Este domingo a partir de las 16:00 horas, el Valencia visita San Mamés en la séptima jornada de la Liga BBVA, un encuentro en el que tiene un protagonista especial: Aritz Aduriz. El delantero del Athletic Club se mide a su exequipo en el coliseo rojiblanco con la intención de sumar tantos en su casillero particular.

Aduriz aterrizó en la capital del Turia el verano de 2010 procedente del Mallorca tras firmar un contrato que lo vinculaba con el club valenciano hasta 2013, pero el ariete de sangre rojiblanca volvería a su casa una temporada antes. El atacante llegaba a Mestalla con la difícil misión de hacer olvidar a David Villa en las gradas del feudo blanquinegro y pelear por un puesto con Roberto Soldado. Debutó en un encuentro liguero frente al Málaga y como no podía ser de otra forma selló su primera actuación con gol.

Con Soldado en estado de gracia, Aduriz se vio relegado al banquillo, pero todo el tiempo en el que defendió la elástica che demostró su profesionalidad. El tiempo que estaba sobre el verde lo aprovechaba con goles, 23 tantos fueron los que cosechó con el Valencia tras disputar 75 partidos oficiales y tuvo la oportunidad de disputar la máxima competición europea, la Champions League.

El colofón del ariete con la entidad valencianista llegó tras la conclusión de la campaña 2011/12. El deseo de Aduriz era regresar a su casa deportiva, al Athletic Club y el Valencia facilitó su vuelta a San Mamés a un futbolista ejemplar dentro y fuera de los terrenos de juego, por lo que su deseo fue concedido y el verano de 2012 volvía a ponerse la zamarra bilbaína para regalarle a la hinchada rojiblanca su mejor fútbol y, sobre todo, sus goles.

El Zorro se ha convertido en la estrella del Athletic. Desde que regresara a Bilbao con 31 años tras su estancia en Valencia sus registros han ido aumentando y es el ídolo de la afición. En la temporada 2015/16  ha marcado cuatro tantos en la Supercopa de España frente al Barcelona, tres en Liga y tres en Europa League, cifras de uno de los mejores delanteros del momento. Una auténtica amenaza para el equipo de Nuno Espirito Santo