Cuesta imaginar a día de hoy a Javi Fuego con otra camiseta que no sea la del Valencia. Bajo el escudo ché se ha convertido en un jugador cada día más importante. Solidario en la recuperación y manejando cada vez mejor la pelota, su labor en el equipo de Nuno se antoja indispensable para el equipo. No existe un centro del campo en Mestalla sin él, su esfuerzo es símbolo de un equipo que le año pasado tuvo la entrega y el coraje como banderas. 

Javi Fuego es seña de identidad del Valencia, pero hubo un tiempo en el que lo fue de otros equipos. Este fin de semana le toca visitar uno de esos lugares en los que dejó mejor recuerdo. Llegó al Rayo Vallecano en verano de 2010 con el equipo instalado en Segunda División y unos problemas económicos que amenazaban no solo el porvenir deportivo del club, sino también el de la entidad. Era un momento malo, pero entre la plantilla, con Sandoval a la cabeza, y la afición, entregada desde el principio a los jugadores, lograron la machada. Del infierno al cielo de Primera.

La afición de Vallecas no olvida a los héroes que hicieron posible tamaña gesta. Tampoco los jugadores son ajenos a uno de los capítulos más brillantes de su carrera. Es practicamente una frase hecha en el fútbol, pero es una realidad: "Un ascenso para un equipo humilde equivale a ganar una Champions para uno poderoso", ese día el Rayo se coronó y buena parte de los éxitos de Jémez y del porvenir del actual equipo tienen su origen en el sudor fraguado con futbolistas que no cobraban y creyeron en lo imposible.

Hoy en día, Javi Fuego escucha la música de la Champions en Mestalla y disfruta de uno de los mejores momentos de su carrera. La directiva del Valencia sabe de su importancia y decidió renovarle hace unos meses. Parece que separa un abismo la imagen del actual jugador del Valencia y la del futbolista que no cobraba, pero la base es la misma: el trabajo. Hoy en el equipo de Nuno los 'jugones' se acumulan en la zona de tres cuartos de campo, pero solo pueden brillar si Javi Fuego ejerce de bombero. En Vallecas ocupó el mismo rol e hizo clase de su tranquilidad con la pelota.

Tras conseguir la madre de todos los ascensos a nivel colectivo y personal, Javi Fuego regresa a la que fue y será su casa. Allí donde volvió a jugar por amor al arte.