Si algo puede salir mal, saldrá mal. La ley de Murphy definiría a la perfección el infierno que vivieron los valencianistas en el partido de ida. Y no porque la afición suiza hiciera del estadio un fortín como es habitual en ella. Es más, el partido se jugaba a puerta cerrada por la sanción de la UEFA. Lo que padeció el conjunto de Pizzi fue una catástrofe futbolística a todos los niveles. Todo estaba de cara a los visitantes. El Basilea era, sin duda, el rival más asequible de todos los equipos que habían accedido a la ronda de cuartos. Además, estaba obligado a jugar el partido de ida sin público. Y por si fuera poco, el Valencia llegaba con la obligación de sacar un buen resultado, ya que la Europa League se había quedado como única posibilidad de estar en Europa la campaña próxima. Solo había una pequeña posibilidad de que algo saliera mal. Y así fue.

La primera parte de los ché fue horrible. Los suizos camparon a sus anchas por el terreno de juego mientras que los visitantes no eran capaz de hilar ningún tipo de juego y tan solo Fede con alguna jugada de desequilibrio era capaz de romper de forma efímera el dominio absoluto de los hombres de Yakin. Tras la represa y un marcador adverso de 2-0 se mejoró tímidamente pero no sirvió para nada salvo que para encajar un último gol al contraataque cuando el encuentro ya estaba agonizando. Un duro palo para los blanquinegros que veían en ese postrero gol del Basilea una casi segura eliminación. Los valencianistas tendrán que luchar hasta el último aliento y más para tratar de darle la vuelta al resultado.

Apelar a la épica

No queda otra. Al mal partido de la ida se le suma la pobre posición liguera en la que se encuentran los de Pizzi. Estancados en la octava plaza con la séptima a ya ocho puntos de distancia cuando tan solo quedan 18 en juego y además con Levante y Espanyol a apenas un punto de distancia hace que la actuación de los ché en la presenta campaña sea calificada de mediocre. A pesar del mal inicio, la remontada soñada no ha tenido el rendimiento que cabría esperar tras la protagonizada la campaña anterior. Los deberes no se han hecho y ahora es cuando se recoge lo que se siembra.

El Valencia vaga ya en la competición doméstica y todo indica que podría quedarse fuera de la competición europea. Una eliminación en la Europa League no solo supondría un adiós no solo a la presente campaña sino también un fuerte golpe económico en las arcas del club ya que este quedaría fuera de Europa la próxima temporada. Y no solo cuenta la repercusión económica sino también la deportiva. Y es que la ilusión de la afición de cara a una temporada sin participación europea se vería notoriamente afectada.

En busca de repetir semifinales

Los suizos están con pie y medio en las semifinales de la Europa League, ronda que ya alcanzaron la temporada pasada y de la que fueron apeada por un a la postre campeón Chelsea. Este año buscan repetir la gesta y la verdad es que tienen bastantes posibilidades. La superioridad mostrada por los de Yakin en la ida, a pesar de contar con bajas importantes y de la ausencia de público, hace que el objetivo esté más a su favor que en su contra.

La realidad es que han hecho méritos más que suficientes para estar en el sorteo de la siguiente ronda. El marcador juega a su favor y a bien seguro que tratarán se sacar partido de ello. Y es que Yakin es consciente de que el Valencia está obligado a lanzarse al ataque debido a la adversidad del marcador por lo que un buen planteamiento a la contra podría ocasionar alguna ocasión de gol para los visitantes que acabaría con cualquier opción ché.

#reAMUNTada

Este es el ‘hashtag’ que ha utilizado el conjunto ché en las redes sociales para animar a la afición a que lleve en volandas a su equipo en este momento de dificultad. Sin embargo, la afición se encuentra dividida en dos. Por una parte, están aquellos que no cuentan para nada con la remontada. El mal momento anímico que vive el equipo junto con la falta de gol, de juego e incluso una pasividad extrema en defensa hace que los valencianistas no vean viable tal hito. Además, el polémico proceso de venta en el que se encuentra inmerso el club ya es bastante distracción como para preocuparse de apoyar a un equipo que según su punto de vista, ni siquiera merece tal atención.

Por otro lado, y en minoría, están aquellos incondicionales que ven realmente factible la machada. El Valencia es un equipo históricamente muy superior al Basilea y aunque el pasado ahora mismo no cuenta, la solera del conjunto ché puede pesar en el devenir de tal duelo. No obstante, un gol visitante dejaría prácticamente eliminados a los locales ya que obligaría a estos a anotar ni más ni menos que hasta cinco tantos.

Un equipo roto

Esa es la imagen que da el conjunto de Pizzi ahora mismo. Una escuadra sin demasiadas ideas, con un juego pobre y en el que los jugadores parecen no esforzarse al máximo durante el encuentro. El propio técnico argentino reconoció en rueda de prensa que sintió vergüenza del rendimiento de sus pupilos en la primera mitad del duelo en Suiza y que a pesar de la mejora tras la represa, la poca efectividad de sus atacantes no benefició en absoluto a los de la capital del Turia. El empate en Pucela tampoco sirvió como ejemplo para alentar tanto a la afición como a los jugadores de que la remontada es posible.

Sin embargo, en el vestuario no se habla de otra cosa que no sea obtener el pase a la siguiente ronda. Y es que los jugadores son los primeros que quieren redimirse de la mala imagen mostrada en los últimos partidos, y los primeros que tratarán de recuperar su relación con la afición. Una afición cansada de tantas decepciones y dispuesta tanto a perdonar a su equipo si consigue la remontada como de condenarlo si no se da tal hito.

Posibles alineaciones

Fotos. 1. marca.com 2. abc.es 3. levante-emv.com 4. 100x100fan.com 5. cadenaser.com