El Valencia se la jugaba en casa ante el Granada. Tras 5 jornadas en las que tan sólo ha conseguido una victoria y dos goles a favor, el conjunto de Nuno Espirito Santo recibía al Granada de José Ramón Sandoval con el agua al cuello y Mestalla con los nervios a flor de piel.

Nuno sacó al campo toda la pólvora disponible, con un 4-4-2 que prometía garra y dominio, mientras que el Granada tuvo que salir con el once de gala disponible, ya que no contaba ni con Salva Ruíz ni con Robert, dos titulares indiscutibles que no pudo alinear por la cláusula del miedo que puso el Valencia en el contrato de cesión.

Mordió el murciélago

El Valencia saltó al campo con una idea clara: ganar. Eso es lo que intentó durante los primeros 45 minutos, donde volvió a ser ese equipo que engancha a la afición, que domina, que crea peligro, que busca el gol y que, por fin, lo encuentra. El conjunto dirigido por Nuno anuló casi por completo al Granada que tan sólo pudo crear peligro a balón parado y en alguna contra esporádica. Los locales buscaron un premio que tardó 25 minutos en llegar, cuando Mustafi aprovechó un balón aéreo en el área para cabecear a gol y abrir la lata levantando a la afición.

Bakkali fue el más destacado del Valencia en la primera mitad del encuentro. Jugó sin miedo, con descaro, tiró regates, desmarques... le faltó el gol para poner la guinda a una primera parte de escándalo.

El Granada se mostró fiel a su estilo, intentó dominar en los primeros minutos, pero no lo consiguió, por lo que se vio obligado a dejar la posesión al Valencia e intentar frustrar las oleadas de ataque del Valencia.

Árbitro: la hora

A la salida de vestuarios continuó la línea de la primera mitad. El Valencia salió a morder y tan sólo necesitó un minuto para tener la primera ocasión de peligro con un cabezazo de Paco Alcácer que se marchó alto.

El partido se abrió poco después de empezar el segundo tiempo. El Granada buscaba la igualada y el Valencia ampliar la ventaja, que cerca estuvo, pero el tanto de Paco Alcácer fue anulado por un claro fuera de juego. Los visitantes lo intentaron, sobre todo, a balón parado, con la pelota en los pies les costaba mucho crear ocasiones de peligro, mientras que el Valencia lo intentaba tanto a balón parado como en jugada, buscando siempre centros al área para que Negredo o Alcácer buscasen el remate, aunque la zaga nazarí se mostraba muy segura.

Fue el Valencia quien más claras tuvo las ocasiones aunque en la segunda mitad el Granada también pudo hacer el gol que diese la igualada y cerca estuvo de hacerlo ya que en la recta final del partido achuchó y atosigó a un Valencia que se quedó sin ideas y al que los cambios restaron mucho en ataque. Los de Nuno notaron mucho la ausencia de Bakkali ya que Piatti no aportó al juego las internadas que el belga propinó por el carril zurdo. El Valencia mostró dos caras, la buena, con el belga sobre el verde, y la mala, tras la sustitución de éste.

Como anécdota de la seguda mitad, destaca la pitada que Mestalla propinó a Rodrigo Moreno cuando en el minuto 87 entró en sustitución de Negredo, además de la que el coliseo valencianista hizo sonar al final del partido por el mal juego mostrado por sus jugadores en la parte final del partido. Nuno también recibió una pitada al encarar el túnel de vestuarios.

Mestalla no falla

La afición del Valencia volvió a demostrar que está con su equipo en las buenas y en las malas. Al salir los equipos, la grada de Mestalla coreó el "Valencia, Valencia" y desde el fondo en el que se ubica la ·Curva Nord· se pudo ver una pancarta en la que lucía el lema "En las buenas y en las malas contigo voy a estar". 

Jaume y Bakkali se reafirman como titulares

El guardameta valenciano y el extremo belga se convirtieron en dos de los  mejores jugadores del Valencia a lo largo del partido. Ambos recibieron una merecida y sonora ovación de Mestalla. El portero de Almenara al final de la primera parte tras salcar una mano providencial en una falta que se colaba por la escuadra y el extremo, al ser sustituido, tuvo el reconocimiento a su gran partido.