André Gomes: joven, bonito y barato. Del perfil de Moutinho, Veloso y otros talentos lusos que han retrasado unos metros a la estirpe Rui Costa. Es un distribuidor de juego que durante el último curso ya se echó a la espalda la canalización del campeón de la Liga Zon Sagres y subcampeón de Europa League. Distribuye bien y su físico le permite aportar tanto para atrás como para delante, donde con llegadas desde segunda línea es un suplicio en las segundas jugadas. En defensa no es cojo y su capacidad de trabajo le hace un futbolista completo con una proyección sin límites.

Rodrigo De Paul: el enésimo talento de tres cuartos surgido de Argentina. Perla por pulir que puede salir muy bien, mal o ser intrascendente. En Racing de Avellaneda, sin llegar a la veintena de edad, era clave en cada partido que jugaba por su gran capacidad de desequilibrio. Diestro, le gusta desenvolverse a pierna cambiada por el perfil del ‘7’ para aprovechar su buen disparo y la creatividad en el último pase cuando alcanza la verticalidad que tanto le caracteriza.

Sofiane Feghouli: el efímero paso de Miroslav Djukic por Mestalla casi acaba con cualquier aspiración de futuro con la blanquinegra por parte del argelino. Talento erigido en Francia con sangre del Magreb que logró escandalizar al feudo ché hace dos campañas y revivir a quienes osaban enterrarlo durante el segundo tramo de la temporada pasada. Habilidoso, desequilibrante, veloz y vertical. Uno de los jugadores con más talento del equipo en los últimos metros que además aporta una dosis de trabajo incansable.

Javi Fuego: llegó de puntillas y se hizo clave. Como su juego, silencioso pero imprescindible. No hace demasiado ruido en los partidos, sin complicarse hace su trabajo y lo mejor es que lo realiza bien. Un pulmón para el mediocampo que descarga a los jugadores más ofensivos. Pundonor, garra y potencia física, tiene una jerarquía en el centro del campo que impregna al resto de sus compañeros para dar un plus de esfuerzo defensivo. Quizás no tenga la importancia en la temporada que se presenta como en la anterior, pero sin duda responderá y lo hará sin despuntar, como debe hacerlo.

Andrés Guardado: guadianesco es su paso por Mestalla. El internacional por México fue uno de los mejores en la tricolor durante el Mundial y seguramente ese rendimiento ha propiciado que sus meses exiliado en el Bayer Leverkusen hayan sido un mero espejismo.  Tiene una zurda poderosa, potente y con clase. Su disparo de media y lejana distancia es temible, además de su polivalencia que es cuanto menos destacable dado que puede jugar de lateral, interior o extremo.

Dani Parejo: seguramente el mejor jugador del Valencia CF la temporada pasada. Sus inicios en el Camp de Mestalla no fueron fáciles y fue discutido, su juego no calaba y las cosas no le salían. No cesó en su empeño y siguió haciendo lo que sabe hacer: jugar, hacer jugar y hacer que disfruten con su juego. En el Camp Nou se doctoró con una lección de fútbol frente a uno de los mejores centros del campo de la historia del fútbol, en el Bernabéu casi lo repitió pero salvando las distancias frente a tan excelsa actuación. Creativo, maneja el ritmo del partido y su asociación con André Gomes puede ser temible para quien ose tener la manija del encuentro en el curso que se presenta.

Robert Ibáñez: acompaña a Gayà desde el filial, llegó para ser uno más por las vacaciones de quienes se presuponía que iban a estar y al final enamoró al míster. Nuno ha quedado prendado con el canterano y Rufete convencido de que no es una utopía su plaza fija en el primer equipo. Ilusionado, con ganas y desparpajo en su juego. Extremo puro, de los que ya no salen porque se prefiere el beneficio propio a llegar, centrar, asistir y cubrirse de gloria con una acción individual que encumbre a quien empuje su medido pase.

Carles Gil: de aquellos que tuvo que migrar para hacerse grande, para demostrar que es válido allí donde nació. En el Elche fue vital, clave en el sistema ofensivo de un equipo que divertía en los últimos metros. Zurdo, mediapunta y de calidad. De esos jugadores que enamoran, que reparten dosis de magia en cada pase entre líneas, en cada aparición técnica para burlar rivales. Además, algo más rápido y vertical que aquellos que aparecen en la cabeza con las características anteriores. Joven, prometedor e ilusionante su juego.

Bruno Zuculini: llega del mismo sitio que De Paul, de Racing Club en Argentina. Jugador que se muestra fuera del campo alegre, con desparpajo y atrevido. Dentro de la cancha, sobre el césped, no deja precisamente que se juegue así; o, al menos, no deja que lo haga el rival. Todo ello siempre y cuando juegue de pivote defensivo, por delante de la defensa ofreciendo apoyos en salida de balón y equilibrando en fase defensiva. Cuando juega algo más suelto de obligaciones para detrás se muestra más cercano a las llegadas desde segunda línea, le gusta pisar el área y sabe hacerlo bien. Pellegrini en el City, con el elenco de estrellas que tiene a su disposición, ha tenido difícil la decisión de desprenderse de este joven pero ilusionado centrocampista albiceleste.