La Champions League se hace de nuevo un hueco en la apretada agenda valencianista de esta temporada. Tras la derrota en Mestalla ante el Zenit, que encabeza el grupo con los tres puntos conquistados en el mismo feudo blanquinegro, el tren de la máxima competición europea se detiene ahora en la ciudad francesa de Lyon para los de Nuno Espírito Santo. 

Sin duda alguna será un partido complicado para un Valencia CF que no termina de arrancar del todo en este inicio de temporada. Las dudas reflejadas sobre el terreno de juego en los encuentros disputados hasta ahora y ante rivales a priori de menor entidad tendrán que quedar solucionadas cuanto antes para enfrentarse, ahora sí, a un equipo de mayor peso que, además, tiene a la grada a su favor. Se tratará seguramente de la batalla más dura a la que el conjunto che tendrá que hacer frente si no quiere volver otra vez de vacío. Y ya no sólo en el casillero de puntos, también en el aspecto económico, porque no cabe olvidar que por cada victoria que se coseche en la fase de grupos de la Champions League el equipo recibe 1,5 millones de euros, cifra más que importante a tener en cuenta. 

Aunque la batalla entre el Valencia CF y el Olympique de Lyon no tiene muchos antecedentes, ya que únicamente se han enfrentado en dos ocasiones, no está de más señalar que el el equipo valencianista se llevó la victoria en estos dos encuentros. Fue en la temporada 2000/2001, también en la fase de grupos de Champions. El conjunto valenciano, entonces dirigido por Héctor Cuper, se imponía primero en Mestalla con un solitario gol de Zahovic en la recta final del encuentro.

El partido de vuelta, disputado en tierras francesas, terminó también con victoria che, aunque esta vez por 1-2. Juan Sánchez y Rubén Baraja fueron los artífices de estos dos tantos que dieron otros tres puntos a los blanquinegros. Al terminar la fase de grupos de ese mismo año, los dos equipos lograron meterse en la siguiente ronda de la máxima competición continental, y el Valencia CF lo hizo como líder del grupo y llegando a la final. Una final en la que las lágrimas de Cañizares fueron grabadas a fuego en el recuerdo de todos los aficionados valencianistas. 

Quince años después, estos dos equipos se verán otra vez las caras. Aunque con plantillas totalmente distintas, seguro que mantienen la ilusión intacta por hacerse un hueco en la Champions League