La temporada ha llegado a su ecuador. Una temporada que empezó con el retorno de la ilusión a la avenida de Suecia. Tras 23 partidos, 19 de Liga y cuatro de Copa, es el momento de la pausa y la reflexión. La hora de hacer balance y renovar las esperanzas, pues motivos hay de sobra y los números lo refrendan.

Decepción copera aparte, la primera mitad de la temporada puede calificarse de éxito para el club de Mestalla. A pesar de terminar la primera vuelta fuera de los puestos que dan acceso a la Champions League, verdadero objetivo deportivo, social y hasta económico del club, los precedentes y las sensaciones invitan al optimismo. Moderado, maduro, humilde... pero optimismo.

Y es que el Valencia cierra la primera vuelta con 38 puntos, tercera mejor primera vuelta histórica tras la de 2003/04 (año del histórico doblete) con 43 puntos y la de 2009/10 (temporada que concluyó en la tercera posición) con 39. Las cifras goleadoras también son esperanzadoras: los 35 goles a favor sólo se ven superados por los 36 de la 03/04 y los 38 de la 08/09.

El Valencia cierra la primera vuelta con 38 puntos, la tercera mejor tras la de 2003/04 y la de 2009/10

Sumando a los números el hecho de que la segunda vuelta debería ser mejor para un Valencia que no disputará más competición que la liguera, una vez eliminado de la Copa de Rey y no habiéndose clasificado la temporada pasada para disputar competición europea este año. Todos sus teóricos rivales para la cuarta plaza sigus en, al menos, dos competiciones, mientras que el Valencia siempre dispondrá de semanas completas para preparar sus compromisos en el torneo de la regularidad.

Así pues, si el Valencia amarra la mayoría de sus puntos como local y rasca un puñado de ellos lejos de Mestalla será fácil alcanzar los 65 puntos que dejarían al equipo en condiciones de pelear por el objetivo.

No obstante, el equipo de Nuno Espirito Santo deberá mejorar las prestaciones mostradas en los últimos partidos cuando, tras tocar techo con la victoria ante el Real Madrid, una mezcla de relajación, despiste y atasco en la creación ha propiciado la eliminación en el torneo del K.O., un empate in extremis ante un Celta en crisis y una victoria muy sufrida ante el Almería. Sobre todo, lo que el juego del Valencia ha dejado estas últimas semanas ha sido la vuelta de las dudas.

El próximo domingo en casa frente a un rival directo, el Sevilla de Unai Emery, es la oportunidad perfecta para dar un golpe encima de la mesa, disipar cualquier sombra de duda, recuperar el optimismo y darle a la afición aquello que los números dicen: motivos para creer.