El próximo domingo en Mestalla se enfrentan los dos principales candidatos a romper la hegemonía de Barça, Madrid y Atlético y rivales directos por una plaza en la próxima edición de la Champions League.

El partido estará repleto de ingredientes que lo convertirán en uno de los más atractivos de la próxima jornada: la rivalidad surgida a raíz de los últimos enfrentamientos, la última eliminación en la Europa League que desoló al valencianismo y permitió al sevillismo disputar una final europea que a la postre le coronaría como campeón, Unai Emery regresando a Mestalla junto a Banega, Negredo enfrentándose al equipo que le llevó a la fama...

Sin embargo, el lugar donde la batalla será más ardua y decisiva no será el corazón y la memoria de los aficionados. Allá donde se cocinará la victoria de unos y la derrota de otros será el centro del campo. Aquel equipo que logre imponer su ley en la línea medular tendrá mucho ganado en el encuentro entre el cuarto y quinto clasificado de la Liga española.

Nuno y Emery dispondrán sus piezas en el centro del campo y los jugadores pugnarán cada balón dividido, cada centímetro ganado será un paso hacia la victoria, cada jugada clave para el devenir del encuentro.

Por parte valencianista Javi Fuego o Enzo Pérez harán el papel menos vistoso. Serán los encargados del trabajo sucio, de oxigenar al equipo y reducir las opciones rivales cortando la conexión entre el doble pivote y la mediapunta. Parejo llevará el timón. El capitán valencianista está de dulce. Se ofrece, distribuye con criterio, asiste, llega a posiciones de disparo e incluso golea (cinco goles en Liga así lo demuestran). Conexión con la delantera, último pase, conducción pegada a la bota y slaloms imposibles llevarán la firma de André Gomes, una de las sensaciones del campeonato. El portugués despliega su juego como un pavo real abre las alas. Y las sensaciones que causa son parecidas. Asombra a aquel que no le conoce y maravilla al espectador neutral.

Enfrente, Emery plantará un rocoso doble pivote que está funcionando a las mil maravillas esta temporada: Iborra - Krychowiak. Músculo, fuerza, energía, tesón, esfuerzo y pelea son los atributos de esta pareja de centrocampistas. El valenciano está en uno de los mejores momentos de su carrera y el polaco es el mejor compañero de armas para su juego. Por delante, probablemente será el exvalencianista Éver Banega, quien tratará de desplegar sus armas ante sus antiguos compañeros.

Las miradas, pues, se dirigirán al centro del campo en un intento por dilucidar quién surgirá vencedor en el fragor de la batalla, allí donde se construye el juego, se crean y se destruyen las jugadas y las ilusiones y se forjan las esperanzas. 'Es tan jodido ser el centro de atención, una afición que exige, pero me encanta jugar con presión' como Tony el sucio, los centrocampistas pasarán de habituales actores secundarios a centro de los focos.

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Pau Corachán
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