Tal y como se esperaba, Mestalla se atavió para acoger un partido liguero que suponía una final para el Valencia CF. Cerca de 2.000 aficionados esperaron al autobús valencianista en su llegada al estadio para hacer saber a su equipo la importancia de este enfrentamiento. Los últimos días habían sido complicados en Paterna; la eliminación de Copa del Rey y la derrota frente al Betis colmaron la paciencia de la parroquía che, que comenzaba a mostrarse impaciente.

Con las bajas de Mustafi, por sanción, André Gomes y Javi Fuego; Gary Neville alineó a su mejor once. Un equipo titular marcado por los regresos de Paco Alcácer y Enzo Pérez, pero, sobre todo, de Diego Alves. El guardamenta brasileño volvía a sentirse futbolista nueve meses después. La reaparición de Alves supone una enorme alegría para la afición valencianista, aunque no todo sería del color de rosa; una mala salida del portero carioca le costó un gol al Valencia, aunque tras ese fallo salvó a los suyos en dos ocasiones.

Los locales comenzaron el enfrentamiento muy enchufados, sabedores de su delicada situación. Pero el transcurrir de los minutos perjudicó a los che. Poco a poco se igualó el encuentro. Ambos equipos, con mucho respeto entre ellos, estaban más pendientes de prevenir fallos que de buscar la meta rival.

Al comienzo de la segunda mitad, con el gol 'perico', parecía esfumarse la posibilidad de que el Valencia CF cosechase los tres puntos. Pero los de la capital del Turia se repusieron pronto del golpe. Gary Neville daba entrada a Álvaro Negredo, con la intención de empatar el partido, y 13 minutos después el vallecano igualaría el enfrentamiento. Cheryshev sería el encargado de subir al luminoso el definitivo 2-1, después de cabecear un gran balón a un cuarto de hora para el pitido final.

Con el pitido del colegiado Mestalla estallaba, los aficionados valencianistas tuvieron la sensación de haber despertado de una larga pesadilla que ha durado cerca de dos meses. El Valencia CF consigue su primera victoria en la Liga BBVA después de la llegada al banquillo del británico Gary Neville.

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