La séptima plaza conseguida la pasada temporada aseguraba a los de Ernesto Valverde una plaza en la próxima edición de la UEFA Europa League. El sorteo de la fase de grupos les erigía como el favorito dentro de su grupo de cuatro, en el que le acompañaban al AZ Alkmaar, FK Partizan y FC Ausburgo.

Este papel de favorito no supuso una presión añadida para los rojiblancos, que haciendo gala de su buen juego y su pegada arriba, consiguieron consolidarse en lo más alto y superar sin sufrimiento al resto de los equipos. 

El Ausburgo era la primera de las víctimas de los leones. La Catedral recibía a la primera noche europea de la temporada con una contundente victoria por 3-1. Dos goles de Aduriz en poco más de diez minutos, acompañados del de Susaeta en los últimos compases del encuentro, daban los tres primeros puntos al conjunto vasco. No obstante, el AZ holandés conseguía imponerse en la siguiente jornada, cosechando la que sería, hasta el momento, la primera y única derrota en la competición. 

Tres victorias consecutivas ponían al Athletic Club cada vez más cerca de la fase final del torneo. El Partizan, al que venció por 5-1 en San Mamés y por 0-2 en Belgrado, era la primera de las víctimas. Posteriormente, el Ausburgo volvía a tener pesadillas con Aritz Aduriz, que les volvía a marcar en otras dos ocasiones, aunque esta vez el delanteró necesitó menos tiempo para perforar la portería rival. Tan sólo tres minutos en la recta final del partido. Por último, un empate ante el AZ en tierras bilbaínas sellaba la fase clasificatoria y, consecuentemente, otorgaba el billete para la fase final. 

En esta fase, la suerte les emparejó con el Olympique de Marsella, otro de los equipos fuertes de la competición. En el partido de ida, disputado en territorio francés, de nuevo Aduriz aparecía como el gran héroe de la noche. El delantero logró el único gol del partido, que suponía una ligera ventaja para encarar con mayor tranquilidad el partido de vuelta. En este, el conjunto de Míchel consiguió adelantarse en el marcador, pero cuando el encuentro entraba en sus últimos diez minutos, apareció Sabin para evitar la prórroga y conseguir el pase a octavos de final.   

En total, ocho partidos disputados por los de Ernesto Valverde, que se desglosan en cinco victorias, dos empates, y una única derrota. Sin duda, una clara muestra de la capacidad de uno de los aspirantes a levantar el trofeo en el estadio Saint Jakob PArk de Basilea.