En la ciudad del fuego está ardiendo algo y no, no es marzo todavía. El Valencia resurge de sus cenizas. Es un fuego voraz que arrasa todo lo que se pone por delante. Prueba de ello son las cinco victorias con tres goles. Los fuegos artificiales los dirige la Pirotecnia Espírito Santo. Y el luso tiene mucha pólvora. Paco Alcácer – con cuatro tantos y tres asistencias – es el petardo estrella en Mestalla. Acompañado de una traca que suena excelentemente bien con André Gomes, Rodrigo y Otamendi entre otros. Un castillo de luces digno del 18 de marzo fallero. La llama valencianista refulge y buscará seguir haciéndolo en tierras gallegas.

En La Coruña se ha instaurado todo lo contrario en este inicio. En Riazor solo hay nubarrones y tormenta. La dinamita deportivista está mojada y después de siete jornadas empiezan a ahogarse en la tabla. El Deportivo es colista con cuatro puntos y otros tantos goles a favor. Un balance paupérrimo en busca de la consolidación en la máxima categoría. Los blanquiazules tratarán de mojar la llama che y meterse los tres puntos en el bolsillo. Si no podría haber alerta naranja por inminente ciclón.

Con el “Nunismo Ilustrado” por montera

Nuno Espírito Santo es ídolo en Mestalla. Todo el mundo lo cree y apuesta por él. Jugadores, afición y directiva. El técnico luso está creando una religión en Valencia. Y los mandamientos de la misma son sencillos. Convertir las palabras en acciones, carácter y equilibrio. Ese triángulo mágico no solo le ha servido para ser “Mejor Entrenador de Septiembre”, sino para tocar la flauta y despertar al “Gigante”. El Valencia, al menos tras siete jornadas, sigue codeándose con la élite del fútbol español. Después de un largo erial societario, económico y deportivo.

El equilibro es la clave de todo en el equipo de Nuno. Todos atacan y todos defienden. Paco Alcácer es el primer defensor valencianista. Piatti ayuda al lateral constantemente. Fuego da estabilidad al centro del campo. Parejo organiza al equipo. Y Otamendi se erige como el mariscal de la zaga valenciana. Sin embargo la armonía también en ataque. Los sentidos se estremecen de placer al escuchar la mágica sinfonía ofensiva. El Valencia domina aunque sin balón. Rápidas circulaciones de balón y una efectividad prodigiosa – los blanquinegros tienen la mejor eficiencia de gol de la liga – permiten doblegar al rival.

El partido frente al conjunto gallego puede convertirse en una trampa mortal. Los internacionales podrían notar el cansancio – hasta ocho jugadores viajaron con sus selecciones nacionales – ya que el preparador portugués no planea excesivos cambios en el once. Por lo tanto será imprescindible el fogonazo de adrenalina inicial característico de este equipo. El Valencia se ha adelantado en seis de los siete partidos y cinco acabaron con victoria valenciana. Sembrar dudas en el cuadro local de inicio con un gol o el partido podría enquistarse.

El equipo de las dudas infinitas

Los ánimos deportivistas están tocados pero no hundidos. El vestuario es consciente de la dificultad de la empresa, pero cree en sus posibilidades. El sentimiento del entorno y del equipo es de haber tocado fondo. El desastre de Nervión debe servir como punto de inflexión. Ahora todo debe ir en línea ascendente para disipar los nubarrones. Una tendencia contraria dejaría un ambiente sórdido e irrespirable. Y todo ello con treinta partidos por disputarse.

El Deportivo ha tenido dos semanas para preparar el partido. Saben que tienen que creer y crecer en la empresa. Asimismo Riazor estará lleno. No por la rivalidad venida a menos con el Valencia, sino porque los de Víctor Fernández necesitan el calor del público. Quizá de esa manera comience a secarse la pólvora ofensiva.

El técnico español ya avisó de que habrá una revolución en el equipo. De esta manera buscará asegurar la retaguardia frente al segundo del campeonato y salvar las numerosas bajas con las que se encontrará. El Dépor es el equipo que más remates concede. Y eso ante un rival como el Valencia puede pagarse caro. El deportivismo necesita vencer cueste lo que cueste. Al menos para calmar los nervios que empiezan a aflorar.

Bajas deportivistas, continuismo blanquinegro

A los gallegos les ha mirado un tuerto. Pese a la presumible revolución del técnico blanquiazul, la dicha se ha encargado de dejar en el dique seco a varias piezas importantes de la plantilla.En el peor momento. Otro quebradero de cabeza para Víctor Fernández. Hélder Postiga, Salomão, Canella y Juan Domínguez serán baja por lesión. La sorpresas no se han hecho esperar y el preparador del equipo gallego dejó fuera a Lopo y Manuel Pablo. La convocatoria la forman: Lux, Fabricio, Álex Bergantiños, Insua, José Rodríguez, Lucas, Medunjanin, Juanfran, Sidnei, Cuenca, Laure, Luisinho, Toché, Cavaleiro, Wilk, Diakité, Fariña y Juan Carlos.g

Por parte del Valencia, Nuno no tocará nada. Simplemente por causa mayor. André Gomes quedó fuera de la citación por molestias. Junto a él Orbán, Negredo y João Pereira no viajaron. Por lo tanto no parece que el técnico visitante haga rotaciones a pesar de los compromisos internacionales de varios jugadores y de la acumulación de minutos en liga. La única dura estará en saber quién suplirá a André. Su compatriota Filipe Augusto parte como favorito. La convocatoria la forman 19 jugadores: Alves, Yoel, Cancelo, Barragán, Vezo, Otamendi, Mustafi, Gayà, Parejo, Fuego, Filipe Augusto, Zuculini, Gil, De Paul, Feghouli, Piatti, Robert, Rodrigo y Alcácer.

Posibles alineaciones