un magnífico pase de Banega, dejó a Alcácer solo para batir a Casilla. Aunque con polémica arbitral, el joven valenciano se encontraba en un claro fuera de juego. Pese a ello, el gol subió al marcador y la contienda reflejaba un inmerecido 1-1 para ambos bandos.

A falta de acierto, el balón parado puso los goles

Mathieu y Jonas en un lado, y López y Fuentes en el otro, sufrían la verticalidad de los interiores rivales. Y es que desde ese lado del campo llegaban las ocasiones. Oportunidades que caían con cuenta gotas. Más intenciones, que realidades. Los catalanes avisaban primero con un centro al corazón del área que Córdoba no conectaba. En el otro lado, Guardado y Piatti hacían daño a la espalda, pero sin éxito.

No fue hasta el minuto 31, cuando el Espanyol había entregado la cuchara – la presión era mucho menor -, cuando a la salida de un saque de esquina, Piatti ponía un balón óptimo para que un imperial Jonas pusiera el 2-1. El Valencia se animaba, aunque los blanquiazules no se arrugaban, pese a su momentánea inactividad. También dispondrían de un córner para empatar. Sin embargo un inconsciente Mathieu cayó en la trampa Córdoba  y hacía un penalti que suponía el 2-2 a filo del descanso. Sergio García no perdonaba.

Inicio fulgurante tras el descanso. Los dos equipos plantearon un choque abierto para poder adelantarse pronto. Alcácer y Córdoba se repartieron los primeros golpes, pero ahí quedó la cosa. A partir de ese momento, más de lo mismo. Un querer y no poder para el Valencia. Aguirre fue arengando a los suyos para cerrarse atrás y esperar alguna posible ocasión, que no llegó. Diego Alves no tuvo trabajo en la segunda mitad.

Pizzi mató el partido con los cambios

El Valencia lo intentaba por activa y por pasiva, pero de nuevo, se echaba en falta a Roberto Soldado. El gol del que tanto adolece el equipo. Con tiempo por delante, Pizzi realizó las primeras substituciones, aunque no acertó. No era lo que el equipo necesitaba en ese momento. La comodidad atrás del Espanyol requería velocidad y oxígeno por bandas para sacarla de la cueva. Sin embargo, Pizzi creyó oportuno que Míchel, Canales y Pabón fueron los posibles revulsivos. Se demostró que no era así. 

El tapón en el carril central españolista era enorme, y el Valencia fue perdiendo fuelle con el paso de los minutos. Canales bajaba una y otra vez a la medular para poner orden, pero el daño estaba hecho. El cambio de Banega y Parejo cortó de raíz la imaginación del equipo.