Los planes de Soriano y Dalport  no han surtido efecto, el consejo de administración que actualmente gobierna el club ché ha decidido continuar como si no pasara nada, hasta que Dalport haga acto de presencia y empiece a demostrar algo del fantasioso y presuntuoso discurso disertado el pasado lunes por su representante, Vicente Soriano.

La decisión de seguir adelante conlleva inexorablemente que la empresa -norteamericana, inglesa, uruguaya, española ó valenciana- que tiene en su poder el 50,4 por cien del total accionarial de la entidad valencianista -documentación que ya habría llegado a las oficinas del club- se enfrente a una disyuntiva:

- Comprar en esta primera ronda, mediante su derecho preferencial, para seguir manteniendo su cuota de poder mayoritario -depositando 46 millones de euros-.

· Declinar dicha oportunidad y arriesgarse a que en la segunda fase llegue una empresa ó grupo inversor -o millonario- que decida comprar el remanente de la primera, salga adelante la ampliación y se convierta en nuevo accionista mayoritario del Valencia CF SAD.

La segunda hipótesis sería posible porque fuentes cercanas al club confirman que están dispuestos a retardar -el máximo tiempo que se les permita legalmente- la celebración de la solicitada Junta Extraordinaria, plazo estimado para el próximo 6 de septiembre, donde Soriano y Dalport tomarían oficialmente las riendas del Valencia, si no se ha cumplido la circunstancia anterior.

El desplante de Soriano el pasado lunes y mensaje de decepción que transmitió Jaume Part, presidente de la Agrupación de Peñas Valencianistas, ha trascendido a la afición valencianista, generando un debate en la calle de si todo este entramado es una farsa o si realmente es la salvación que todo ché soñaba.

La batalla BANCAJA - DALPORT ya se ha iniciado en terreno valenciano.