Nublada tarde de fallas en la capital del Turia para vivir el partido entre el Valencia y el Athletic que determinaría cuál de los dos históricos del fútbol español pasaría a los cuartos de final de la Europa League. Como precedente, el Valencia sólo sabía lo que es perder en competición europea ante un equipo español en su feudo en una ocasión. Fue en la misma competición, en 2012 ante el Atlético de Madrid en un partido que los colchoneros ganaron por la mínima con gol de Adrián y se clasificaron para la final de la competición.

Gary Neville puso sobre el verde de Mestalla un once con algunas bajas sensibles, buscando sobre todo la superioridad física en el centro del campo, por ello la entrada de Danilo en el once en detrimento de Dani Parejo. El técnico inglés rehusaba con esto la posesión de la pelota para la lucha cuerpo a cuerpo con intención de ser superior. El Athletic, por su parte, salió con el once de gala, pues el Txingurri Valverde sólo contaba con la baja de Iñaki Williams, que sufre un esguince. Había mucho en juego y los leones sabían que no tenían nada ganado en su visita a Mestalla, a pesar de que en las últimas tres veces que se han enfrentado, la balanza se ha decantado del lado rojiblanco.

El Valencia no podía fallarle una vez más a su público y por ello salió lanzadísimo a buscar el empate en la eliminatoria. No tardó en tener la primera ocasión, cuando en el segundo minuto de juego, Negredo lanzó una falta que lamió el palo de la meta de Herrerín. Con una marcha más que su rival, el conjunto de la capital del Turia, llevado en volandas por Mestalla, no necesitó mucho tiempo para lograr el primer tanto del partido. Fue obra de Santi Mina que aprovechó un balón perdido en el área chica para poner el 1-0 y enchufar aún más a la afición.

Tras el gol de Mina, el partido se calmó notablemente y el respeto fue mayor a las ganas de anotar gol. En este periodo de calma, el técnico vasco se vio obligado a realizar la primera sustitución debido a la lesión de Iker Muniaín que dejó su lugar en el campo para Markel Susaeta.

Al ver que el Athletic no reaccionaba al tanto de Santi Mina, el Valencia se lanzó al ataque otra vez con buenas internadas por la banda, sobre todo la derecha, y obtuvo su premio en la salida de un córner, cuando Gayà, colgó la pelota tras el despeje de la zaga rojiblanca y Aderllan Santos cabeceó a gol haciendo imposible para Herrerín la atajada. El Valencia había conseguido lo más difícil: darle la vuelta a la eliminatoria.

A la vuelta de vestuarios, el Valencia salió mejor plantado que su rival, que parecía estar descolocado con el gran partido que estaban haciendo los de Gary Neville. Tal fue la superioridad de los de Mestalla que perdonaron el gol de la sentencia en dos ocasiones. Una de ellas por pecar de generosidad, tanto André Gomes como Santi Mina, no quisieron tirar a portería y perdieron la oportunidad de sentenciar el partido y, casi, la eliminatoria.

Tanto perdonar le salió caro al Valencia, que vio cómo en una jugada, que debió ser anulada por mano clara del jugador del Athletic, Aduriz empató el partido dándole el pase momentáneo a los suyos aunque con tiempo por delante como para que los de Neville revertieran la situación.

A partir del gol visitante, monólogo de un Valencia que encerró al Athletic en su campo. Los leones no querían saber nada de la pelota y lanzaban balones fuera a la espera de que Aritz Aduriz cazase alguno y cerrase por completo la eliminatoria. Parejo tuvo la última en el minuto 95 con una falta directa pero su disparo se marchó rozando el poste y el Valencia se despertó de su sueño europeo.

El Athletic estará en el bombo de los cuartos de final y el Valencia tendrá que aferrarse a la épica para intentar hacer un buen papel en la Liga y salvar una nefasta temporada. Mestalla, a pesar de todo, sigue siendo un fortín europeo contra equipos españoles.

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