El Valencia saltaba al terreno de juego dispuesto a dominar, a tener el balón, a someter al rival con la posesión, con personalidad y decisión y con Enzo Pérez escorado a la izquierda y Parejo cayendo a derecha como encargados de distribuir el juego. Sin embargo, la primera ocasión del partido sería, en el minuto 4, para los visitantes. Mustafi se relajó al intentar controlar un envío txuri urdin y el balón se lo llevó Agirretxe, cuya incursión en el área pequeña la frenó un expeditivo Diego Alves.

La réplica por parte ché llegó en la siguiente jugada. Una bonita combinación entre Parejo y Negredo terminó con un flojo disparo con la diestra de José Luis Gayà. A partir de ese momento, los de Nuno Espírito Santo comenzaron a sentirse más cómodos con el balón. En el 9, Feghouli cambió la orientación del juego hacia el desmarque de Pablo Piatti. Cuando el argentino se escapaba hacia la portería, el colegiado señaló falta en el forcejeo.

En el minuto 13, Parejo abrió para Feghouli tras una recuperación en el centro del campo. El disparo raso del argelino se marchó demasiado cruzado. Una buena circulación del Valencia en el 17 culminó con un centro de Gayà tras apertura de tacón de Parejo. La defensa logró despejar a córner. En el rechace del saque de esquina, Mustafi disparó y el cuero salió por encima del larguero.

El Valencia lo intenta por las bandas...

Entonces llegaron unos minutos de impasse, sólo rotos a partir del minuto 26 cuando tras una combinación entre Feghouli y Barragán, el centro del lateral lo remataba Piatti y golpeaba en el brazo de Canales. Mestalla pidió penalti, pero el árbitro entendiendo involuntariedad no indicó nada. En el posterior córner, Mustafi remató solo y Rulli se lució para sacar una mano milagrosa para los suyos. Un nuevo saque de esquina propiciaba una nueva oportunidad para los blanquinegros: Mustafi remató alto cuando ya se cantaba el gol, pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego.

El peligro para la portería donostiarra llegaba por ambas bandas, con Barragán, Feghouli, Gayà y Piatti muy activos e incisivos. Los centros al área se sucedían, pero todos los envíos se encontraban con un muro que los devolvía y alejaba el peligro. Una ocasión de Xabi Prieto que despejaba Alves servía para recordar a unos y otros que la Real Sociedad también estaba en el partido y podía atacar.

En el 38, Álvaro Negredo se adelantó a la defensa para, con un gesto técnico exquisito, abrir de primeras hacia la posición de Piatti. Su avance fulminante fue frenado en falta por un Aritz, que se veía superado en todo momento por el argentino y fue amonestado.

Una jugada trenzada por Parejo y Feghouli en el 43 terminó con un nuevo centro al área de Barragán. El resultado fue inevitablemte el mismo: la defensa lo despejó. Al filo del descanso llegó la peor noticia para el Valencia. Otamendi se rompió y tuvo que ser sustituido por Orban en la reanudación.

...y lo consigue al primer palo

La segunda parte comenzó con el equipo local nuevamente buscando crear peligro por bandas. Gayà centró en el 47 al segundo palo y el remate de Soso lo rechazó a córner Yuri. En el minuto 52 y en el 56 el Valencia encontró doble premio a la insistencia y lo hizo gracias a los desmarques para buscar el primer palo de Pablo Piatti. El argentino remató a gol primero un centro de Parejo y luego uno de Feghouli, quien cabalgó la banda derecha tras una larguísima posesión valencianista.

Los de David Moyes trataron entonces de reaccionar, aunque tímidamente. Un disparo tras conducción de Granero que salió desviado y un balón que se paseó inquietantemente por el área ché fueron el mayor peligro que trajeron los txuri urdines en esta fase del partido. Fue el Valencia en el 68 quien dispuso de una nueva oportunidad cuando Rodrigo picó un balón a la espalda de los centrales y Negredo remató de espectacular volea estrellando el esférico en el lateral de la red.

Entonces, Parejo sacó el metrónomo y comenzó a contemporizar el juego. El Valencia tocaba a placer, como una orquesta dirigida por el maestro de Coslada. Enzo Pérez, más acertado que otros días, y Javi Fuego ejercían de perfectos escuderos en la medular. En el minuto 75, en una jugada preciosa, combinaron Negredo, Gayà y Piatti por la izquierda y Rodrigo terminó rematando, pero su disparo se marchó fuera por escasos centímetros.

La ovación más merecida

En el 80, Nuno decidía que era la hora de que Mestalla se pusiera en pie para reconocer el excelso trabajo de Pablo Daniel Piatti. Se preparaba De Paul, la afición respondió con una sonora ovación y Piatti se retiró entre vítores. El conjunto blanquinegro dormía el partido, que avanzaba inevitablemente hacia el fin del mismo. A su vez, la ilusión se desbordaba en las gradas de un Mestalla en el que se volvió a oír: "Esta es la afición de un Valencia campeón". La ciudad del Turia sonríe orgullosa y vuelve a soñar con hacer cosas grandes. El gigante va despertando y un murciélago sobrevuela Valencia haciendo temible al equipo de Nuno Espírito Santo.