La historia del Valencia está ligada a la importancia de jugadores que marcaron una época con la elástica blanquinegra. Este es el caso de Felman y Didier Deschamps. La labor de estos jugadores históricos habría sido imposible si no fuera por la gran dirección de aquellos míticos entrenadores que se dejaron la piel en el banquillo del Valencia, uno de ellos es Víctor Espárrago.

Darío Luis Felman Castro

El extremo proveniente del Boca Juniors fue el quinto extranjero fichado por el Valencia tras la reapertura de fronteras. El jugador argentino llegó a la entidad valencianista en 1977 bajo unas enormes expectativas que hacían presagiar que podía convertirse en una gran estrella para la afición blanquinegra. Sin embargo, su rendimiento en Mestalla no fue el esperado.

Felman era un jugador con mucho espíritu de sacrificio, un futbolista que trataba de dejarse la piel en cada partido que disputaba. El jugador argentino se ganaba sus apariciones sobre el césped gracias a su entrega en cada balón dividido. Sin embargo, su tendencia a agachar la cabeza durante su conducción del balón y su carencia a la hora de asistir a sus compañeros le relegaron al banquillo en una gran parte de los partidos.  Tras su sexta temporada en el Valencia, el equipo se encontraba inmerso en una crisis que provocó que Felman acabara apartado del equipo y regresara a Argentina en 1983.

Seis temporadas como blanquinegro que dejaron recuerdos únicos en los corazones blanquinegros, como el gol contra el Valladolid que permitió que el Valencia se clasificara para la final de copa de 1979. Además, su cabezazo contra el Nottingham en la ida de la Supercopa de Europa y un gran gol contra el Barcelona que supuso la clasificación del equipo en la Copa, son los mayores legados del argentino.

Didier Deschamps

El jugador francés supuso un salto de calidad en la plantilla valencianista. Deschamps llegó al Valencia en el verano del 2000, siendo un jugador de nivel mundial tras haberse convertido en campeón del Mundo y de Europa con la selección francesa. Su interminable palmarés se extendía a su actuación a nivel de clubes. Jugó en el Olympique de Marsella, en la Juventus y en el Chelsea, entre otros, consiguiendo dos veces la Champions League, una Supercopa de Europa, dos ligas francesas, tres italianas, una Copa de Inglaterra, una de Italia y una Copa Intercontinental.

Una trayectoria impecable que desembocó con el jugador francés en el Valencia. Llegó siendo un futbolista muy experimentado, con 32 años. Disputó un total de 22 partidos con la elástica blanquinegra y participó en la clasificación a la segunda final consecutiva de la Liga de Campeones, aquella que perdieron en penaltis contra el Bayern de Múnich.

Tras una temporada que pudo acabar de la mejor manera posible, Didier Deschamps decidió poner fin a una carrera llena de éxitos como futbolista y colgó las botas para trasladar su experiencia a los banquillos. Su gran palmarés se extendió a los equipos a los que dirigió, ganando la Copa de Francia con el Mónaco y llegando a la final de la Champions League. Su siguiente parada fue en Turín, donde dirigió a la Juventus. Allí vivió el escándalo por corrupción que les hizo descender y consiguió ganar la Serie B para ascender al equipo. Se marchó al Olympique de Marsella y se proclamó campeón de liga. Actualmente ocupa el banquillo de la selección francesa.

Víctor Rodolfo Espárrago Videla

Uno de los entrenadores recordados con más cariño por la afición valencianista. El técnico uruguayo llegó al Valencia en la temporada 1988/1989, en un momento en el que el club blanquinegro se encontraba inmerso en una crisis que le hizo terminar en el decimocuarto puesto en la clasificación. Víctor llegó dispuesto a trabajar y a recuperar el espíritu del equipo. Y lo consiguió. En su primera temporada consiguió situar al Valencia en la tercera plaza de la clasificación, devolviéndole a las competiciones europeas.

Había sembrado una semilla que les haría mejorar aún más la temporada siguiente. En la campaña 1989/90, el Valencia terminó la temporada como subcampeón de liga, por detrás del Real Madrid. Víctor Espárrago había conseguido devolver al conjunto blanquinegro al lugar que le pertenecía, haciendo gala de su intensidad. A base de garra y de lucha, los valencianistas volvieron a convertirse en uno de los mejores equipos de España.

Sin embargo, esta gran labor no pudo extenderse una temporada más. En la tercera temporada del técnico uruguayo, el Valencia acabó séptimo, sin la posibilidad de disputar las competiciones europeas. Este mal resultado provocó que Víctor abandonara el Valencia rumbo al Sevilla, equipo en el que había trabajado como futbolista.

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