Con la recta final de la temporada en pleno arribamos a un punto en el que los conjuntos dotan de una trascendencia dispar a un mismo choque. Así, nos topamos con equipos que sin haber hecho los deberes y pese a situarse en posiciones alejadas a lo que se presuponía cuando el balón echaba a rodar allá por el mes de Agosto, todavía mantienen sus ilusiones intactas debido a la suerte positiva que corrieron fuera de nuestras fronteras. Por el contrario, sin distracciones foráneas, el rival se encuentra inmerso en una lucha que nadie desea en los primeros compases de la temporada pero que por estas fechas es común ver una gran enjundia de conjuntos salpicados. Es por ello que Osasuna y Valencia disputen un partido con estos visos de historia común con resultado incierto. ¿Pesa más la obligación o la falta de tensión permitirá liberarse y rendir más? Eterna pregunta que se aborda y que junto a otras con objeto malicioso yacen en cada previa primaveral.

Viendo de cerca el infierno, los rojillos tratarán de llevarse tres puntos con el apoyo de una grada que en estas citas suele entregarse a su equipo para buscar un soplo de aire ansiado y difícil de hallar. En base a dos nombres comienza a cimentarse el innombrable y perseguido final de una tragicomedia bajo la batuta de un Javi Gracia tan poco previsible como eficiente frente a los grandes en su feudo. Enfrente una afición que lejos de desplazarse a Pamplona piensa en una visita temprana al sur para apoyar a su Valencia en una plaza de dificultad equiparable a la que se encontrarán los ché en latitudes dispares. Desde el seno blanquinegro se pretende dotar del mismo empaque a una competición en la que fueron desahuciados de una batalla siempre distante.

Oriol Riera y Andrés, cimientos rocosos

Cuando la columna vertebral de cualquier equipo está bien definida y sus vértices funcionan, ese conjunto suele ser cuanto menos boyante. Así, en base a ese dogma los de Gracia han tenido a bien funcionar en los últimos meses. Con un cancerbero de totales garantías que se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para todo aquel que osa traspasar la línea de gol que defiende, y un ariete que hace lo propio con los compañeros de trabajo de su compinche. De hecho, el atacante osasunista supera con creces al máximo goleador ché, Jonas, acrecentando dicho dato en que el brasileño está cayendo en el ostracismo desde la llegada de Pizzi. Es por ello que los once tantos del rojillo se están convirtiendo en el clavo ardiendo al que aferrarse, así como tratar de poner el cerrojo a la meta de un Andrés demasiado protagonista pese a la cuantía de goles encajados.

Junto a ellos, un batallón de nueve hombres que buscará una victoria en un estadio lleno. Incierto escuadrón el que alineará Javi Gracia debido a los constantes cambios en su puesta de largo cada fin de semana, aunque se presupone un once sin demasiadas variaciones respecto al visto hace una semana frente al Valladolid. Sin poder contar con Armenteros, pese a que esta semana ha vuelto a ejercitarse, también destacan las bajas de larga duración de Sisi (anunció por twitter su temprana vuelta) y Lolo.

Andrés Fernández vuela en el partido de Mestalla (FOTO: Carla Cortés / VAVEL)

Cuerpo presente, alma ausente

Así viaja el Valencia a Pamplona. Más que el alma la mente, la cabeza y las intenciones de un equipo con sus aspiraciones focalizadas en Europa. Si bien la suerte les fue esquiva durante la temporada en el campeonato liguero, la diosa fortuna concedió a los ché hace poco más de una semana un plus de ilusión que bien recibido estuvo por los aficionados. Una plantilla con miras distantes en Liga y ambiciosas en el viejo continente que verá como su entrenador trata de no perder la forma en la competición doméstica como puente a un hito que entusiasma a la entidad de la capital del Turia.

Una lesión, la de Diego Alves, deja sin quebradero de cabeza a Pizzi aunque no por ello desaparecen las dudas que envuelven a un irregular Guaita. La zaga se ve mermada por las lesiones de Senderos y Víctor Ruíz, a lo que se debería sumar las molestias de Mathieu y el susto que dio durante la semana Ricardo Costa. Es por ello que mientras Barragán y Pereira disputan el lateral derecho, a la par que Bernat es inamovible en el flanco contrario, Vezo podría perfilarse como titular con objeto de no cargar a los capitanes galo y luso. Por delante, un conjunto de futbolistas que parecen afianzarse como lo es la dupla entre Parejo y Keita con Feghouli, Fede, Vargas y Alcácer por delante.

Dos aficiones entregadas

Chés y rojillos. Rojillos y chés. Dos aficiones, dos hinchadas que se deben a su equipo y no dejan en la estacada a cualquiera que se enfunde la elástica de aquel que defiende sus colores. Bien es cierto que la exigencia es alta, pero también es irrefutable la persistencia de dos gradas que aparecen siempre que los suyos reclaman su apoyo. El Sadar y el Pizjuán, dos puntos cardinales totalmente distantes que se sitúan en la cabeza de unos y otros. Si bien los protagonistas del fin de semana serán los osasunistas con su masivo apoyo al equipo agradeciendo las medidas de la directiva con precios favorables para los socios.

Una grada que llevará en volandas a su equipo, como cada final de temporada, como cada partido importante de los suyos. Una afición, la blanquinegra, que tiene a bien responder entre semana. Casi dos millares de seguidores valencianistas se desplazarán hasta Sevilla para insuflar de ánimos y anotarse un punto a favor ante la extrema dificultad que supone torear en una plaza como la hispalense. El apoyo se ha plasmado en el primer día de venta de entradas para el viaje de cara al partido de ida, quedando en un segundo plano el desplazamiento a tierras norteñas.

Posibles onces