El Valencia de Nuno tendrá que mejorar mucho si quiere competir la próxima temporada en la máxima competición continental. Al menos esa fue la sensación que dejó en el patido de pretemporada ante el Bayern de Munich en el Nido de Pájaro de Pekín. El conjunto ché terminó siendo sometido ante el empuje y el tesón del equipo bávaro y dejó una segunda mitad en la que no logró en ningún momento sostener una balanza que cada vez se decantaba más y más en favor de los Muller, Lahm y compañía.

De inicio Nuno formó con un once plagado de novedades respecto al del curso pasado. Apenas Barragán, Gayá, Javi Fuego, Enzo Pérez, Parejo y Rodrigo fueron futbolistas de la rotación habitual del técnico luso el pasado curso. Esto no hizo que el Valencia entrara mal al partido. Fue durante los primeros minutos un duelo clásico de pretemporada con ambos equipos midiendo sus fuerzas y sin tratar de forzar la maquinaria para evitar problemas físicos.

En tres minutos el Valencia estaba sin Gayá y por detrás en el marcador.

Curiosidades del destino, Gayá sufrió un golpe en el minuto trece y la historia se empezó a torcer. Con el lateral valencianista en al banda, el Bayern aprovechó esos minutos para herir por aquel costado y lo hizo con un gol de Müller tras una combinación entre Thiago y Lahm. El partido estaba cambiando a favor del conjunto alemán y Nuno necesitaba una reacción.

Piatti entró por Gayá pero no supuso un cambio de estilo. Cogió el alteral y Enzo Pérez seguía haciendo de tercer central en fase defensiva. Sin llegar a reaccionar en lo futbolístico, Rodrigo cazó un balón en el área en el minuto 27 puesto por De Paul y puso el empate. El Valencia se daba la oportunidad de seguir en el partido.

Los minutos posteriores al empate fueron los mejores del Valencia. Las ayudas en el centro del campo eran eficaces y las transiciones eran más rápidas. Piatti y De Paul conectaban en la izquierda y no había sensaciones de peligro, pero esto es fútbol. De nuevo Lahm, cogió una pelota en una posición otrora inhabitual para él y filtró un pase al centro del área para Müller, que sin oposición y al borde del descanso, volvía a asestar otro duro mazazo al equipo de Nuno. Gol psicológico de difícil digestión.

Tras la reanudación el Valencia tenía aún la herida abierta. Nuno dio entrada a Feghouli, Mustafi y Negredo pero la historia estaba más que decantada. El balón corría por el Bayern y el centro del campo ché perseguía sombras. Apenas nueve minutos pasaron desde que comenzó la segunda mitad y Thiago puso el tercero tras una jugada de extremo clásico de Douglas Costa, que sin duda es una de las mejores noticias de Guardiola en esta pretemporada.

En el segundo tiempo el Bayern sometió al Valencia desde la posesión, la seña de identidad de Pep Guardiola.

Para entonces el Valencia ya se había cansado de remar contracorriente y el Bayern jugaba a placer. Pep no dudó en introducir a sus jóvenes valores para que gustasen del sometimiento que estaban ejerciendo y se guardó para esos minutos a un Lewandowski siempre ávido de gol. Al delantero polaco le bastaron apenas doce minutos para hacer el gol de la noche en el Nido de Pájaro, un estadio acostumbrado a gestas que ya no esperaba una heroicidad del Valencia. El partido, tras el tanto de Lewandowski, estaba cerrado.

Los veinte minutos restantes fueron los 'minutos de la basura'. Fue el momento de que entraran los 'rookies' y pudieramos ver a hombres como Jaume Doménech, Ayala o Akapo. Ellos fueron los que seguramente se llevaron un buen recuerdo del partido. Allí donde Usain Bolt batió el récord entre los récords, el Valencia dejó sensaciones de que aún hay un largo camino  por recorrer.