El primero de los dos duelos consecutivos que enfrentaban a Valencia y Rayo en Mestalla, en esta ocasión pro el campeonato liguero, tenía la casi obligación para los ché de conseguir la victoria. Después de varias jornadas sin puntuar, y lo que es peor aun, suscitando dudas. Con prontitud el cuadro de Nuno impuso su ley gracias al tanto que anotó Feghouli. Sin Parejo ni Rodrigo, Piatti y De Paul eran los encargados de darle vértigo a los tres cuartos de campo valencianistas.

André Gomes recibió amarilla rápidamente y esta le dejaba sin estar disponible para el técnico la siguiente jornada. Con un buen inicio vallecano, Gayá avisó por la izquierda. Por la derecha no hubo aviso, sino que Barragán se alió con la testa de Feghouli para posteriormente el cuero encontrar la red.

Dos minutos de locura ché mataron el partido

Seguidamente, el Rayo se encontraba con el partido, conseguía plasmar su idea futbolística sobre el terreno de juego y comenzaba a dar síntomas de peligro claros sobre la portería de Diego Alves. Este, fue quien dio falsas esperanzas al cuadro madrileño. En un recorte un tanto temeroso dejaba la posibilidad de que los visitantes igualaran la contienda, pero se rehízo rápido para dejar de lado su fallo anterior.

Cuando mejor parecía estar el Rayo llegaron dos golpes mortales por parte del cuadro de la capital del Turia. En primer lugar, un saque de esquina desde la izquierda botado por Piatti fue rematado por Negredo obligando a Cristian a despejar pero con contundencia ínfima. Es por ello, que un Feghouli enchufado, logró con la izquierda empujar a gol y ampliar la renta. Casi sin tiempo para respirar, Piatti recuperó en campo propio y con una demostración de velocidad facilitada por la falta de agresividad de la zaga rayista se citó con el arquero. Ambos, argentinos, se midieron con victoria final para el de Córdoba. 3-0 para un Valencia que había llegado menos, pero que demostraba así su potencial en la zona de finalización.

Segunda parte en una zona de cómfort

Con ganas de revertir el marcador salieron los de Jémez. En una doble oportunidad que partió de un disparo lejano de Baptistao, Alves despejó al medio y Aquino pese a disparar bien se encontró con un felino cancerbero brasileño. Desbaratados los primeros dos tiros entre los tres palos. Diez minutos después, la actividad de Piatti volvió a generar una ocasión. En este caso fue De Paul quien buscó un ángulo de disparo y al final lo encontró pero se topó con la red por el lateral.

El técnico visitante no quería que los suyos hincaran la rodilla sobre el césped de Mestalla y así los plasmó dando entrada a Manucho por Amaya. Un cambio de estricta ofensividad. Poco después, André Gomes fue avisado por una entrada y no tardó en recibir la segunda tarjeta que le obligó a buscar el vestuario. A falta de veinte minutos, el Rayo se veía contra diez pero con una machada ante sí. Rodrigo, que se disponía a salir vio como finalmente era Filipe el que entraba en el terreno de juego dado que Nuno debía recomponer el centro del campo.

El Rayo, voluntarioso pero sin contundencia

Se fue atrancando el juego con varias amarillas y protestas. Todo en contra de un Valencia bastante nervioso para la renta del marcador. Kakuta, con una falta desde la frontal, superó la barrera pero no pudo batir a Diego Alves. Rodrigo salió para dar sosiego a Feghouli y pocos minutos después con un contraataque casi perfecto tuvo la oportunidad de su gol. Casi porque el ‘17’ se encontró con el pie del rosarino Cristian Álvarez. La jugada continuó hasta que Piatti, en una eléctrica chilena, rozó el palo largo y se lesionó muscularmente.

El encuentro transitó en los últimos minutos en un juego de oportunidades, como la que tuvo un imberbe Clavería en una cancha como la de Mestalla. Pocas oportunidades, menor rigor táctico y disminución de pulsaciones que dejaban el 3-0 que dibujaba el marcador en el primer periodo como final. Se reencontraba el Valencia consigo mismo después de caer en el Ciutat, ante el Barça y de los empates frente a Athletic y Granada. Generoso esfuerzo rayista sin acierto, precisamente esto último como nota discordante de dos conjuntos que se citan en tres días para el duelo copero.

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