Un partido vital para el Valencia después de dos derrotas consecutivas en el derbi valenciano y ante el Barça, con crueldad. Asimismo, el Granada después del contundente 5-1 que le endosó el Sevilla siete días atrás les tenía casi en la obligación de cambiar la cara ofrecida en Nervión. Así, con un muy buen ambiente en el feudo nazarí, ambos equipos trataron de ser protagonistas del encuentro con la intensidad como nota predominante en los primeros compases. Gayá lo evidenció con una tarjeta amarilla en los primeros minutos del encuentro.

Al filo del minuto 20 serían los ché quienes protagonizaron varias posesiones largas en las que la buena circulación de balón les permitió encontrar a un Roberto que vivió bastante plácida la primera parte. O, al menos, hasta el minuto 30 cuando Negredo en acción individual se quedó prácticamente solo. Murillo llegó bien y desequilibró al vallecano. Por su parte, los de Caparrós conseguían acercarse al área de Diego Alves sin acierto sobre la meta del cancerbero.

Nervios, presión, agresividad y físico. Factores que supeditaron al espectáculo a un plano distante durante la primera parte. Este hecho fue la nota predominante de un duelo que tras el descanso continuó por los mismos derroteros. Con posesión ché, sin demasiado dominio del encuentro, y llegadas efímeras a las áreas. La magia en la zona de finalización era, cuanto menos, inexistente. Así, Foulquier tuvo a la hora de partido la mejor ocasión hasta el momento con un disparo de volea desde dentro del área que se marchó muy alto.

Así, con el guion del primer periodo, el duelo se mantuvo bajo unos derroteros de excesivo control. Con Isaac y De Paul, los técnicos de ambos conjuntos trataron de variar esto y llamaban a la locura que debiera cambiar el rumbo del encuentro. Magia, lo que necesitaba el encuentro y sacó a relucir un André Gomes que comienza a convertirse en el capitán de la ilusión ché. Filtró un pase perfecto al desmarque excelso de Negredo. Así, el ariete valencianista cruzó el disparo topándose con el palo y con el infortunio que le niega el gol.

Gol anulado al Granada (Imagen: marca.com)

Isaac y Negredo pusieron salsa demasiado tarde

Se abrió la veda de las oportunidades en el área opuesta. Tanto es así, que el balón esta vez acarició la red y no el palo tras una gran pared en el área entre El-Arabi e Isaac. El marroquí hizo un gol que el linier consideró como ilegal por fuera de juego pese a que todo indicaba a que no se daba dicha posición antirreglamentaria.

Pasaba el tiempo y se le acababan las oportunidades al Valencia de continuar en la senda de la Champions. Nuno dio entrada a Alcácer por un Rodrigo que volvió a evidenciar su baja forma. Pero fue Negredo, quien ya había avisado minutos antes, el que se encontró con el gol. Se estrenaba como ché goleador y lo hacía después de una buena presión suya. De Paul le dejó al delantero en la frontal un pase que controló perfecto y a bote pronto encontró la escuadra con contundencia.

Alcácer, que tan solo llevaba dos minutos sobre el campo vio como era expulsado por una agresión sobre Juan Carlos. Una acción que se produjo con un Granada volcado a la heroica en busca de un gol que impartiese justicia. Equidad, durante el duelo, que plasmó Isaac en los últimos compases. El imberbe atacante francés aprovechó un balón suelto en el área tras un centro de Piti que remató El-Arabi y no pudo atrapar Diego Alves. Se deshinibieron ambos conjuntos tras los goles para acabar el encuentro en un empate que no valía a ninguno pero que tampoco se esforzaron demasiado por que pasase.

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