El balón de las estrellas volvía dos años después a Mestalla tras aquel partido ante el Paris Saint-Germain, último equipo en visitar el templo valencianista en la máxima competición europea. Ahora, otro equipo de la Ligue 1, el AS Mónaco en esta ocasión, sería el encargado de batirse en duelo contra un Valencia CF que tenía todas las esperanzas puestas en esta previa. El día soñado para los chés por fin había llegado. Equipo y afición, subidos en un mismo barco, estaban dispuestos a remar al son del toque del balón para llegar a puerto con los deberes hechos. La grada de Mestalla, llena hasta la bandera, y los cánticos de los aficionados presentes, eran una muestra de lo que se iba a vivir en la ciudad del Turia esta noche de verano. Y en este ambiente, al que se le sumó la melodía de la esperada Champions League, el esférico de las estrellas echó a rodar. Y el sueño empezó

El equipo fue en volandas desde el pitido inicial, y si algo faltaba en los primeros compases era únicamente el gol valencianista. Y ahí apareció Rodrigo Moreno, que se encargó de que este no tardara en llegar. Un centro medido de De Paul al segundo palo, seguido de la asistencia con el corazón de Feghouli, terminaba con el gol del hispanobrasileño. El inicio del partido era el deseado para los de Nuno, que daban un golpe sobre la mesa para trasladar la presión al conjunto monegasco. Los nervios de un partido como el de la fecha eran tal vez los culpables de que ninguno de los dos conjuntos se hiciera con el dominio de la posesión. Una constante de idas y venidas, sin ocasiones claras en ninguna de las dos áreas, protagonizaban los primeros minutos.

Unos primeros instantes de partido en los que los locales se mostraban muy ordenados. Ryan, seguro bajo los palos, tenía la garantía de una defensa liderada por Mustafi, que se convirtió rápidamente en un dolor de cabeza para el ataque visitante, cortando todas sus incursiones en busca del gol. En el centro, De Paul manejaba el balón en busca de la velocidad de los extremos, mientras que Alcácer intentaba colarse entre los rivales sin éxito. Los del principado comenzaban a apretar y asustaban a los blanquinegros con un lanzamiento que la madera impidió que se convirtiera en gol tras una buena intervención de Ryan. A su vez, se apoderaron del balón y empezaron a dominar un encuentro que llegaba a la fin de su primera mitad. De nuevo eran los visitantes los que creaban peligro, y sólo la indicación del asistente señalando un fuera de juego por milímetros de Martial evitó que el empate subiese al marcador de Mestalla. 

La segunda mitad comenzaba de manera completamente distinta. El conjunto valencianista salió dormido en su sueño por la Champions y los visitantes lo aprovecharon con una jugada rápida por la banda izquierda que Pasalic culminó con un gol que cambiaba el guion del partido. Tocaba apretar y volver a adelantarse en el marcador, desfavorable para los de Nuno. Y así fue. Piatti, recién entrado en el terreno de juego, asistía al capitán Dani Parejo, que enviaba el balón al fondo de las mallas para dar ventaja a los suyos de nuevo.

Inyección de moral para los valencianistas, que salieron apagados tras el descanso. Nuevamente equipo y afición se vinieron arriba y buscaron insistentemente la portería rival. No obstante, los visitantes no bajaron los brazos y, a base de contraataques rápidos, propiciados por los numerosos fallos de los chés en el centro del campo, trataron de volver a poner las tablas en el luminoso. De nuevo se sucedían las oportunidades para ambos equipos en las dos áreas, pero ninguno de ellos lograba crear verdadero peligro. Hasta que llegó Feghouli. El argelino batió al portero monegasco con un disparo potente al golpear de primeras un balón que bajaba del cielo de Mestalla. Gol que daba más vida a los de Nuno, a la vez que se la quitaba a los del principado

Los valencianistas supieron recoger esa fuerza de su incansable afición, que desde el primer minuto del encuentro alzó su voz para conducir a su equipo hacia una gran victoria que les acerca un poco más a la tan esperada Champions. No obstante, el trabajo no ha acabado, y el partido en el Louis II dictará sentencia entre estos dos equipos, uno de los cuales se ha situado esta noche un paso por delante del otro.                

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