Estadio complicado el que pisaba uno de los mejores equipos de la Liga BBVA hasta el momento, de hecho el jueves dormía como líder después de tres años. Pero los donostiarras se propusieron desde el principio que todo cambiase, y de hecho el protagonismo fue para Diego Alves en vez de para Alcácer como venía siendo habitual. El brasileño tan solo cedió de forma efímera, y para lamentación ché, los focos al ‘9’. Decidido, el cuadro de Arrasate se lanzó a la yugular de los valencianistas.

Carlos Vela con un disparo a los cuatro minutos desde la derecha haría trabajar al arquero, mientras que Agirretxe minutos después sería quien de nuevo probase a Alves. El cancerbero respondía y los de Nuno, demasiado agazapados, trataron de buscar la meta rival en un contraataque. Sería el único aviso, pues al cuarto de hora y contra lo visto en el terreno de juego, Carles Gil puso el 0-1. Un centro al segundo palo de Rodrigo hacia Alcácer, que el delantero dejó para que el zurdo en segunda jugada perforase a Zubikarai.

Carles Gil, porteador de injusticia

El meta realista no tuvo que intervenir en más ocasiones durante el primer periodo, situación contrapuesta a la de su homólogo. Agirretxe otra vez avisaba. Cada vez más cerca los donostiarras, tanto que Gayá despejó bajo la línea un remate de Íñigo Martínez. En la continuación de la jugada y, quizás en la tentativa menos decidida, llegó el empate. Un centro de Canales desde la izquierda que no alcanzó Agirretxe en su intento, pero que despistó a Diego Alves como para que nada hiciese más que vislumbrar el cuero rozando la red de su portería.

Las cosas no le gustaban al técnico luso y en el descanso metió a Filipe por André Gomes y al goleador Carles Gil por Feghouli. Como dijera Heráclito: “Todo cambia, lo único que permanece es el devenir”. Así era, la Real Sociedad seguía mandando, sintiéndose bien en el encuentro, mientras los ché no terminaban de encontrarse. Pese a ello, la calidad de sus hombres ofensivos hacía temblar a los vascos cada vez que Rodrigo o Alcácer tenían la posibilidad de contactar con el balón.

Los de Arrasate, en cambio, no lograban hacer intervenir tanto a Diego Alves. Pese a que el balón estaba en su dominio, la claridad a partir de tres cuartos de campo fue menor que en el primer periodo. Paulatinamente el gran ritmo en la presión del cuadro local hizo que la pelota permutase de dueño. Filipe después de una buena acción individual de Rodrigo disparó demasiado cruzado desde dentro del área marrando la ocasión de adelantar a los suyos.

Despertó tarde el Valencia

Resuello trató de aportar el técnico realista a los suyos con Finnbogason en lugar de Agirretxe. El islandés cogió la espalda a la zaga naranja en su primera intervención pero falló y mantuvo vivo el encuentro. Juego de equilibrio y precisión en el área demostró la Real en la siguiente oportunidad hasta que Canales se topó con una línea defensiva contemplativa del Valencia. Los compases finales fue Orban quien como en el Pizjuán entró por un exhausto Parejo. Quería Nuno tener opciones en el tramo final y así se evidenció.

Se transformó Zaldua de Gayá en la primera mitad para sacar bajo la línea a falta de dos minutos para el noventa. Precisamente el '31' ché fue quien revolucionó en esos minutos finales un equipo aletargado que encontró en la estrategia su mejor aliiado para esa última ocasión. Zubikarai y Zaldua marrarían los disparos de Otamendi y Gayá. Demasiado tarde pareció despertar un Valencia demasiado contemplativo para ambos. Se trasladó la ocasión al marco rival cuando Zaldua centró a Canales, quien disparando contra el suelo obligó a Mustafi a despejar a córner. En esa misma ocasión Granero remató al segundo palo rozando la madera en la última tentativa realista.

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Sobre el autor
Adrián Navarro
ADE de la UV. Apasionado del deporte en general y, sobre todo, del fútbol, baloncesto y futsal. Entrenador de fútbol 7 y futsal en categorías prebenjamín, benjamín e infantil. Colaboré en Radio GED como tertuliano de fútbol internacional. Ahora en VAVEL persiguiendo un sueño: PE-RIO-DIS-MO!